La mejor forma de vender tu parte de una casa heredada

Hay herencias que pueden ser una fuente de problemas antes que una solución económica. No solo por los tributos que hay que abonar del Impuesto de Sucesión en algunas comunidades autónomas, sino que también puede implicar embarcarse en una serie de gastos imprevistos. Y por no hablar de los roces familiares.

Pues la ley contempla la posible venta de una parte de una vivienda, aunque hay que analizar los pros y los contras de la operación.

Para vender una parte o la totalidad de una casa heredada hay que haber aceptado la sucesión y pagado los impuestos

Cabe aclarar que para realizar una venta, ya sea como único heredero o compartido con otros familiares, hay que aceptar la herencia y haber abonado los impuestos que corresponde. Si se renuncia, no se puede ejecutar ninguna transacción económica.

La venta a herederos u otras personas

A menos que un testamento diga lo contrario, se supone que cada hijo tendrá un porcentaje similar de la propiedad. Y por lo general, la venta se negocia con los otros hermanos (o herederos que correspondan).

Pero también es posible vender la parte de la herencia a un tercero, aunque este comprador tiene que saber cuáles son las reglas del juego: no está comprando una vivienda, sino un porcentaje de ella. Y los otros herederos -en lo posible- tienen que haber dado el visto bueno a la operación.

Sin embargo, en caso de desacuerdos los otros beneficiarios no tienen poder de veto, por lo que no le quedaría más alternativa que aceptar la venta.

Una compraventa como cualquier otra

La transacción, apuntan los abogados del bufete Garan Ley, es similar a cualquier transacción de compraventa de inmuebles, excepto por el detalle que se trata de una parte de la vivienda y de sus características, como es “la prohibición de dividir físicamente la vivienda entre los titulares”, indican.

En caso que uno quiera vender una parte de la casa heredada y no hay compradores a la vista, se puede recurrir a empresas especializadas en estas adquisiciones, aunque pagarán un precio mucho más bajo que el del mercado.

Un caso extremo sería que un heredero insista en vender y los demás se opongan, que solo se puede solucionar con una “demanda judicial de división de la cosa común”; aunque es una alternativa en la que seguramente todas las partes perderían dinero.

Cómo es la venta de una vivienda heredada

Teniendo esto en claro, conviene repasar cómo es el proceso de venta de una vivienda heredada.

Como decíamos, primero hay que aceptar la herencia, proceso en el que se necesita contar con documentos como el certificado de defunción, el de últimas voluntades y la copia del testamento (en caso que exista).

Si no lo hay, hay que demostrar el grado de parentesco y realizar el trámite de partición de bienes en la notaría.

Luego viene el paso menos agradable: pagar los impuestos de Sucesiones y Donaciones (que varía en cada comunidad autónoma) y la plusvalía municipal.

Ya gestionada la herencia, hay que inscribir la vivienda en el Registro de la Propiedad, donde se entregan documentos como el certificado de defunción, el DNI de la persona fallecida, el certificado de últimas voluntades, la escritura de aceptación del inmueble, el acta de declaración de herederos (en caso que no haya testamento), el comprobante del pago de los impuestos y los DNI de los beneficiarios.

Más impuestos

Por fin ya es posible vender la casa, que es igual a cualquier otra operación inmobiliaria.

Pero claro, aquí otra vez hay que asumir más impuestos, como el IRPF y la plusvalía municipal.

Si hay varios herederos, cada uno tiene que abonar un proporcional según la parte de la casa que recibió, informan en Help my Cash.

Hasta el 3 de septiembre de 2021 había que esperar un tiempo para realizar la venta, pero tras la derogación del artículo 28 de la Ley Hipotecaria, ese lapso ya no es necesario.