Caos en la dirección de Correos: 19 cambios en tres años de pérdidas millonarias

El presidente de la empresa pública, Juan Manuel Serrano, fulmina a dos directivos más y acumula una docena de cesados desde 2019

El presidente de Correos, Juan Manuel Carrasco / EFE

Juan Manuel Carrasco es de los pocos que ve razones para quedarse como presidente de Correos. EFE/Mariam A. Montesinos

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Correos es un barco a la deriva. Acumula cientos de millones de pérdidas en los últimos años y no para de hacer cambios en la cúpula. Los últimos, comunicados internamente a principios de este mes de marzo, han sido el cese de dos directores que llevaban solo dos años en el puesto, pero son la punta del iceberg: desde finales de 2019, en poco más de tres años, la empresa pública ha hecho 19 cambios en el equipo directivo, por el que han pasado 20 ejecutivos, de los cuales ha fulminado a 12.

Es conocida la estrecha relación personal de Juan Manuel Serrano, presidente de Correos desde 2018, con Pedro Sánchez. Eso le ha convertido en intocable, aseguran fuentes internas, y hace y deshace a placer. Solo aguantan tres de los ejecutivos que estaban con él en el equipo directivo a finales de 2019: el secretario general, Julio González García, el director de auditoría y control, Javier Monzó, y la directora de comunicación y márketing, Eva Pavo, que además es la única mujer entre los 8 miembros del equipo directivo.

Los últimos damnificados han sido dos cargos clave: el director de operaciones y la directora financiera, esta especialmente sensible justo cuando la empresa pública está terminando de pulir sus cuentas para su publicación en las próximas semanas y se espera que arrojen pérdidas de 154 millones de euros. Adis Castaño había asumido el puesto en febrero de 2021, por lo que ha estado dos años en la dirección financiera, el mismo tiempo que Eduardo Herrera en la dirección de operaciones, también defenestrado hace pocos días.

El nuevo director financiero es Santiago Ferrer Puga, que procede de los supermercados Dia, donde ha sido director de Transformación en los últimos 14 meses, aunque ya tenía experiencia en el sector de los envíos pues estuvo 7 años en FedEx. El director de Operaciones es ahora Antonio Rueda, que también ha sido nombrado presidente de Correos Express –que además acaba de cambiar a su director general–, y su trayectoria está marcada por más de 20 años en Airbus. Ambos han firmado con un sueldo anual alrededor de 200.000 euros brutos al año, según fuentes cercanas a la compañía.

Estos cambios llegan después de cinco meses tranquilos en la cúpula de Correos. Parece poco, pero la empresa de cartas y paquetería ha vivido tiempos aun más convulsos. En octubre del año pasado fue destituido José Luis Pérez Pastor después de casi dos años y medio como vicesecretario, cargo que estrenó y que ha enterrado, pues ya no está en el organigrama de directivos. Pérez Pastor era letrado de la Junta de Andalucía y defendió a los 24 acusados del Servicio Andaluz de Empleo, entre ellos tres exconsejeros de Empleo, por las subvenciones de los cursos de formación. Fueron exonerados.

EJuan Manuel Serrano con el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. EFE/ Ángeles Visdómine

Unos días antes, en septiembre de 2022, hubo dos incorporaciones en el comité de dirección de Correos: Enrique Jesús Cervera y Fernando Ramírez se incorporaron a las direcciones de estrategia y relaciones laborales respectivamente. Ambas estaban vacantes. La primera desde junio de 2022 pero la segunda desde hacía casi un año. Ramírez venía de Navantia aunque también pasó por Airbus. Cervera, periodista, fue director gerente de EFE entre 2020 y julio de 2022 y en su currículum destaca que fue portavoz de la Junta de Andalucía con Manuel Chaves, por lo que como Pérez Pastor, venía del PSOE andaluz.

Tanto Cervera como Ramírez siguen en la directiva de Correos, llevan seis meses, y Ferrer y Rueda apenas dos semanas. Además estos y los tres intocables de Serrano, el ejecutivo que falta es Sergio Peinado, director de transformación digital y tecnología, cargo que ocupa desde hace 20 meses. Pero se trata de un hombre de la casa, pues lleva 18 años en la empresa pública y ha sobrevivido a gobiernos de todos los colores.

Por este camino se han quedado en los últimos poco más de tres años una docena de directivos. Además de los tres citados, destaca Avelino Castro, uno de los más fugaces pues no llegó a los dos años, y eso que el exdirectivo de Renfe ocupó dos cargos: la dirección de operaciones y luego la de estrategia, que estrenó.

También llama la atención que mientras han entrado directivos procedentes de empresas públicas o que habían tenido cargos en administraciones socialistas, han salido ejecutivos que venían de la empresa privada. Es el caso de Enrique Ramírez Palacín, que fue director de organización, tecnología e innovación, que había sido responsable de desarrollo internacional de Carrefour pero que en la empresa pública española salió en junio de 2021 tras 13 años con cargos de responsabilidad. Roberto Ducay, exdirector de ISN y Oesia y exdirectivo de Banca Cívica, no cumplió los dos años en la cúpula de Correos y causó baja en julio de 2020.

Tres años de pérdidas y algún fiasco millonario

Correos ha caído en una más que delicada situación económica desde la llegada de Juan Manuel Serrano. Según los presupuestos del Gobierno, el año pasado habría perdido 154 millones, aunque la empresa pública aun no ha hecho públicos los resultados de 2022. En 2021 los números rojos fueron de 96 millones, mientras que en 2020, año marcado por la pandemia, el agujero fue nada más y nada menos que de 264 millones. En 2019 había ganado 13 millones tras cuatro años en pérdidas.

Pero no solo por las pérdidas y las salidas y entradas constantes en la cúpula se caracteriza la presidencia de Serrano. Correos quiso dar un paso adelante en el segmento de transporte aéreo de paquetería y compró un avión para llevarlo a cabo, pero cometió uno de esos errores que hacen que la realidad supere la ficción: la nave era de pasajeros y el espacio para carga era limitado.

Correos debía hacerse cargo de todos los gastos de operación, incluyendo la rehabilitación del avión, por lo que el proyecto le aportaba más pérdidas que beneficios. Al final, liquidó el contrato firmado con Iberojet, la empresa con quien se alió para gestionar este servicio, y puso punto final a su aventura aérea.

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