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Escotet (Abanca): «La conexión de la política con la banca es terrible»

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El presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, abordó los retos de la economía española y global este jueves en el Foro UIE de Sociedad y Economía, celebrado en la sede de Afundación en A Coruña. En el marco de su ponencia, que fue presentada por Ana Teresa Tavares-Lehmann, ex secretaria de Estado de Industria de Portugal, el financiero venezolano indicó que la economía española está evolucionando “mejor de lo previsto”.

El eje central de su intervención versó sobre, en su opinión, la existencia, en este momento y a pesar de las dificultades del entorno, de grandes oportunidades para el desarrollo económico y social, cuyo aprovechamiento requiere, indicó, “una activa contribución del sector bancario y un impulso a la gestión del talento”. Así, el economista también indicó que tanto los bancos como las familias han llegado a la doble crisis encadenada del Covid y la guerra de Ucrania con una mayor resistencia frente a las condiciones de la anterior gran crisis de consumo de 2007, que lo fue, entre otras características, por la falta de acceso a crédito.

«El gallego daba valor a sus caixas»

Al respecto, en el turno de preguntas del auditorio al banquero, el mismo fue interpelado a respecto de las diferencias entre la actual Abanca y las cajas gallegas de las que deriva, en concreto, la Caixa Galicia de José Luis Méndez. “Es interesante poder comentarlo y hacerlo con franqueza. Recuerdo que al inicio de todo, justamente cuando Paco Botas y yo nos planteábamos participar en el proceso, gracias al Banco Etcheverría éramos capaces de comprender el valor que el gallego le daba a sus caixas. Antes de participar en la puja, Novacaixagalicia nos vendió una red de 70 oficinas debido a las obligaciones de desinversión que tenía, algo que nos permitió valorar mucho más la importancia que tenían las cajas gallegas en cuanto a su cercanía y a su talento humano”, recordó. El desembarco de Banesco, la financiera de Escotet, en España se inició, efectivamente, con la adquisición del banco con sede en Betanzos, aunque posteriormente se hizo con la resultante de la fusión de las cajas gallegas en el proceso de subasta llevado a cabo por el FROB, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria.

Escotet indicó que, al margen de sus problemas de gobernanza, los problemas de las cajas gallegas comenzaron al querer competir con los bancos. “Sin embargo, existían unos mimbres que detectamos que eran muy buenos”, indicó. “El problema radicó en que en su aventura por convertirse en bancos se salió a crecer a diestro y siniestro. Ahí estuvieron los grandes errores… creo que en los tres años antes de la intervención duplicaron el tamaño de su red. Si en Galicia nosotros nos equivocamos dando un crédito es que somos tontos, porque tenemos un conocimiento profundo de empresariado y de la situación, pero no era tan fácil para las cajas hacer ese análisis fuera de la comunidad con un crecimiento tan acelerado”, opinó. “Pero cuando estaban en Galicia, las cajas fueron muy buenas”, añadió.

La «gobernanza» de las cajas

Así, resolvió que la vocación de la actual Abanca ha sido siempre ser “un banco con alma de caja”, motivo por el que, desde que se hicieron con Novagalicia Banco, los esfuerzos se centraron en “convertir un banco intervenido en uno de los perfiles más sólidos del sistema financiero español”.

Al margen de la espectacular mejora en resultados, Escotet destacó con respecto a las cajas –que sufrieron una profunda crisis reputacional en el final de su vida derivada, por ejemplo, de las indemnizaciones millonarias que percibieron sus directivos aún a pesar de su situación de quiebra– el profundo “cambio de gobernanza”. “La conexión de la política con la banca es terrible. Los bancos deben tener dueños. En el caso de las cajas estas estaban en manos de fundaciones que las nombraban los políticos de turno. Esos dos ámbitos no conviven bien. Los bancos deben tener sus propietarios; es una propiedad privada y nuestra obligación también es la de cuidar al accionista”, explicó, para sacar pecho por el éxito de Abanca en Galicia. “El 50% de los gallegos son nuestros clientes y más del 70% del crédito que se genera parte de nuestro banco”, resumió.

Mayor resistencia frente a una crisis

Al margen de este análisis, en su intervención inicial, Escotet hizo hincapié en el papel de las entidades financieras y “su mayor solidez” con respecto a la crisis anterior algo que, en el caso de Abanca, se ha traducido en unos ritmos de concesión de financiación superiores al sector.

En la anterior crisis hubo un problema grave de liquidez en el sistema, lo que derivó en una especial severidad a la hora de conceder crédito que destruyó tejido industrial. La mayor aportación que puede hacer un banco en un periodo de crisis es ser sólido y eficiente, porque eso permite asegurar el crédito, al fin y al cabo, debemos ser correa transmisora de la política monetaria”, reflexionó. “Podemos decir que el sistema financiero español parte de una posición muchísimo más sólida que en la crisis anterior y que somos capaces de atender la demanda de crédito”, argumentó.

En cuanto a los retos de futuro a nivel social, el banquero destacó que el paro entre menores de 25 años llega al 28,7%, algo que pone en peligro “el relevo generacional” y que, en su opinión, es incomprensible con “50.000 puestos de trabajo vacantes”. “Esto tiene que ver mucho con los problemas de formación y de oferta técnica, con una universidad que está muy lejos de la empresa” dijo, para indicar que Abanca trata de contribuir a la mejora de esta situación con la creación de la Universidad Intercontinental de la Empresa (UIE).

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