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Alberto Rodríguez Boo (Alda): “Estamos recibiendo más de cinco ofertas de hoteles al día”

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Con 44 años de edad, el empresario compostelano Alberto Rodríguez Boo no se marca metas a largo plazo. Al final, reflexiona, “es como ir un poco escalando el Everest”. Sin mirar el pico más alto, puerto a puerto. Fundador y CEO de Alda, su cadena hotelera crece exponencialmente. El mandato es claro, cada año, entre un 30 y un 50% más que el anterior. No se reparten dividendos en la compañía; por ahora, la obsesión es reinvertir y continuar una medida expansión por España y Portugal. Con más de 2.500 habitaciones y la perspectiva de cerrar el año con cerca de 20 nuevas inauguraciones, el ejecutivo revela que nunca había vivido un septiembre como este, en el que está recibiendo más de cinco ofertas diarias de propietarios que le ofrecen sus hoteles. Se entremezclan varios factores: por un lado, el éxito del grupo y su mayor conocimiento. Por otro, la incertidumbre en el sector con respecto al año que viene, tras haber cerrado un gran 2022. En cualquier caso, la firma hotelera sigue ampliando portfolio. Con una plantilla que genera unos 500 empleos directos, las previsiones para este año son rozar los 30 millones en ventas, 10 más que el año pasado.

-Con más de sesenta establecimientos en cartera, parece que no dejan de inaugurar cada año. ¿Cuál es la previsión para este 2023?

-Llevamos unos doce hoteles abiertos y, seguramente, a final de año llegaremos a las veinte aperturas. También es cierto que existen algunas que tienen plazos largos, es decir, que echar a andar el negocio lleva más de un año. Por ejemplo, llevamos ya tiempo preparando un edificio en Burgos que era una antigua residencia de estudiantes y que va a tener un proceso de reforma que superará este ejercicio. En este momento también estamos reformando en A Coruña el Coruña Mar, justo al lado de Riazor. A partir de la firma del contrato normalmente comienzan las reformas, que a veces también requieren de autorizaciones municipales. Es por eso que algunas de las aperturas que tenemos en cartera no se llegarán a producir hasta el año que viene pero, en cualquier caso, continuamos con la línea de crecimiento que hemos seguido estos últimos 15 años. Es decir, cada año abrir entre un 30 y un 50% más que el anterior, tanto en volumen como en facturación. La métrica de facturación, claro, no la cumplimos durante el Covid, pero sí en lo que atañe al número de establecimientos y de habitaciones. Sobre las perspectivas, bueno, esto es un poco como un niño: va creciendo y le tienes que ir cambiando la ropa. Ahora que somos más grandes hay cosas que tenemos que hacer de otra manera. También el perfil de los establecimientos cambia, pero lo que es una constante es el ritmo de crecimiento y esa vocación de mejora continua. No nos comparamos con nadie, queremos hacer las cosas a nuestra manera y, simplemente, cada año, ser un Alda mejor que el anterior.

Nuestra línea de crecimiento sigue: cada año abrir entre un 30 y un 50% más que el anterior

-Habla del perfil de los establecimientos. En un inicio lo suyo son hoteles boutique urbanos, más pequeños y muy bien situados, pero ahora están yendo hacia activos más grandes…

Hay un mix. En cuanto al perfil de nuestros establecimientos no es tanto que estemos cambiando el foco como que lo estamos ampliando. Nuestro estándar hace diez años era una pequeña pensión y hostal de centro ciudad. En la actualidad seguimos teniendo ese modelo. Por ejemplo, este 2023 abrimos el hotel Centro Zamora que son 13 habitaciones y estamos preparando el Coruña Mar, que son menos de una treintena de habitaciones en el centro de la ciudad, en la playa de Riazor. Con ese modelo de establecimiento seguimos creciendo porque la verdad que no tenemos competencia por toda la experiencia que tenemos acumulada en telegestión y domótica. Ahí somos muy buenos y no competimos con nadie, salvo con particulares, pero como empresa organizada no tenemos competencia. Sobre otro modelo de establecimiento yo lo digo muchas veces: a mí me gustaría tener hoteles vacacionales de 200 habitaciones en el Caribe, pero ese negocio ya está cogido, ya hay gente que lo hace muy bien. Sin irnos ni siquiera a ese extremo, si hablamos de activos de 70 u 80 habitaciones en ciudades medias y grandes hay más operadores especializados en gestionar este tipo de hoteles. Es verdad que en el pasado nosotros no cogíamos este modelo de establecimiento no porque no viésemos negocio en él, sino porque había otras marcas que le aportaban entonces más confianza o más solvencia al propietario del activo.

-Pero han cambiando mucho en pocos años…

-Sí, en estos quince años hemos crecido y la situación ya es diferente. Por ejemplo, este 2023 abrimos un Alda Valladolid Sur de 74 habitaciones que se había construido para ser un NH. Tiene un estándar de calidad y de tamaño por el que podrían trabajar cualquiera de las grandes… En este caso la propiedad confió en nosotros para llevar la gestión del hotel. Antes no lo hacíamos no porque no lo quisiéramos hacer, sino porque no teníamos esa puerta abierta. Cierto es que para mantener los ritmos de crecimiento que buscamos cuanto más grandes sean los hoteles más fácil. Es decir, al final abrir un hotel de más de 70 habitaciones pues es como abrir cinco de 15.

-¿Hay en su plan estratégico algún tope? ¿Hasta dónde piensan llegar con esta política de crecimiento continuo?

-A ver, esto es un poco como cuando quieres subir el Everest. Es cierto que no hay un punto marcado que diga “tiene que ser aquí”. Yo tengo 44 años, el día antes de que me muera te digo hasta dónde llegué, pero bueno, lo que quiero decir es que no hay un objetivo marcado. En cualquier caso, continuando con el símil, yo nunca subí al Everest, pero supongo que no lo haces mirando el pico, vas poco a poco, primera base, segunda base. La primera vez que hice esa mirada al horizonte fue a diez años vista, cuando monté la empresa y el objetivo era, en aquel momento, llegar a 1.000 habitaciones. Entonces parecía inalcanzable porque estábamos abriendo un hotel de cinco habitaciones en Santiago, pero el business plan estaba pintado. A las mil habitaciones llegamos en 2019, por lo que cumplimos ese objetivo de una década. El siguiente es alcanzar las 4.000, un número que en esta hoja de ruta marcamos en 2026-2027. A día de hoy tenemos unas 2.500. Cuando lleguemos a este próximo estadio pues miraremos cuáles son los siguientes pasos porque para superar las 4.000 habitaciones necesitaremos un espacio geográfico que trascienda a España, para no tener un problema de saturación. Nosotros somos unos guerrilleros de la hotelería, al fin y al cabo, tenemos que tener una cuota de mercado pequeña en cada plaza. Nuestra estrategia de precios implica que no podemos tener un peso muy grande en cada ciudad con lo cual, cuando lleguemos a las 4.000 habitaciones, seguramente se nos empezará a quedar pequeña España. Entonces ya tendremos que tener un plan de internacionalización, pero esa es otra historia…

A las mil habitaciones llegamos en 2019; el siguiente paso son las 4.000, a las que llegaremos en 2026-2027

-Así que, de momento, a corto plazo, se quedan solo en España.

-Sí, bueno, en Península Ibérica. Al final desde el punto de vista empresarial, de cercanía de cliente, es el mismo territorio. El tipo de cliente que va a Asturias no suele ser el mismo que va a Canarias, pero sí es más parecido a el que va a Coimbra…

-Hagamos un repaso. ¿Cómo ha cambiando la situación de la compañía desde sus inicios, teniendo en cuenta las necesidades de financiación para esta expansión?

-Al inicio de todo montamos Alda dos socios, dos amigos de Santiago, Alberto y Daniel, de ahí el nombre. Llegó un tercer socio, un patrimonialista, que nos facilitó abordar esa parte de crecimiento. Inicialmente comenzamos a comprar algún activo inmobiliario pero pronto vimos que ese objetivo de crecimiento anual era incompatible, prácticamente para cualquier, con una estrategia de compra de inmuebles. Así fuimos cogiendo hoteles en alquiler. Llegó un momento en el que la compañía adquirió unas dimensiones, un tamaño, que nos llevó a una reestructuración en la que sólo quedo yo en el capital y ese socio inicial patrimonialista que, desgraciadamente, fallece durante el Covid. En ese momento lo que hice fue acercarme a potenciales financiadores. En este caso fue Inveready, a través de Gaea Inversión y que tiene presencia en el consejo de administración de la empresa pero no está en su capital, igual que Lift Private Equity.

Al contrario que otros muchos actores destacados del sector, en Alda han seguido sumando activos incluso durante la pandemia.

-Es cierto que, muchas veces, las debilidades de unos son las oportunidades de otros. Esta situación permitió que mucha gente que estaba dudando en si dejar el sector diese el paso. En ese momento de incertidumbre sus expectativas se redujeron y estuvieron más abiertos a dejar el negocio. A día de hoy sigue siendo un poco así. Este mes por ejemplo, estamos con muchísimas propuestas de gente ofreciéndonos hoteles. La verdad, nunca tuve un mes como este en la vida, de llegarnos cinco, seis, siete propuestas al día de hoteles. Nunca lo había vivido a este ritmo y es por la mala perspectiva del sector para el año que viene. Venimos de un buen año, por lo que la gente que quiere recoger ganancias estima que está en un punto alto y cree que es buen momento para salir, con buenos números para ofrecer. Al margen, también estamos teniendo muchísimas propuestas porque es cierto que tenemos muchísima más visibilidad.

-Dejando a un lado las perspectivas para el próximo año, centrémonos en este. ¿Tienen alguna previsión en cuanto a resultados?

-El negocio va bien. Es cierto que el año 2020 tuvimos pérdidas importantes, pero como el resto del sector. También es cierto que en los años de vida de esta compañía no hemos repartido nunca dividendos, porque todo se dedica a crecer. Lo cierto es que contamos siempre con unas previsiones bastante ajustadas de cómo vamos a acabar el año y eso, precisamente, es lo que nos marca también cuánto vamos a crecer. Es decir, si vamos a tener un buen año, pues ese ejercicio también vamos a abrir más hoteles. Este 2023 acabaremos probablemente en números positivos a pesar del fuerte crecimiento, porque es un buen año. El pasado lo cerramos con unos 20 millones de euros de facturación y este vamos a rozar los 30 millones.

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