Las empresas se lanzan al hidrógeno a falta de la revisión total del Plan de Energía del Gobierno

La revisión del PNIEC será la verdadera prueba de fuego para saber hasta qué punto está comprometido el Gobierno con el hidrógeno

Los firmantes de la Alianza del H2 en la aviación

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El hidrógeno se ha convertido en el ‘trending topic’ de la economía. Hace unos días, incluso, el gestor técnico del sistema de gas español, Enagás, celebró el ‘Día del Hidrógeno’ para anunciar sus inversiones. Las obligadas y las que ejecuta con otros socios. Esta semana ha sido el sector de la aviación en su conjunto. Todo ello sin lo más importante: saber cuál es la apuesta pública. Algo que será esencial. 

La última fotografía en torno al hidrógeno ha llegado con la creación de la Alianza para el Uso del Hidrógeno Verde en la Aviación. La foto ha contado con Aena; la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa); la Asociación de Líneas Aéreas (ALA); la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP); la Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Seguridad y Aeronáutica y Espacio (Tedae); la Asociación Ibérica de Gas Natural, Hidrógeno y Gas Renovable para la Movilidad (Gasnam-Neutral Transport); el Centro Nacional del Hidrógeno (CNH2), el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (Inta); la Plataforma Tecnológica Aeroespacial Española (PAE); y la Plataforma Tecnológica Española del Hidrógeno (PTeH2). Además, también había presencia pública: la secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera

Los objetivos que contempla esta Alianza son determinar las necesidades de desarrollo, producción, almacenaje y distribución de hidrógeno verde para la aviación en España, además de promover la investigación y el desarrollo de soluciones en este campo, la coordinación entre diferentes actores de la cadena de valor de la industria del hidrógeno en la aviación y el intercambio de información. 

Más pragmática fue la puesta en escena de Enagás -con cifras y datos-. También secundada por representación pública de alto postín (ministra por vía telemática y secretaria de Estado). Y ese es, precisamente, el primer gran problema que debe abordar el hidrógeno: un cambio total de la concepción que hasta ahora ha dado el Gobierno a esta tecnología

Es decir, desde diversos ministerios se han volcado. No hay duda. El Gobierno respalda todas las actuaciones relacionadas con el hidrógeno, pero ahora toca refrendarlo en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Este plan, del que debe remitirse una actualización a Bruselas antes del verano, es la guía energética sobre la que se elabora la posterior legislación. Y la revisión debe ser profunda. 

Una revisión muy profunda 

«Elevado coste de producción a partir de fuentes renovables»; «necesidad de establecer con claridad los derechos, obligaciones y responsabilidades de los agentes involucrados»; «desconocimiento por parte de los usuarios finales». Así describía en 2020 el Gobierno al hidrógeno. Y así lo plasmó en el PNIEC. 

Pero no es el único documento donde el Ejecutiva ha dudado, y no hace tanto, de la capacidad del hidrógeno. O al menos, si no son dudas, reticencias en cuanto a su potencial por tiempo indeterminado

En la ‘Hoja de Ruta del Hidrógeno’, lanzada a finales también de 2020, el Ministerio para la Transición Ecológica exponía que «cualquier nuevo marco regulatorio ha de reconocer el potencial del hidrógeno renovable. Establecer un mercado de hidrógeno a nivel de la UE puede ser prematuro en esta etapa y distorsionar la competencia a corto plazo, dado que el hidrógeno no renovable desplazaría al hidrógeno renovable si no se internaliza adecuadamente su impacto medioambiental».

El PNIEC sentará las bases 

Todos los esfuerzos económicos que se están haciendo por sentar las bases del hidrógeno dentro de la cadena de valor energética no caerán en vacío. Pero las primeras ideas que hay con respecto a esta tecnología deben cambiar. Incluso, mucho más allá de la cantidad de uso, que tampoco hay precisiones al respecto, faltan por abordar los marcos legales y regulatorios. 

Y todo eso se verá en la próxima actualización del PNIEC, donde el Gobierno deja aclarar su postura frente a esta tecnología. Sobre todo, de cara a futuras inversiones donde puedan existir cuantificaciones económicas al respecto.

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