Endesa derriba dos torres de refrigeración y una chimenea para acabar con el carbón
La energética prevé acabar con el proceso de cierre de las centrales de carbón en 2025
Endesa ha derribado simultáneamente este jueves las dos torres de refrigeración y de la antigua chimenea del grupo 3 de la central térmica de Compostilla, un paso más en el proceso de cierre de las centrales de carbón que la compañía está llevando a cabo y que completará en diciembre de 2025.
«La realización de esta actuación se ha diseñado un exhaustivo procedimiento con el objetivo de garantizar unas condiciones absolutas de seguridad y efectivas de demolición«, ha explicado la compañía en un comunicado. Esta misma prevención se está aplicando en todos los procesos que conforman los trabajos en curso en la planta, que además tienen como objetivo revalorizar, al menos, el 90% de los residuos que se generen.
Proceso de demolición
En el mismo comunicado, la energética que dirige José Bogas ha explicado que los trabajos previos se iniciaron en junio de 2022 con la retirada y gestión de los equipos en los que se producía el intercambio de calor, compuestos básicamente por materiales de relleno plástico situados en su interior. También se acondicionó y separó la parte externa de la interna, se desvincularon los elementos unidos a la torre y se desmanteló el equipamiento situado en la zona de afección.
Para la voladura de las dos torres se han empleado 1.176 barrenos y otros 100 para la chimenea, completando un total de 224 kilos de explosivo, que se han colocado en los pilares de las torres y en la base de la chimenea mediante taladros distribuidos para dirigir la caída en la dirección planificada. En el proyecto se ha fijado un radio de seguridad de 400 metros desde cada una de las estructuras.
La voladura ha producido 16.900 toneladas de residuos aproximadamente, principalmente de hormigón, que serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental.
Central de Compostilla
La Central térmica de Compostilla dejó oficialmente de estar operativa en junio de 2020. Desde entonces, el desmantelamiento de la central de Compostilla se encuentra en más de un 50% y en ella está trabajando personal especializado, el 80% del cual son trabajadores del entorno del Bierzo. Una vez se finalice el desmantelamiento, la superficie que ocupaba la central quedará disponible para acoger nuevos proyectos industriales.