Gobierno y CNMC fallan en su plan de transparencia energética: los clientes, más preocupados por la falta de claridad

La crisis ha traído un mayor interés por los temas energéticos, aunque de momento no se ve reflejado en las acciones de los usuarios

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La crisis energética, que sobre todo ha impactado en los precios, ha obligado a los distintos gobiernos y reguladores a tomar medidas para que la ciudadanía no quedara al desamparo de los mercados. Así, el Ejecutivo español y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tomaron medidas para impulsar la transparencia. De momento, todo avanza demasiado lento. 

La última en recordarlo ha sido la directora de Energía de la CNMC, Rocío Prieto, que en el marco de unas jornadas organizadas por el Club de la Energía, ha recordado la intensa labor que ha llevado a cabo el regulador para dotar de mayor transparencia al sector y, asimismo, que los usuarios tengan mayor conocimiento. Sin embargo, la realidad es algo más tozuda. 

En concreto, según el Panel de Hogares que realiza el propio organismo, los datos a mediados de 2022, cuando ya se llevaba más de un año de crisis de precios, arroja cierta desesperanza. Esta encuesta, que es de las más amplías que existen a nivel nacional, deja varias conclusiones preocupantes.  

Por ejemplo, en cuanto a los motivos de preocupación que tienen los usuarios sobre los servicios energéticos, ha ido ganando peso -año tras año- la falta de claridad en la factura, así como en los precios. De este modo, algo que en los últimos años había dejado de preocupar, y poco más de un 40% de los encuestados lo veía un problema; ahora la cifra ya escala por encima del 50%. 

Y lo mismo sucede con la falta de información sobre las condiciones de suministro y contrato. Una preocupación que ha ido en aumento. Con umbrales que estaban sobre el 30%, a llegar ahora a cotas cercanas al 40% en una continua subida. 

El conocimiento no crece 

El problema de esta situación es que hay demasiados aspectos en los que no ha habido mejoras significativas en los últimos dos años. Otro ejemplo, relacionado con esa relación de transparencia y actuación de los clientes, tiene que ver con el conocimiento de cómo reclamar o denunciar incidencias en el servicio. La cifra sobre cómo hacerlo aparece inalterable en el 68%-69% desde hace varios ejercicios. Una mala señal de que las personas no han adquirido nuevos hábitos

De igual manera, los clientes que han ejercitado su derecho a reclamar están estancados por debajo del 10%, y no ha variado pese a todos los cambios que se han vivido en los dos últimos años en el sector energético.  

En cuanto a los motivos, una vez que se ha reclamado, los problemas para darse de baja han aumentado en los últimos ejercicios. Otra señal de que algo no funciona, puesto que los usuarios sufren ciertas cosas de las que no son conscientes, no se reclaman, y luego se trata de procedimientos que deberían ser fáciles, sencillo y, lo que se busca por parte de todos, transparente. 

Por lo que respecta a la contratación de servicios, otra dato demoledor es que, a nivel eléctrico, ha aumentado el número de hogares que tienen contratada más potencia de la necesaria, sobre todo, en los tramos ‘punta’, que además coincide con los de mayor precio. 

Esta última cuestión ataca directamente a los objetivos de transparencia que el Gobierno y la CNMC llevan un año buscando, y lanza la gran pregunta: ¿ha aumentado la transparencia, pero son los usuarios quienes reniegan de ella?, ¿o realmente faltan herramientas para que los clientes puedan tomar las mejores decisiones?

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