A ETA le va de cine
“Nos ha costado muchísimo, porque al principio no quería, pero finalmente accedió a la entrevista”. Así explica Jordi Évole el esfuerzo que tuvo que hacer su equipo para lograr poner delante de una cámara nada más y nada menos que, ¡tachán! A José Antonio Urrutikoetxea, alias “Josu Ternera”. Un sanguinario miembro de ETA que tiene en su haber numerosos asesinatos, entre ellos varios niños. Y como no podía ser menos, esta entrevista, convertida en un documental titulado “No me llames Ternera”, se proyectará en el Festival de Cine de San Sebastián que comienza en unos días.
Lo hacen por nuestro bien, de manera didáctica, no se crean. Para que conozcamos mejor esa parte tan oscura de nuestra historia reciente que fue el terrorismo etarra. Porque a Évole, según él mismo reconoce, siempre le ha interesado el “conflicto vasco”. Y ahora, gracias a su impagable esfuerzo, vamos a tener la suerte de saber exactamente qué pasó escuchando la voz de alguien que nos va a contar ese “conflicto” pero desde su lado. Un lujo.
Existe el mito entre una parte de los medios de comunicación españoles, los que han sido bautizados ya como “el equipo de opinión sincronizada” (porque piensan todos lo mismo y lo expresan a la vez) de creer que entrevistar a miembros de ETA tiene un aura de logro periodístico que no está al alcance de cualquiera. Como si llevar a Arnaldo Otegi a un plató de televisión supusiera poco menos que llevar luz al oscuro túnel de un complejo problema político del que solo saldremos gracias a alguien que estuvo en el “otro lado”.
“Tenemos un compromiso con la Historia de España”, dice Évole al presentar su documental. Como si la explicación de “Josu no me llames Ternera” nos aclarara, por fin, qué hay en la cabeza de un tipo que, entre otras cosas, en 1987 colocó una bomba en la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza asesinando a once personas, entre ellas a seis menores.
«Blanquear a ETA»
Es posible que la dirección del Festival de Cine de San Sebastián no tenga la intención de “blanquear a ETA”, pero debería ser consciente de la situación social y política que el terrorismo y su posterior relato están dejando entre nosotros y en la forma de pensar de las generaciones más jóvenes.
No es casualidad que EH Bildu se haya convertido en la opción que emerge con más fuerza en Euskadi y que pueda incluso gobernar en breve. Encarna como ninguna otra el ideal político de los jóvenes educados en el País Vasco en las últimas décadas: ser nacionalistas y de izquierdas. Un oxímoron que permite ser parte de la tribu y vivir con tranquilidad de conciencia: ¡Que no me venga nadie a buscarme contradicciones y a hablarme de un pasado de terrorismo y muerte! Eso ocurrió hace tiempo y por lo visto tuvo que ver con la represión franquista y con gente que se metió en ETA con 17 años. ¡Como Ternera, que ya lo dice en el documental de Évole!
Ternera no se va a arrepentir delante de Évole porque tiene claro que hizo lo correcto
Ternera no se arrepiente de lo que hizo, ni Otegi, ni ninguno de ellos. Ni colaboran en esclarecer los más de 300 asesinatos todavía sin aclarar. Ni les importan las víctimas. Lo hemos visto este verano en las fiestas de los pueblos y ciudades del País Vasco, con actos de enaltecimiento de la banda y de reconocimiento de sus integrantes aún encarcelados. Ternera no se va a arrepentir delante de Évole porque tiene claro que hizo lo correcto y además tenía sus razones: la represión al pueblo vasco, la dictadura que se extiende hasta el año 1983 con la nueva ley de memoria, las torturas, la persecución, el exilio… Esa es su historia. El “otro lado del conflicto” que Évole y el Festival de Cine de San Sebastián creen que es necesario que conozcamos para entender lo ocurrido.
Las cerca de 200.000 personas que se tuvieron que ir del País Vasco y que ya no piensan volver van a tener que ver este documental para saber por qué viven ahora lejos de su tierra. Seguro que Ternera les aclara la razón de aquellas cartas de extorsión que les obligaron a hacer las maletas. O el vacío que les hicieron en su pueblo tras sufrir el asesinato de un familiar. Seguro que Ternera aclara igualmente a los jóvenes de ahora por qué presentarse a unas elecciones en el País Vasco en un partido constitucionalista es un acto de heroicidad.
Posiblemente, no sea el objetivo de la dirección del Festival de Cine de San Sebastián, pero está claro que este documental contribuye a la dosis de epidural colectiva que EH Bildu y sus socios nos están suministrando en la memoria para que recordemos todo con detalle pero sin sentir ningún dolor. Una especie de película de terror pero con “happy end”.
A ETA le va de cine.