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Venta de las ITV gallegas: el gran negocio de Amador de Castro y Epifanio Campo vuelve a cambiar de manos

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Nuevo cambio de manos para las boyantes ITV gallegas, con el capital autóctono ya completamente fuera de un negocio que mueve más de 50 millones de euros anuales. El fondo estadounidense Apollo, en su día dueño de Evo Banco, entidad que surgió de los activos de las cajas fuera de la comunidad, ha lanzado una oferta pública de adquisición de acciones (opa) sobre Applus, grupo de origen catalán y también en manos de fondos internacionales, a un precio de 9,5 euros por acción en efectivo, lo que arroja un precio total de 1.226,2 millones de euros.

La efectividad de la oferta está sujeta, entre otras condiciones, a una aceptación por parte del 75% del capital social con derecho a voto. De momento, el actual consejo de administración de la cotizada ha destacado que la oferta de Apollo –que se ha adelantado a Apax y el consorcio formado entre TDR e I-Squared, también interesados en la compañía de supervisión– es “una muestra de confianza” en el desempeño y las perspectivas de la firma y avala “la solidez y atractivo” de su modelo de negocio.

Casi 80 millones en bolsa en un día

Este viernes, y después de que la CNMV paralizase momentáneamente su cotización hasta que se confirmó públicamente la opa de Apollo, Applus cerró la sesión en bolsa con un rebote de un 5,85%, elevando su capitalización a 1.340 millones de euros, por encima incluso de la valoración que Apollo hace de la compañía. Los inversores inflaron así su valor en cerca de 80 millones de euros en una jornada.

Pero, dejando a un lado los entresijos de la opa, la misma derivará en que, de nuevo, el fructífero negocio de las inspecciones técnicas de vehículos en la comunidad cambiará de manos.

La apuesta de Amador de Castro y Epifanio Campo

Para recordar sus inicios, hay que retrotraerse a 1986, cuando Amador de Castro, ilustre contable de Astano y de Inditex en otros tiempos, se presentó al concurso para la concesión de las ITV en Galicia. A partir de ahí constituyó un discreto imperio de inspecciones técnicas que también contaba con presencia en Argentina y Costa Rica. Su compañero de viaje fue nada menos que otro empresario de relumbrón, Epifanio Campo, que siempre supo acompañarse de socios de excepción. El propietario de cerámicas Campo, fallecido en 2016 a los 63 años, fue accionista del Banco Gallego, partner de Manuel Jove en el negocio inmobiliario y renovable y en el siderúrgico con Manuel Añón (vendieron sus plantas en Francia, País Vasco y Galicia a la familia Rubiralta por 450 millones de euros).

La sociedad con la que De Castro y Campo pilotaban el negocio de las inspecciones técnicas en Galicia era Inversiones Finisterre, dependiente a su vez Macovit. Fue en 2017, ya fallecido Epifanio Campo pero con sus herederos en el capital, cuando Applus acordó la adquisición del 80% de la sociedad del Grupo Fomento de Iniciativas por 89 millones de euros. La operación se realizó a través de la filial Supervisión y Control.

La compradora, +firma de origen catalán nacida dentro del proceso de diversificación de Aguas de Barcelona pero ya entonces bajo el timón de fondos internacionales, se reservó el derecho a hacerse con el 20% restante de la sociedad en julio de 2022. Una opción que, efectivamente, acometió el pasado año por unos 18 millones de euros.

Los números de las ITV de Galicia

De que el negocio de Amador de Castro y los Campo tenía recorrido da cuenta no solo la cantidad que se pagó por el mismo, más de 100 millones de euros en total, también los números cosechados por sus fundadores. Según la documentación consultada por Economía Digital Galicia, Inversiones Arteixo cerró el ejercicio 2016, el último antes de la operación de venta, anotándose un beneficio neto de 21 millones de euros, frente a los 16 millones del año precedente. La mayoría de las ganancias procedían de ingresos financieros de sus participadas (se anotó 20 millones en balance en este concepto).

Los administradores de la sociedad indicaban que la misma funcionaba como cabecera de un grupo cuya actividad era la inspección técnica de vehículos, procediendo sus ingresos, explicaban, de la facturación de servicios a las distintas sociedades del grupo y a los dividendos obtenidos de Supervisión y Control.

En la actualidad Applus tiene la concesión de las ITV gallegas hasta 2027. El pasado año su negocio en Galicia le reportó unos ingresos de 54 millones de euros, 53 millones en 2021. Así lo indica en su última memoria anual, presentada ante la CNMV. «El mayor contrato individual en el Grupo Applus+ del negocio de inspección de vehículos es Irlanda con 82 millones de euros de ingresos en 2022 y tiene una duración de 2020 a 2030. El segundo contrato individual más importante del Grupo es el contrato de auto en la región de Galicia«, apuntaban sus administradores.

De la sociedad fundada por Amador de Castro que en su día desembarcó en el próspero negocio de las inspecciones deriva en la actualidad Figrupo. «Un grupo empresarial antes denominado Fomento de Iniciativas, con capital 100% gallego, que nació en 1987 con el objetivo de desarrollar la actividad de ITV en Galicia», explica en su página web. «En 1995 inició su expansión internacional en la ITV alcanzando una presencia importante en América Central y Sudamérica. Esta expansión se compagina con una diversificación de la actividad que se traduce en la entrada en otros sectores como son la náutica deportiva, e-commerce, medioambiental y construcción», añade.

Sociedades como la constructora Abeconsa, la empresa de servicios para mayores Raiola, Zero Housing, de casas modulares, o Galioil, de gasolineras, cuelgan del mismo.

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