Estoy en el paro y nadie me da un crédito: ¿qué puedo hacer?

Si los bancos limitan los préstamos a los desempleados hay otras alternativas para conseguir un crédito y reinsertarse en el mercado laboral

No tener un trabajo cierra las posibilidades de tener un crédito. Foto Way Home Studio

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Estar en el paro no solo es un golpe al bolsillo por la falta de ingresos y al alma por la impotencia de no conseguir empleo, sino que la ausencia de una estabilidad laboral también perjudica los planes de cualquier persona o familia a largo plazo.

Es que no tener trabajo cierra las puertas a las posibilidades de conseguir un préstamo, desde los más reducidos que sirven para comprar un electrodoméstico o unos equipamientos que podrían servir para lanzar un negocio (y salir de la desocupación), hasta los hipotecarios.

Es que la clave para cualquier préstamo es tener la garantía que se va a devolver, además de tener que abonar los intereses por el crédito.

Alternativas a la ausencia de nómina

Por ello tener una nómina es una condición casi indispensable. Pero en caso de no estar trabajando, la alternativa puede ser demostrar que se perciben ingresos periódicos (como pueden ser de una renta inmobiliaria) o tener la garantía de un avalista.

Esta opción puede ser viable pero tiene un alto riesgo para quien salga de garante, porque si el titular no puede seguir pagando las cuotas tendrá que asumirlas; e incluso con la angustiante situación que puede perder la propiedad que ha dejado de aval.

Muchos parados necesitan un crédito para reinsertarse en el mercado laboral. Foto Dragana Gordic

Dentro del universo de los desocupados, los que están cobrando el paro tienen más posibilidad de acceder a un crédito.

Aquí es importante que el titular no aparezca en ningún listado de morosos como el ASNEF. Si figura allí y encima no tiene trabajo es prácticamente imposible que pueda aspirar a un préstamo.

El riesgo de los créditos exprés

Hay entidades que pueden acceder a otorgar créditos a desempleados pero seguramente será bajo dos condiciones: montos poco elevado y condiciones más exigentes. Y seguramente, intereses más altos.

Aquí es donde hay un mercado para las empresas de préstamos rápidos, que ofrecen dinero casi de manera instantánea y requisitos teóricamente más sencillos.

Pero hay que tener mucho cuidado con la letra pequeña de las condiciones, porque los intereses son mucho más altos que los de los bancos; y si no se tiene la perspectiva de poder devolverlo en tiempo y forma, se corre el riesgo de entrar en un círculo vicioso de pedir préstamos para pagar antiguos créditos.

Hay que evitar el círculo vicioso de pedir un crédito para poder pagar un préstamo anterior

En caso que una persona sin trabajo quiera lanzarse como emprendedor puede recurrir a los préstamos que otorgan diferentes organismos de la administración pública, ya sea estatales (como el ICO – Instituto de Crédito Oficial) como comunitarios o municipales.

Hay que tener cuidado con los intereses de los créditos rápidos. Foto Freepik

A pesar de tener intereses más bajos la entidad necesita -como un banco- tener la certeza que el préstamo será devuelto, o en caso de ser una subvención, que se aplicará en forma correcta.

Para ello hay que realizar un proceso burocrático de explicar la situación, presentar el modelo de negocio y los objetivos, ya que no es lo mismo solicitar un préstamo para emprender una actividad nueva como para invertir en un negocio ya existente.

Préstamo entre amigos y familiares

Una alternativa puede ser el préstamo entre particulares, sean amigos o familiares. Con la confianza que da la relación se pueden pactar las condiciones e intereses; pero también se pueden dar entre personas o sociedades que no se conocen a través de los denominados préstamos P2P, que pueden canalizar a través de plataformas de crowlending.

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