Rueda promete más vivienda pública en cuatro años que la que hizo Feijóo en una década
Las tensiones en el alquiler en las ciudades gallegas, sobre todo en Vigo, A Coruña y Santiago, así como la reducción del stock de inmuebles en el circuito de comercialización han llevado a la Xunta a apostar por una ampliación del parque público de vivienda, una medida demandada desde hace tiempo tanto por la oposición como por los profesionales del sector. Alfonso Rueda anunció el pasado jueves un plan para incorporar 1.800 viviendas al parque público residencial, los inmuebles que gestionan el Instituto Galego de Vivenda e Solo y Xestur y que se elevarán en cuatro años un 50%, hasta los 5.600. En paralelo, el Gobierno gallego prevé ceder 17 parcelas de suelo residencial para la construcción de un millar de viviendas protegidas, aunque en este caso no fijó un plazo concreto.
Las 2.800 viviendas sociales previstas superan ampliamente las incorporadas entre 2012 y 2022, cuando Galicia elevó los inmuebles residenciales con algún tipo de protección en 1.877 unidades, según los datos del Instituto Galego de Estadística. En estas cifras se incluyen tanto las vpp, de promoción pública, como las vpa, de suelo público y promoción de empresa privada o cooperativa, ya que el IGE no ofrece datos segregados. En la última década de Alberto Núñez Feijóo en San Caetano, entre 2013 y 2022, se incorporaron 1.217 inmuebles con algún tipo de protección, según la misma fuente. Rueda pretende hacer casi 600 más en cuatro años. Y contabilizando solo las que promoverá directamente la Xunta.
Los datos dan una idea del cambio de chip del Ejecutivo respecto a la política de vivienda, que desde la crisis financiera vivió con el presupuesto ajustado y con la preocupación por la deuda de los quebrados Xestur provinciales. También dejan muy lejos aquel proyecto del bipartito de sumar 45.519 viviendas protegidas entre 2008 y 2017, plasmado en el Plan Sectorial Galego de Solo Residencial.
¿Por qué ahora?
Rueda reconoció que el contexto actual es de «precios de alquileres altos y escasez de inmuebles en el mercado». La Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) cifró en 2.950 las viviendas en el circuito de comercialización del alquiler a comienzos de este año, la cifra histórica más baja. La derivación de viviendas hacia el alquiler vacacional, la insuficiencia del parque público, el endurecimiento del crédito o el parón de la construcción durante los años de la crisis ayudaron a crear este contexto, junto a una demanda más intensa por las dificultades para acceder a una vivienda en propiedad.
En Vigo, A Coruña y Santiago es donde se detectan las mayores tensiones. Así estaban los precios a cierre del pasado año, según Fegein.
A Coruña.- Precio medio de 8,2€ metro cuadrado con un incremento en la comparativa interanual de un 5,5%. El 21% de la vivienda en alquiler en el circuito de comercialización exige más de 1.000 euros de renta mensual.
Vigo.- Precio medio de 9,3€ metro cuadrado y con un incremento de precios en la comparativa interanual de un 3%. El 24% de las viviendas en alquiler en el circuito de comercialización superan los 1.000 euros mensuales.
Pontevedra.- Precio medio de 7€ metro cuadrado y con un incremento de precios de un 4,2%. El 18% de las viviendas en alquiler en el circuito de comercialización superan los 1.000 euros.
Ferrol.- Precio medio de 5€ metro cuadrado con un incremento de precios en la comparativa interanual de un 5,8%. El 6% de las viviendas en el circuito de comercialización en arrendamiento superan los 1.000 euros.
Lugo.- Precio medio de 6,2€ metro cuadrado y con un incremento de precios en la comparativa interanual de un 5,2%. El 5% de las viviendas en el circuito de comercialización en arrendamiento superan los 1.000 euros.
Santiago.- Precio medio de 7,8€ metro cuadrado y con un incremento de precios en la comparativa interanual de un 7,5%. El 22% de las viviendas en el circuito de comercialización en arrendamiento superan los 1.000 euros.
Ourense.- Precio medio de 6,3€ metro cuadrado y con un incremento de precios en la comparativa interanual de un 5,2%. El 5% de las viviendas en el circuito de comercialización en arrendamiento superan los 1.000 euros.
Abanca, Sareb y la rehabilitación
El plan que detalló Alfonso Rueda requiere de una inversión de 250 millones –el 30% procederá de los fondos Next Generation– y tiene cinco patas. El Instituto Galego de Vivenda e Solo promoverá 959 viviendas en las ciudades gallegas; otras 260 serán de promoción privada con ayudas al alquiler social en edificios energéticamente eficientes; el programa de rehabilitación en cascos históricos Rexurbe permitirá obtener 157 viviendas más; mientras que las ayudas para recuperar inmuebles de propiedad municipal servirá para incorporar 331 viviendas sociales en municipios de menos de 20.000 habitantes; finalmente, la Xunta incorporará 125 viviendas que compró o están siendo compradas a Abanca y Sareb.
Una de las palancas para conseguir el objetivo es el cambio de usos del suelo terciario a suelo residencial, una medida que ya está aplicando la conselleira de Vivenda, Ángeles Vázquez, en Xuxán (A Coruña), lo que permitirá añadir 500 viviendas protegidas al proyecto.
Apoyo del sector inmobiliario
«Apoyamos sin fisuras la nueva política de vivienda protegida de la Xunta porque sí que intenta solucionar los problemas reales de los gallegos», valoró Benito Iglesias, presidente de Fegein. El empresario recuerda que más del 60% de la población está en los parámetros de renta para acceder a una vivienda tanto en el régimen espacial como en el concertado. «Es un punto de inflexión, un cambio de mentalidad en la política de vivienda que creemos que va en el camino correcto», resume.
La patronal ya había pedido años atrás un plan de choque para incorporar 5.000 viviendas protegidas.