Puedes cobrar una pensión si no te alcanzan los años de cotización: estas son las condiciones
El Estado ofrece varias coberturas económicas para las personas que no puedan seguir trabajando porque llegaron a la edad de jubilarse, por enfermedad o accidente
Por diversas situaciones, hay personas que no tienen los aportes suficientes para acceder a las pensiones de jubilación cuando han llegado al fin de su edad laboral; o que no pueden cobrar una prestación por accidente o enfermedad que le impide realizar su trabajo.
Para ellos el Estado cuenta con las pensiones no contributivas, que como dice su nombre, no es necesario haber realizado aportes para poder acceder a ellas. Pero sí hay que cumplir con varios requisitos para ser beneficiario.
Para qué sirven las pensiones no contributivas
Su objetivo es que las personas que las reciben tengan unos ingresos mínimos para vivir dignamente, además de contar con servicios de farmacia y asistencia médica gratuita (junto con otras asistencias complementarias).
Las dos principales pensiones no contributivas son la de jubilación y la de incapacidad. Veamos cada una de ellas.
Las pensiones de jubilación y de incapacidad
A la pensión no contributiva de jubilación se accede cuanto se cumple la edad mínima para la jubilación, actualmente en los 65 años, y se reside en España o se vivió durante 10 años, de los que dos tienen que ser inmediatos a la fecha en que se solicite la pensión.
En cuanto a la pensión no contributiva de incapacidad, pueden solicitarla las personas de 18 a 65 años, con un grado de discapacidad que iguale o supere el 65%. También se exige ser residente en España o haber vivido durante 5 años -con dos de ellos, también inmediatos a la solicitud de la prestación-.
Para acceder a la pensión no contributiva es necesario tener ingresos menores a los 6.784,54 euros anuales
La clave está en los ingresos
Un ingreso clave para poder contar con esta ayuda es estar en riesgo de vulnerabilidad económica, lo que se establece si se gana menos de 6.784,54 euros al año.
Pero si es que se recibe menos dinero, pero se convive con algún familiar (sea cónyuge o pariente de segundo grado) que tenga ingresos, la pensión no contributiva se podrá recibir si la suma de las rentas en el núcleo de convivencia es menor a estas cuantías:
. De 11.533,72 euros si son dos convivientes.
. De 16,282,90 euros si son tres.
. De 21.032,08 euros si son cuatro convivientes o más.
Ahora bien, si esos parientes consanguíneos son padres y/o hijos, las cifras suben, y son estas:
. Hasta 28.834,30 euros si son dos convivientes.
. Hasta 40.707,25 euros si son tres.
. Hasta 52.580,20 euros si son cuatro o más.
Cabe puntualizar que no es posible acceder a las dos pensiones. A lo sumo, si se solicita una por invalidez es posible percibirla hasta que se llega a la edad de la jubilación, y luego cambiar a esta última.
De cuánto son las pensiones no contributivas
La cuantía íntegra de la pensión no contributiva es de 484,61 euros al año, pero si se conviven con otras personas como explicábamos, se va reduciendo hasta llegar a la mínima de 121,15 euros mensuales.
Ahora bien, si se certifica una invalidez del 75% o más, se tiene derecho a una serie de complementos que pueden elevarla hasta los 726,91 euros.
Para solicitar la pensión no contributiva hay que dirigirse las oficinas de servicios sociales de la comunidad autónoma, las delegaciones del Imserso o a las dependencias de la Seguridad Social; ya sea de forma presencial con cita previa o a través de las páginas web.
Cuándo se puede perder la pensión
Pero hay que estar atento a cumplir con las exigencias de la ley, sino la pensión se puede perder.
Esto puede suceder si se superan los ingresos que marca la ley, si no se declaran los ingresos de la unidad de convivencia cada primer trimestre del año, por no informar de las variaciones personales como el lugar de residencia o la modificación del estado civil, o no avisar que se cambió de oficio.