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Altri apunta a 150 millones en ayudas y otros 100 en créditos para desbloquear su fábrica gallega
Tras muchos meses de dudas, la fábrica de fibras textiles que Altri pretende construir en Palas de Rei (Lugo) parece enderezar el rumbo. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el ministro de Industria en funciones, Héctor Gómez, se han mostrado optimistas sobre las posibilidades de la pastera lusa de obtener suficientes fondos europeos y han roto con la creciente sensación de atasco en el principal proyecto impulsado por el Gobierno gallego a los Next Generation. Se trata de una inversión de cerca de 900 millones para levantar una doble planta de pasta soluble (DWC) y lyocell que abastezca a la industria textil de tejidos sostenibles aprovechando la potente producción forestal gallega con criterios de circularidad.
El difícil encaje de esta iniciativa en los Perte había sido motivo de disputa entre las dos administraciones y ha retrasado la decisión final de Altri sobre el proyecto, que preveía tomar hace ya casi un año. Este martes, tras una reunión en el Ministerio, Rueda dijo que vio «voluntad real de articular soluciones» y un «planteamiento claro» para conseguir unos 200 millones en ayudas. Esa cifra encajaría, más o menos, con el plan que la compañía expuso en sus presentaciones a inversores y que pasaba por obtener entre un 20% y un 25% de financiación pública.
Estos fondos o parte de ellos procederán, según apuntaron ambos dirigentes, del Perte de la Descarbonización, dotado con 3.100 millones y que arrancará este octubre, con una primera línea de 1.000 millones. Adicionalmente, el Ministerio de Industria señaló en un comunicado que está trabajando para que la línea 4 del Perte, destinada a nuevas instalaciones manufactureras altamente eficientes y descarbonizadas, vea la luz a finales de año. «En esta última línea encajarían los proyectos presentados por Galicia», señalaron desde el departamento de Héctor Gómez.
Las ayudas en el punto de mira de Altri
La última línea del programa de ayudas, la destinada a nuevas instalaciones, está dotada con 150 millones en subvenciones y 100 millones en préstamos blandos, y la concesión podría producirse entre 2023 y 2026, según el cronograma del Perte, aunque con el calendario actual sería en 2024 la fecha más temprana. Eso sí, los proyectos podrían concluir en años posteriores. «El objetivo es la valoración de posibles proyectos de inversión de especial efecto tractor para instalaciones industriales que usen la mejor tecnología en descarbonización de sus sectores», señala la documentación del propio Perte.
La inversión privada que prevé movilizar esta línea es de 750 millones, lo que también se acerca a la estimación que tiene Altri y que ha ido subiendo a medida que se retrasaba su decisión. En la última presentación a inversores, de este septiembre, señala que la fábrica requerirá de unos 850 millones, aunque el presidente de la Xunta habló este martes ya de 900 millones. En todo caso, Rueda advirtió que el acceso a los fondos europeos se abordará en una reunión «técnica» en la que se concretará la fórmula para que la pastera lusa logre fondos Next Generation.
Una salida del laberinto
Cabe señalar que el proyecto de la compañía lusa también podría optar a otras ayudas adicionales, pues la dotación de esta línea puede no ser suficiente para un proyecto en el que San Caetano tiene grandes expectativas por la capacidad de vertebración del territorio, por el enfoque de sostenibilidad y circularidad y por el impacto en la ordenación forestal. La posibilidad de acceder a una cuantía importante de ayudas que posteriormente se puedan completar por otras vías es un escenario más halagüeño que el que había antes del verano, en el que Altri podía verse abocada a fragmentar el proyecto para concurrir a múltiples Pertes y captar alrededor de 30 millones, lo que consideraba insuficiente.
Rueda prevé que la fábrica, una vez puesta en marcha, sostenga unos 2.500 puestos de trabajo, mientras que en la fase de construcción genere hasta 10.000. Además de Altri, a la iniciativa se ha sumado también el dueño de Greenalia, Manuel García Pardo, que controla un 25% de la sociedad que tramita la planta, Greenfiber. La pastera portuguesa prevé una producción inicial de 200.000 toneladas de pasta soluble al año y unas 60.000 de lyocell, aunque esta última podría ampliarse en una segunda fase hasta también 200.000 toneladas.