La rebaja de 180 M€ en los derechos del fútbol no sirve a Telefónica para aumentar su rentabilidad

El fútbol español ha comenzado una nueva temporada entre protestas y diáspora de grandes estrellas; algo que afecta al operador azul que, además, ya lidia con su propia penitencia para hacer rentable este negocio

Telefónica

Uno de los partidos polémicos de LaLiga / EFE

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Telefónica presume de ser la ‘casa del fútbol’, aunque el amor no es tan recíproco como parece. LaLiga, con nueva imagen de marca, ya se ha puesto en marcha otra temporada más. Sin embargo, el interés por este deporte cada vez es más cuestionado. Algo que afecta al operador a la hora de rentabilizar su inversión.

Desde hace años Telefónica está ligada de una manera muy exigente al fútbol. Muchos de sus abonados lo son, precisamente, por este deporte. Por tanto, la compañía presidida por José María Álvarez-Pallete se ve en la obligación de responder a esa confianza. Sin embargo, los número no acaban de cuadrar del todo año tras año.

En 2019, cuando Telefónica estrenó los derechos del nuevo trienio, pagó una factura total de 2.940 M€. Por temporada, la comanda resultante era de 980 M€. De esa cifra hay que reducir, en cierta forma, la reventa que se hace de dichos derechos a otras compañías. En este caso, y una vez que Vodafone España decidió alejarse del fútbol, solo quedó Orange en ese periodo.

En ese contexto, y sin descontar lo que repaga Orange para hacer un cálculo comparativo, Telefónica tenía en 2019 sobre 4.090.000 de usuarios de TV. De ellos, y sin que nunca hayan trascendido cifras oficiales, pero la hemeroteca ha recogido siempre cálculos sobre el 40%-50% de la cartera total, se estima que tenían unos 1,8 millones de abonados al fútbol. Eso hace un gasto medio superior a los 500€ por usuarios en el coste de los derechos.

Telefónica no consigue subir

Al inicio de la campaña 2023/24, Telefónica se encuentra en un nuevo ciclo en lo referente al pago de derechos. Junto a Dazn, consiguió hacerse con el contrato por los próximos cinco años. Un pago total superior a los 4.000 M€, y que, tras una negociación con la plataforma en ‘streaming’, supuso para el operador azul una factura anual de 800 M€.

Esta cifra suponía un éxito negociador. Tanto con LaLiga, como con Dazn. Se rebajaba la factura de los derechos en casi 200 M€. Sin embargo, con las cifras sobre la mesa, resulta que la rentabilidad sigue prácticamente estancada.

Sin descontar el aporte que suma Orange, y que habrá sido similar al de otros años, pese a que se trata de un negocio que ya no tiene un precio regulado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la ecuación del número de clientes entre el importe que se paga, deja un gasto medio superior a 500€. Casi lo mismo que en 2019.

La explicación se debe a la pérdida de esos 600.000 abonados y que, en consecuencia, se pondera con esa cartera media de clientes que ha perdido también de las tarifas con fútbol. Porque el problema del deporte rey en España también es de imagen, calidad y expectativas.

Una diáspora de estrellas

Desde ese 2019 se han marchado Messi, Cristiano Ronaldo, Benzema… a lo que se añade que no se han conseguido atraer estrellas como Mbappé o Haaland.  Por tanto, se trata de un producto que ha menguado su valor de manera significativa en los últimos años y, además, no se sabe si habrá un punto de retorno.

Ante este escenario, se ha abierto un profundo debate sobre la rentabilidad del fútbol para los operadores de telefonía. En realidad es un melón que Vodafone decidió reventar contra el suelo hace ya algunos años cuando decidió alejarse de este contenido. Algo que deja lecturas para todos los gustos.

El operador rojo, como causa, consecuencia o azar -nunca se sabrá-, empezó una caída en picado desde que renunció a los derechos del fútbol. Financieramente, como las compañías son poco transparentes en este aspecto, no se sabe si le ha ido bien o mal. Lo único que se conoce con certeza es que su posición final es peor.

En este sentido, Telefónica no puede arriesgarse a una vida sin fútbol. Seguramente, dentro del cuartel general del operador azul habrá salido muchos veces la cuestión: dejar el fútbol o seguir. Y la pérdida continuada de clientes de paquetes convergentes también les hará repensar la estrategia. Pero, por el momento, los derechos están pagados para los próximos años. Así que no queda otra alternativa.

Avatar

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp