Enagás quiere ir más lejos en su alianza con Reganosa
Enagás y Reganosa no han sellado un simple acuerdo de intercambio de activos con el pacto firmado recientemente entre ambas. Han enterrado el hacha de guerra y abierto de par en par la puerta a futuras colaboraciones tras años de desencuentros. De certificarlo se ha encargado este martes el grupo presidido por Antonio Llardén. Lo ha hecho en la presentación de resultados trimestrales.
Enagás apunta que el cierre de la operación se prevé en el segundo semestre de este año, y explica que “permite aprovechar las sinergias de las dos compañías y explorar nuevas posibilidades de colaboración para contribuir a la seguridad de suministro y avanzar en los objetivos de descarbonización de España y Europa”.
El pasado 28 de febrero Enagás y Reganosa llegaron a un acuerdo por el cual la compañía de Llardén adquiere la red de 130 kilómetros de gasoductos de Reganosa por un importe de 54 millones de euros. A la vez, Reganosa compra un 25% de la planta de regasificación de El Musel, en Gijón, por un importe de 95 millones de euros. “La operación refuerza el sistema gasista español, y Enagás se convierte en promotor del hidroducto Guitiriz-Zamora previsto para 2030”, señala la compañía.
Los pasos de El Musel
Enagás explica que el pasado 17 de febrero la terminal de El Musel recibió la aprobación del régimen económico singular como planta de uso logístico por parte de la CNMC. Y el pasado 6 de marzo comenzó el proceso de asignación de capacidad (open season) para servicios logísticos de la planta, “despertando un alto interés de los operadores involucrados”, dice la compañía en la presentación de sus resultados.
La puesta en marcha de la terminal, que forma parte del Plan Más Seguridad Energética del Gobierno, reforzará con su papel de prestación de servicios logísticos la seguridad de suministro energético europeo con operaciones de descarga, almacenamiento y carga de GNL, asegura Enagás sobre el nuevo activo en el que participa Reganosa.