La sucesión de Amancio Ortega: Flora Pérez Marcote ya es todopoderosa en Inditex
Nadie en Arteixo pone en duda la influencia de Flora Pérez Marcote en los grandes asuntos de Inditex en los últimos años. A fin de cuentas, es la madre de la presidenta no ejecutiva, Marta Ortega, y segunda mujer del fundador. ¿Qué mejor valedor puede haber para que el relevo de Amancio Ortega, que ahora deja la primera línea de la fundación que lleva su nombre, revista de la tranquilidad necesaria que requiere semejante reemplazo? Y, sobre todo, para que ese proceso se lleve a cabo sin más sobresaltos, como los que hubo con el nombramiento de Marta y la salida de Pablo Isla.
A una lenta pero constante asunción de responsabilidades en todo lo que tiene que ver con la propiedad de la compañía, sea en el propio consejo de administración de Inditex, en las patrimoniales o en el brazo inversor, Pontegadea, de la que es vicepresidenta, Flora Pérez Marcote ha sumado en los últimos años otros roles, en ocasiones de alcance. Por ejemplo, tuvo un papel determinante en la millonaria donación de la fundación que ahora presidirá para la compra de equipos de protonterapia contra el cáncer con destino a diez hospitales públicos españoles.
Es por eso que el anuncio realizado en la tarde de este lunes por la Fundación Amancio Ortega de que Pérez Marcote asume la presidencia de la obra social de la primera fortuna de España no ha cogido a muchos por sorpresa. Con 87 años, Ortega Gaona ha decidido que su mujer pase a ser la cabeza visible de una entidad que solo en el próximo lustro prevé gastar cerca de 500 millones de euros en proyectos sociosanitarios y educativos. De forma oficiosa, hace ya años que la madre de Marta Ortega es, junto con José Arnau –también vicepresidente de Inditex y de Pontegadea–, la persona encargada de pilotar la entidad y la que acude a todos los actos públicos relacionados con la misma.
El movimiento, que también implica el ascenso de su hija al puesto de vicepresidenta primera, se interpreta como un paso más en un proceso sucesorio que comenzó de forma acelerada a finales de 2021, con el anuncio del relevo de Pablo Isla y el nombramiento de Marta Ortega como presidenta no ejecutiva de Inditex (no se materializaría hasta marzo de 2022). A diferencia de entonces, en este nuevo capítulo, los cambios discurren más pausados. De momento, Pérez Marcote, de 71 años, se hará con la presidencia de la obra social de la fortuna Forbes. Experiencia no le falta. La entidad social se creó en 2001, el mismo ejercicio en el que Inditex saltó a la bolsa española. Flora entró en el patronato dos años después, en 2003, para convertirse en vicepresidenta en 2005. «Desde su constitución, ha desempeñado una intensa labor vinculada con la puesta en marcha y el desarrollo de sus programas, fundamentalmente en el área social, así como la representación institucional de la entidad», reza el escueto comunicado con el que la Fundación Amancio Ortega anunciaba este lunes el paso atrás del dueño de Zara que, aún así, se mantendrá en el patronato (acaba también de ser reelegido como miembro del consejo de administración de Inditex).
En cualquier caso, al margen de la lectura de este movimiento en clave sucesoria, el mismo deja entrever los amplios poderes de Flora Pérez Marcote en el universo Inditex, un imperio que va mucho más allá de la primera textil del mundo por capitalización bursátil.
Así manda ‘Flori’
A Flori, como la llaman sus más próximos, se le atribuye en Arteixo mucha mayor capacidad de veto ante determinadas decisiones o ejecutivos que no son de su agrado que de gestión directa en la compañía. Son los silencios los que hablan en este caso. Y las relaciones también construyen vínculos que se deben administrar en un entorno tan singular como es el que rodea a Marta Ortega, su hija, el futuro de Inditex.
Inditex cuenta de ella, en el breve curriculum con el que presenta a sus consejeros en documentos oficiales, que Pérez Marcote inició su trayectoria profesional en Zara, “desempeñando diferentes cargos relacionados con el diseño y la compra de productos para esta sociedad”. Ostenta, además, “una amplia experiencia como administradora de sociedades mercantiles” que comenzó después de que la textil se convirtiese en una cotizada. Desde diciembre de 2015 es miembro del consejo de administración de la compañía en representación de Pontegadea Inversiones, entidad que aglutina el 50% del capital social del grupo. Antes, no obstante, ya estaba presente a través de otra de las sociedades de control de la familia Ortega, Gartler, que fue absorbida por la anterior.
En su camino, Flora Pérez Marcote ha estado arropada por el conocido como clan de Melide, integrado en primer lugar por sus hermanos (Óscar, en la dirección del buque insignia, Zara, y Jorge, en la de Massimo Dutti) y también por su otra hermana, María Luisa Pérez, casada con un histórico directivo de Inditex, Carlos Mato. Presidente de Zara España hasta 2020, el también melidense se bregó en la dirección general de Bershka y estuvo al frente de Zara a nivel internacional.
El apoyo de José Arnau y Elsa Urquijo
A ese entorno familiar también ha sumado Flora Pérez Marcote otros lazos, esta vez profesionales, que encarnan dos perfiles bien distintos, pero con hilo directo con la familia. Por un lado, José Arnau, el hombre de las inversiones, un fiel a Ortega sin cuyo papel no se podría entender la salida de Pablo Isla de la presidencia de Inditex. Y, de otro, la arquitecta de cabecera de la familia y del grupo, Elsa Urquijo, muy cercana a Flori y también a Marta Ortega. Ella ha sido la encargada de diseñar muchas de las tiendas insignia de la textil en todo el mundo. También edificios donados por la familia a través de la fundación, como por ejemplo las residencias de mayores que se construyen en las siete ciudades gallegas tras una acuerdo con la Xunta de Galicia y los ayuntamientos.
Más allá de estos grandes apoyos, a lo largo de los años, las crónicas y el propio Registro Mercantil evidencian que, como ahora en la fundación, los ascensos de Flori en las sociedades de control del grupo textil han estado marcados por un denominador común: la cercana presencia de su hija Marta.
Tándem con Marta
En la actualidad, la mujer de Amancio Ortega ejerce de vicepresidenta en Pontegadea Inversiones, sociedad de cabecera de la family office, Pontegadea Inmobiliaria, que aglutina la mayoría de activos del grupo en esta área de negocio, y Pontegadea GB 2020, filial constituida en 2020 para aislar las inversiones en territorio británico ante hipotéticos impactos del brexit. Es decir, está presente en las sociedades que configuran las tres patas sobre las que se sostiene la fortuna de Ortega Gaona y que, por tanto, serán claves a la hora de estructurar su futura herencia.
Precisamente el año pasado, después de alzarse a la presidencia no ejecutiva de Inditex, Marta Ortega fue nombrada consejera tanto de Pontegadea Inversiones como de la filial que concentra el negocio en Reino Unido.
Con anterioridad, Flora fue presidenta de otra sociedad hoy ya extinguida, la inmobiliaria Inversiones Menlle, en donde la segunda hija de Amancio Ortega también ocupaba un puesto como consejera. Fue en 2013 cuando este vehículo inversor fue absorbido por Grilse, otra filial que gestionaba parte del ladrillo del empresario y que, entre otros, tenía bajo su paraguas el gigantesco centro hípico de la familia en Larín (Arteixo). De nuevo, Pérez Marcote figuraba como presidenta y Marta como consejera. La entidad acumuló beneficios hasta 2020, cuando fue adquirida por Pontegadea España dentro de una serie de movimientos societarios con los que el holding adelgazó su estructura.
En el terreno social, Pérez Marcote también figura como vocal del patronato de la Fundación MOP, creada el pasado año por su hija y en cuyo patronato también se encuentra su marido, Carlos Torretta.
En la nueva etapa que comienza en la Fundación Amancio Ortega los roles de madre e hija volverán a aproximarse, como presidenta y vicepresidenta primera. Ambas, de una y otra forma, son las piezas clave del proceso sucesorio del máximo accionista de Inditex.