Sánchez contra Feijóo: la deuda de Galicia y la quiebra de las cajas irrumpen en el debate más bronco
Tensión e interrupciones constantes en el único debate de la campaña que enfrentará a Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, una confrontación bronca en la que proliferaron las peticiones de auxilio a los moderadores de Atresmedia para poder terminar los argumentos. En la refriega, con ambos candidatos a la ofensiva y reiterando argumentos conocidos, salió a escena Galicia y la gestión del dirigente gallego al frente de la Xunta.
Fue en el bloque económico del debate cuando Feijóo reprochó a Sánchez que España «debe todas sus inversiones» y que la deuda pública se sitúa en el 113% del PIB. «Usted es un experto en deuda», replicó el presidente del Gobierno, señalando que durante su mandato en San Caetano, Feijóo había triplicado la deuda de Galicia. Efectivamente, desde 2009 a 2022 la deuda de la comunidad gallega pasó de los 3.900 millones a los 11.300 millones, sin embargo, el expresidente de la Xunta puso la cifra en perspectiva, al afirmar que fue la autonomía en el que menos se incrementó la deuda en ese periodo.
De la deuda a las cajas
La defensa de Sánchez por la elevada deuda de España fue un ataque. Continuó recordando el peso del rescate bancario, pensando seguramente en la contabilización de los pasivos de la Sareb que cargaron con 35.000 millones adicionales la deuda del Estado, y reprochó a Feijóo la quiebra de las cajas gallegas, ya que el dirigente de Os Peares impulsó la fusión entre Caixa Galicia y Caixanova. Sánchez advirtió que esa operación había costado 9.000 millones a las arcas públicas.
El presidente del Partido Popular culpó de esa quiebra al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y al Banco de España, algo que ya hacía durante su etapa en la Xunta. A su juicio, fueron los análisis fallidos y los errores en la fiscalización los que provocaron que la situación fuese insostenible. De hecho, llegó a comparar la reciente frase que pronunció Pedro Sánchez de «la economía va como una moto» con la sentencia de que la economía española estaba «en la Champions League», pronunciada por Zapatero antes de la crisis económica. También recordó el pasado de Sánchez como consejero en la asamblea de Caja Madrid durante la etapa de Miguel Blesa y rechazó que con tal curriculum pudiera dar lecciones a un presidente autonómico.
Exprimiendo los datos de vivienda pública
El debate no iba a mejor. Sánchez y Feijóo negaban los datos que ponía sobre la mesa el otro, generaban confusión y se interrumpían con ahínco. «Déjeme hablar», «eso es mentira», «¿puedo contestar?», «no es verdad», «no se sabe los datos», se escuchaba una y otra vez en segundo plano. El debate llegó a la parte de vivienda, una de las grandes preocupaciones de los españoles y protagonista de la última etapa de la legislatura, cuando Sánchez prometió miles de inmuebles para alquiler social aprovechando los activos de Sareb y los terrenos del Ministerio de Defensa.
A juicio de Feijóo, la política de vivienda del Ejecutivo fue inexistente, como a su entender prueba que no fuera hasta última hora cuando se intentó aumentar el parque público residencial. Además, consideró que la Ley de Vivienda estaba secuestrada por los socios de Sánchez y ha provocado una reducción de las viviendas en alquiler y un incremento de los precios. Por supuesto, el presidente replicó con un «es mentira».
En su respuesta volvió a referirse a Galicia, reprochando al expresidente de la Xunta la sequía en vivienda protegida en la comunidad. Realmente, el líder socialista aludió a los años de menor actividad en VPO del Gobierno gallego, que entre 2015 y 2018 promovió solamente 16 inmuebles. Las cifras globales, en realidad, son más decorosas para el dirigente gallego. Entre 2012 y 2022 terminó 1.877 viviendas, y entre 2009 y 2011 más de 5.000, aprovechando la herencia del bipartito. A partir de entonces se produce un fuerte parón que no se recupera mínimamente hasta 2020, pero con una modesta cifra de 800 viviendas en tres años.
Amancio Ortega viaja en transporte público
Si Sánchez utilizó la gestión en Galicia como ariete contra Feijóo, el candidato popular la reivindicó como aval. Lo hizo para recordar que en 2014 puso en marcha la Lei pola igualdade de trato e non discriminación de lesbianas, gays, transexuais, bisexuais e intersexuais, que le sirvió de defensa en una parte incómoda del debate debido a los pactos del PP con Vox. Y también en el minuto final, en el que apeló a sus victorias en la Xunta como prueba de su vocación de servicio. «Obtuve cuatro mayorías absolutas en Galicia, les puedo asegurar que a estas alturas solo pretendo ser un político útil«, aseveró.
El candidato del PP volvió a mencionar a Amancio Ortega. Lo había hecho ya en los días previos para criticar la falta de progresividad de algunas políticas de Sánchez, como las entradas de cine bonificadas a los jubilados. En el debate lo hizo en relación a los descuentos y abonos gratuitos de tren. En calculada formulación volvió a reiterar su admiración por el fundador de Inditex, al que se le supone escaso uso del transporte público, pero matizando que no le pagaría los viajes. Mostraba así su preferencia por establecer baremos de renta en las políticas sociales.