“El dólar es nuestra moneda, pero vuestro problema” (I)
Desde la finalización de la I Guerra Mundial, el dólar se fue convirtiendo en la moneda más usada para canalizar los intercambios internacionales y almacenar las reservas oficiales de los bancos centrales. Con EE UU liderando el comercio mundial y su hegemonía consolidada tras la caída de la URSS, llegó a ocupar el trono financiero mundial.
No obstante, los cambios geoestratégicos que vivimos parecen estar favoreciendo la desdolarización global. Pero ¿es posible que el dólar pierda protagonismo? Las opiniones están divididas y la tendencia no está clara.
¿Cuál es la actual situación? Según el Banco de Pagos Internacionales, con datos de abril de 2022, el dólar participó en el 88% de las operaciones con divisas y la Fed calcula que entre 1999 y 2019 supuso el 96% de la facturación comercial en América, el 74% en Asia-Pacífico y el 79% en el resto del mundo.
Veamos más. A cierre de 2022, según el BIS (Banco Internacional de Pagos por sus siglas en inglés) y el FMI, representa el 54% de las reservas en moneda extranjera de los bancos centrales de todo el mundo. Sus contrincantes tienen un peso significativamente menor: el euro representa el 19% y el yuan o renminbi apenas alcanza un 2,7%.
La tercera medida para entender la posición de una moneda es su mercado de deuda, es decir, donde se termina reciclando el ahorro. El mercado norteamericano de bonos asciende aproximadamente a 51 billones de dólares, mientras que el de China apenas alcanza los 20. Los mercados de capitales de EE UU son los únicos lo bastante profundos y líquidos para absorber el ahorro de los países emergentes y desarrollados. De esta forma, el exceso de ahorro internacional termina reciclándose en activos denominados en dólares.
En este escenario, la economía mundial depende del dólar, lo que intranquiliza a muchos gobiernos e inversores no americanos. Una dependencia excesiva puede provocar inestabilidad en los mercados emergentes, frenar los flujos comerciales y tener repercusiones sobre la economía mundial, como vimos con el colapso de los mercados en marzo de 2020.
Que el dólar es el rey de las divisas es una realidad que hasta hace poco era indiscutible
La célebre la frase del secretario del Tesoro de EE UU, John Connally, sintetiza esta situación: “El dólar es nuestra moneda, pero vuestro problema” (1971). En 2023, 52 años después, la comunidad financiera global tiene un sentimiento parecido.
Así pues, que el dólar es el rey de las divisas es una realidad que hasta hace poco era indiscutible. Sin embargo, recientemente, el sentimiento puede estar cambiando y la posibilidad de un retemblor que ponga en solfa su dominio pudiera tomarse en consideración.
En los últimos meses, analistas e instituciones públicos y privados han dado pábulo a la posibilidad del fin de la hegemonía del dólar y en algunos círculos se habla abiertamente de «un sistema monetario multipolar». ¿Pero qué podría discutirle la hegemonía al dólar? Veamos.
Hay dos frentes que golpean al dólar y que están abriendo las puertas a un mundo «multipolar». Por un lado, la política internacional está jugando un peso clave tras las sanciones por la guerra de Ucrania, que se suma a un esfuerzo de otras potencias desde hace años. Destacan los movimientos de China y rivales como Rusia para ‘independizarse’ del dólar. La divisa asiática le sitúa ya como la quinta más utilizada. Diversos acuerdos comerciales con Rusia, India, Brasil y múltiples países de África han permitido que crezca la influencia del yuan.
El crecimiento de China desde comienzos del siglo XXI amenaza la primacía económica de EE UU. Conforme han ido pasando los años, cada vez más países y empresas tienen a este gigante como principal socio comercial. Sumemos a esto la influencia que tiene gracias las importantes deudas que algunos países subdesarrollados o en desarrollo están adquiriendo como consecuencia de la implementación de la política de la Nueva Ruta de la Seda.
Además, Pekín aseguró en abril de 2023 que la suya ya es la moneda más utilizada para sus transacciones internacionales, superando al dólar por primera vez. Los pagos transfronterizos en yuanes aumentaron hasta un récord de 549.900 millones de dólares en marzo de 2023, frente a 434.500 millones de febrero, según cálculos realizados por Reuters, basándose en publicaciones de la Administración Estatal de Divisas de China.