Los motivos por los que Hacienda puede controlar tus cuentas bancarias

Probablemente, una de las cartas que la ciudadanía más teme encontrar al abrir su buzón son las que envía la Hacienda. Una vez se abre la misiva, se suele encontrar un documento en el cual el fisco informa que se ha cometido algún tipo de infracción y consecuentemente, va a iniciar un expediente sancionador.

Concretamente, las autoridades fiscales detallan en la notificación el expediente al que se refieren, pero también el tipo de impuesto que se ha infringido y el importe económico que se ha defraudado.

Ante esta situación, son muchas las personas que se preguntan por qué pueden recibir una notificación por parte de Hacienda. A continuación te desvelamos todas las claves.

Hacienda vigila tus cuentas bancarias

Las razones que pueden llevar a la Agencia Tributaria a emprender una investigación a un contribuyente pueden ser muy diversos. Mientras que en algunos casos son operaciones bancarias las que despiertan la atención del fisco, en otros se trata de un examen que se lleva a cabo de forma aleatoria.

Bajo el propósito de detectar delitos financieros, como la evasión de impuestos, el fraude o el blanqueo de capitales, el fisco vigila especialmente las transferencias bancarias.

Mientras que cuando una persona transfiere más de 6.000 euros a otra cuenta el banco solo avisa a la Agencia Tributaria, cuando rebasa los 10.000 euros las autoridades fiscales cuentan con la posibilidad de abrir una investigación.

De hecho, cuando se efectúa una transferencia por encima de este monto, el contribuyente ha de justificar la operación en la presentación de la Declaración de la Renta.

Si se transfieren más de 10.000 euros, se debe hacer constar en la Renta

Para evitar problemas con Hacienda, habrá de descargar y rellenar el Modelo S1 con los datos de las personas involucradas en la transferencia, así como el origen y el destino del dinero.

Plazos

Otro factor a tener en cuenta son los plazos, puesto que las autoridades fiscales disponen de un periodo concreto durante el cual pueden llevar a cabo una inspección, que variará según el procedimiento en cuestión.

Los procesos que tienen una duración mayor son los que comprueba el Cuerpo de Inspección Tributaria. Dado que tienen un carácter más general, sus investigaciones pueden abarcar entre el año y medio y los dos años.

Se trata de investigaciones que se acometen en empresas con un inmenso volumen de negocio, o bien, en los casos en los que es necesario la presentación de cuentas consolidadas.

Sin embargo, cuando las comprobaciones las realizan los órganos de Gestión de la Agencia Tributaria la duración del proceso suele acortarse. Teniendo en cuenta que se encargan de comprobar si se están cumpliendo las obligaciones tributarias, el departamento efectúa revisiones más sencillas y concretas.

Por ese motivo, el plazo máximo durante el cual puede emprender una investigación a un contribuyente no puede exceder los seis meses, según recoge el portal 65ymás.

En el caso de que se trate de fraude fiscal, el resultado de la inspección puede zanjarse con una sanción, si bien en los casos más graves los delitos pueden acarrear hasta seis años de prisión.