Calviño veta de facto a Huawei en las ayudas al 5G para no hacer una ‘lista negra’
Bruselas cada vez está más preocupada por la situación de la compañía china en Europa, y por fin quiere tomar -también- algún tipo de medida concreta
La situación de Huawei en España se complica. La compañía de origen chino lleva varios años convulsos desde que el expresidente americano Donald Trump se lanzase contra ellos. En el caso español, y a falta de concretar la lista de empresas de ‘alto riesgo’ en materia de seguridad para el desarrollo del 5G, el Gobierno ha buscado una nueva fórmula para señalar a la tecnológica asiática, pero sin la necesidad de reflejarlo en negro sobre blanco -gran problema y miedo que hay hasta ahora-.
La situación actual es la siguiente: en marzo de 2022, y al amparo del Ministerio de Asuntos Económicos y Agenda Digital, liderado por Nadia Calviño, se publicó la Ley de Ciberseguridad 5G. Dicha norma sentaba las de esta tecnología en España y, a su vez -y con obligaciones europeas-, se acordaba publicar una lista de suministradores y proveedores de red catalogados de ‘alto riesgo’ por las potenciales intromisiones de terceros países en materia de seguridad.
Esta lista señalaba de forma directa a Huawei y ZTE que, de esta manera, no podrían ser contratados por los operadores de telefonía españoles. Pero sin lista, no había veto. Al menos de manera directa. Es decir, ante el temor de que esto pudiera suceder, las principales compañías con red (Telefónica, Orange España y Vodafone España) llevan meses trabajando -y buscando acuerdos- con Nokia y Ericsson. Y es que un cambio de proveedor es un coste muy importante.
Ante este escenario, en el pasado Mobile World Congress de Barcelona, la ministra y vicepresidenta Calviño deslizaba la idea de que dicha lista de proveedores catalogados de ‘alto riesgo’ no era urgente, pese a que existía el compromiso de publicarla. De esta manera, el Ejecutivo dejó que fluyera la idea, sin poder controlarla, de que no se hacía para no comprometer los interés comerciales españoles con China al señalar a una de sus grandes empresas.
Pero, poco a poco, el Gobierno español ha encontrado fórmulas para disuadir, más si cabe, a los operadores españoles. En concreto, ha introducido una serie de puntos en las diferentes ayudas al 5G que dejan claro a los aspirantes a recibir este dinero no pueden tener proveedores de fuera de Europa.
El mensaje en la consulta pública para los 500 M€ de ayudas en redes activas al 5G es claro: «Los beneficiarios deberán contribuir a los objetivos de soberanía digital y autonomía estratégica de la Unión Europea, así como garantizar la seguridad de la cadena de suministro teniendo en cuenta el contexto internacional y la disponibilidad de cualquier componente o subsistema tecnológico sensible que pueda formar parte de la solución, mediante la adquisición de equipos, componentes, integraciones de sistemas y software asociado a proveedores ubicados en la Unión Europea».
La ambigüedad contra Huawei
Sin señalar a nadie, ni exponer de manera pública a ninguna empresa, el Gobierno español se ha sumergido en un mar de ambigüedad bastante profundo. Todo chip que venga de un «país tercero» no podrá estar en la cadena de suministro de las empresas que opten a estas ayudas.
Además, según fuentes consultadas por ECONOMÍA DIGITAL, efectivamente se crean ciertas dudas por la interpretación de lo que supone el origen del suministro, la sede social de las empresas o, como figura en la Ley de Ciberseguridad 5G, de dónde proviene el capital de las empresas que operan en territorio europeo y que puede ser motivo para incluirse en la lista de ‘alto riesgo’.
Por todo ello, cabe recordar que se trata de ayudas muy importantes para todo el sector y que, además, suelen tener una importante acogida. Sobre todo, entre las compañías implicadas con los despliegues de red.
Europa echa una mano
Ante la reticencia de los diferentes Estados miembro, o con maniobras como la española, desde la Unión Europa quieren echar un cable. Según publican desde FT esta semana, Bruselas está estudiando activar un mecanismo obligatorio para que los diferentes países hagan sus listas de ‘alto riesgo’ e incluyan a Huawei sin ningún temor.
Y es que hasta ahora solo ha habido casos sueltos. Al margen de Reino Unido, tal y como publicaba The Objective, también Alemania y Portugal estaban avanzando en esta dirección. Pero siempre de manera muy sucinta y sin levantar revuelo.
La situación genera un doble problema: por un lado con China y las alianzas comerciales que tiene cada país. Y, a su vez, con los propios operadores nacionales. En el caso español, tanto Telefónica, Orange como Vodafone tienen acuerdos con Huawei, bien sea para las infraestructuras críticas, denominadas ‘core’, o para los equipos de radio, redes, etc.
Tener que realizar estos cambios de suministrador no es sencillo ni barato. Y lo segundo es lo que más aprieta en un momento donde el sector telecos está en una guerra de márgenes. Por tanto, parece que con veto activo o en diferido, Huawei seguirá siendo noticia.