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Nada es como parece en el camino al 23 de julio

La opinión generalizada es que el PSOE tuvo unos resultados nefastos tras el 28 de mayo. La convocatoria de elecciones al día siguiente de la cita electoral por parte de Pedro Sánchez sentenciaba esta opinión como la buena. Sin embargo, un análisis más profundo de los resultados y aislado del computo global nos dan una radiografía algo más complicada.

Quiero decir que, aunque el PSOE obtuviera 22.341 concejales en las elecciones de 2019 y en 2023 descendiera a 20.784, y el Partido Popular en 2019 se quedara con 20.364 concejales y en 2023 este número ascendiera a 23.412 regidores, y en votos 800.000 más que los socialistas, en clave autonómica esas sumas y restas son más complicadas de analizar.

El riesgo del PSOE de perder más comunidades autónomas

Por ejemplo, en dos de los enclaves donde muy probablemente perderán gobierno, la Comunidad Valenciana y Baleares, el PSOE o ha subido o ha descendido muy suavemente.

Resumiendo: el desastre de estas elecciones para la izquierda viene de Podemos, excepto en Cataluña, donde gracias a la marca Comuns, han salvado los muebles del desastre.

Así que todavía queda partido y, por ello, Pedro Sánchez convoca elecciones. En noviembre puede que la moda azul hubiera arrasado por el color rojo. Los dos tonos corporativos.

Trias ha ganado gracias a una campaña anti Colau, pero en absoluto con perfil independentista

La situación también ha anulado todas las cábalas y negociaciones trabajadas con anterioridad de las elecciones del 28. Desde el punto de vista nacional, regional, municipal y también desde el análisis de tendencia, por ejemplo, en los independentistas.

El procés sin rumbo

El conocido como “procés” ha perdido el rumbo. Ya no sabe hacia dónde debe ir. Por ejemplo, JxCat. Puigdemont le concedió a Xavier Trias libertad para recuperar Barcelona. “Haz lo que sea”. Eso pasaba también por la Diputación, donde el partido gobierna junto al PSC. Una sociovergencia en toda regla en contra de los intereses de ERC.

Trias ha quedado en primer lugar gracias a una campaña estilo convergente. Y a una campaña anti Colau, pero en absoluto con perfil independentista. La victoria de Trias no estaba prevista. Lo que las tendencias demoscópicas decían es que sería Collboni el número uno. Los dos candidatos ya habían trabajado posibles alianzas. Pero con la convocatoria de elecciones todo ha cambiado. Una cosa son elecciones a seis meses vistas y la otra al mes siguiente.

Las dudas de Junts

Esas dudas están sobre la mesa de JxCat. Existen dos almas en este partido. Las dos caras más representativas podrían definirse en las de Jaume Giró y Miriam Nogueras que, en principio, tenían que haberse enfrentado en primarias. La decisión de Giró de no optar a ser candidato a las Generales explica la jauría que ahora está organizada dentro de ese partido.

Las pruebas demuestran que su votante ha superado la pantalla ‘indepe’, pero por otro lado las familias internas siguen tiendo mucho peso. Tanto que, aunque la evidencia de la victoria de Trias demuestra que los convergentes han vuelto, los dirigentes siguen en su cabezonería independentista.

Todo por los aires. En Cataluña, al menos. Y mientras, el Círculo de Economía dando por buena una victoria de Núñez Feijóo para el 23 de julio. O la desaparición del Gobierno con color morado que tanta erosión ha provocado en los resultados del PSOE. Y en sus políticas. Parecen como si unos y otros trabajaran más para eliminar erosiones electorales y el votante observe como, ante tanta trifulca, volver al bipartidismo sea una solución. Al PP también le iría bien.