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El dueño de Greenalia inyecta más de 3 millones en la fábrica de Altri tras hacerse con el 25% del proyecto

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A finales del año pasado, el vicepresidente de la pastera portuguesa Altri, Carlos Van Zeller, confirmaba la entrada del primer accionista de Greenalia en su proyecto gallego, la fábrica de fibras textiles que pretende establecer en Palas de Rei y cuya construcción todavía no está asegurada. El complejo, que tendría en realidad un centro de producción de pasta soluble y otro de lyocell, requiere de una inversión próxima a los 850 millones y la compañía lusa siempre pretendió que se incorporaran socios locales que pudieran aportar valor a la iniciativa. En este sentido, Greenalia encajaba, pues sumaba a su experiencia en las renovables un buen conocimiento del sector forestal gallego, al tratarse de la empresa que puso en marcha la mayor planta de biomasa de Galicia en Teixeiro y contar además con una división forestal con acuerdos comerciales con la propia Altri.

Sin embargo, no fue el grupo de renovables el que entró en el proyecto sino su consejero delegado, Manuel García Pardo, a través de su patrimonial Smarttia, la que detenta el 81% de Greenalia. Y lo hizo en serio. Según desvelan las cuentas anuales de Greenfiber, la sociedad instrumental que tramita el proyecto, controla un 25% del capital. El volumen se aproxima a lo que apuntaban fuentes del sector en el momento de la operación, al situar la participación de Smarttia cerca del 20%. La pastera portuguesa, más allá de su voluntad por incorporar socios, defendió en todo momento que mantendría más del 50% del proyecto, es decir, una participación de control sobre el mismo.

Una inyección de más de 13 millones

Greenfiber se constituyó en junio de 2022 con un millón de euros de capital y Manuel García es consejero desde septiembre de ese año. Pocos detalles se explicaron del acuerdo para su entrada, pero parece que el jefe de Greenalia se comprometió, cuando menos, con la capitalización de la empresa para la fase más inicial del proyecto. Entre los dos socios, Altri y Smarttia, inyectaron más de 13 millones en Greenfiber en apenas siete meses, entre julio de 2022 y febrero de 2023. En el caso del empresario gallego hizo dos aportaciones, una de 2,3 millones en noviembre del año pasado, coincidiendo con su entrada en el proyecto, y otra de 900.000 euros el pasado febrero. En conjunto, 3,2 millones. El grupo luso, por su parte, inyectó 7,1 millones en julio de 2022 y 2,7 millones este año, para un total de 9,9 millones. Lo hizo a través de Biogama, que es la filial con la que controla el 75% de Greenfiber.

Según explica en su memoria de ejercicio, Greenfiber gastó ya 10,3 millones para la planificación de la fábrica, que, como explicaba Altri este mismo septiembre en una presentación para inversores, todavía está desarrollando el estudio de impacto ambiental, el plano de ingeniería, el plan de viabilidad económica y el de financiación, donde no se sabe si entrarán o no fondos europeos. Entre esos gastos están los terrenos para la planta en Palas de Rei, que obtuvo mediante un alquiler con opción a compra.

Los activos de Greenfiber ascendían a 15,8 millones a cierre del pasado ejercicio y los fondos propios se situaban en 8,7 millones, todavía poco músculo para una factoría que requiere 850 millones de inversión, pero suficiente para los primeros pasos del proyecto.

La eterna espera de Altri

De construir una fábrica de fibras textiles en Galicia se habló por primera vez de manera pública en octubre de 2020 como uno de los proyectos tractores para los fondos Next Generation, aunque no fue hasta un año después cuando se anunció que Altri sería la promotora. Pasado el tiempo, con Alberto Núñez Feijóo y el exconselleiro Francisco Conde en Madrid, la inversión todavía no está confirmada. La pastera lusa dio como último plazo hasta finales de este año para ratificar que construirá el complejo tras aplazar en varias ocasiones la decisión. Las dificultades para cuadrar el plan de financiación parecen ser el origen de las dudas de la compañía, debido a las dificultades para encontrar un encaje en los Perte. De los proyectos tractores amparados por la sociedad público-privada Impulsa es el de inversión más elevada.

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