Sandra y Amancio Ortega, dos caseros a contracorriente: invertir mientras los grandes venden
La fortuna de Amancio Ortega y su hija mayor, Sandra, está cimentada sobre sus respectivas participaciones en Inditex. No obstante, su cartera inmobiliaria cada vez gana mayor peso en su patrimonio y es que sigue creciendo en activos a pesar de que, en este momento, en el sector, de forma general, se producen notables desinversiones. Con diferentes estrategias, ambos son caseros a contracorriente que apuestan, de forma mayoritaria, por activos en Estados Unidos y Reino Unido.
Los inmuebles de Amancio Ortega aumentan valoración un 20%
Pontegadea, el holding inversor del hombre más rico de España, hizo recientemente públicos sus datos correspondientes a 2022. La valoración de su cartera inmobiliaria marcó su propio récord, al alcanzar una tasación independiente de 18.156 millones de euros, un 19% sobre el ejercicio precedente.
El padre de Marta Ortega acometió el pasado año, a través de su patrimonial, gestionada por Roberto Cibeira, compras de activos inmobiliarios por valor de 2.700 millones de euros. El pasado fue el ejercicio en el que apostó por diversificar su portfolio ya que, además de edificios de oficinas, apostó por entrar en el mercado logístico y en el residencial de lujo. La tendencia continúa este ejercicio. En lo que va de 2023 ha adquirido una nave de Walmart en California y un centro logístico en Países Bajos por 105 millones de euros (que se sepa, su primer inmueble de este tipo en Europa). También un edificio de 120 viviendas en Dublin y la antigua sede de la BBC en Londres, en este caso por 90 millones.
Sandra crece en el extranjero
También Sandra Ortega vio cómo sus apuestas por el ladrillo medraban en el 2022. Precisamente el año que abandonó su inversión en la hotelera Room Mate –al entrar esta en un concurso de acreedores del que salió con el rescate del fondo Angelo Gordon–, la segunda fortuna de España apostó por seguir abordando nuevos proyectos inmobiliarios. Así lo revelan las cuentas, recientemente depositadas ante el Registro Mercantil, de Ferrado, la participada de su holding, Rosp Corunna, que aglutina la mayor parte de su inversión en el ladrillo y de la cuelgan la mayoría de sus filiales en el extranjero.
Ferrado no aporta información específica sobre la tasación independiente de sus activos, como sí hacen Pontegadea o las grandes socimis del país, pero distintos datos en su memoria anual evidencian su crecimiento. Por ejemplo, el valor en libros de las sociedades dependientes de Ferrado constituidas en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Portugal y Luxemburgo ascendió a 484,2 millones de euros el pasado ejercicio, frente a los 367,4 millones de 2021.
Pero, además, durante el pasado año, Ferrado también realizó una aportación de 9,4 millones de euros a filial en Estados Unidos, que aglutina principalmente inmuebles hoteleros, “para continuar con el desarrollo del proyecto”, además de dos millones de euros a Ferrado Nacomporta, filial con la que promueve su resort de lujo en la Troia, en Portugal. A Eldon Street, otras de sus participadas en Reino Unido le inyectó, a su vez 33,5 millones de euros.
Las socimis, a otro ritmo
Sandra y Amancio Ortega, de esta forma, siguen insuflando fondos en su negocio hotelero y ampliando el valor de los activos del mismo, mientras que las grandes socimis del Ibex rebajan sus tasaciones debido a la venta de inmuebles no estratégicos. Recientemente, tanto Merlin Properties como Colonial actualizaron el valor de su cartera, según la información remitida a la CNMV.
A finales de 2022, los de Ismael Clemente tenían una tasación de activos inmobiliarios por valor de 11.317 millones de euros. Los de Pere Viñolas registraron un valor bruto a cierre de ejercicio de 13.005 millones. Acabado el primer semestre de 2023, la valoración de Merlin se rebajó a los 11.301 millones de euros, mientras que la de Colonial se quedó en 12.209 millones de euros (12.880 millones incluyendo los transfer cost).
El mandato: seguir creciendo
Tanto desde Pontegadea como desde Rosp Corunna el mandato con respecto al ladrillo es el de seguir creciendo. La división inmobiliaria de Sandra Ortega Mera redujo sus beneficios el pasado año de 46 millones de ganancia neta en 2021 a 12,7 millones. Indican sus administradores que se debe “principalmente a la excepcionalidad del ejercicio anterior, cuando se revirtieron deterioros y provisiones por importe de unos 45 millones de euros por la mejoría significativa en las valoraciones de algunas filiales, consecuencia de un intenso proceso de reestructuración e implementación de mejoras en la gestión llevadas a cabo durante el ejercicio”. Hay que recordar que esta sociedad quebró tras el Covid pero fue rescatada con diversas inyecciones de capital que superaron los 500 millones.
Con todo, en su informe de gestión, desde Ferrado inciden en que “la evolución de los resultados de la compañía confirma una recuperación y estabilización paulatina, con efectos positivos en los resultados y en la recuperación de valor de las inversiones». «Estos hechos permiten destinar los beneficios empresariales generados al estudio de nuevas oportunidades de inversión y al desarrollo de nuevos proyectos inmobiliarios«, aseguran.
En el caso de Pontegadea, las compras acometidas en lo que va de año, así como los mayores dividendos obtenidos por Amancio Ortega de Inditex aseguran que seguirán las compras. Con un pago a accionistas histórico en cuanto a su volumen este 2023, la primera fortuna de España cerrará el año habiendo percibido 2.217 millones de euros de la multinacional textil de la que retiene un 60% de sus acciones. El pasado ejercicio percibió 1.718 millones.