Cataluña vuelve al ‘España ens roba’ en plena negociación con Sánchez: el Govern reclama un déficit fiscal de 22.000 millones 

La consellera de Economía, Natàlia Mas, reclama un “cambio estructural” en el reparto de recursos hacia la comunidad autónoma

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.EFE/Andreu Dalmau

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.EFE/Andreu Dalmau

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La Generalitat vuelve a alzar la voz contra el modelo de financiación en plenas negociaciones por la investidura de Pedro Sánchez. Según datos del departament de Economía, el déficit fiscal entre Cataluña y el Estado se incrementó durante la pandemia hasta alcanzar los 20.772 millones de euros en 2020 y los 21.982 millones de euros en 2021, siendo esta última la cifra más alta de los datos históricos disponibles. 

Según los cálculos elaborados por el Govern y presentados este lunes en una rueda de prensa, Cataluña aportó a las arcas del Estado 75.436 millones de euros, el 19,2% de los ingresos totales, mientras que el Gobierno devolvió al territorio alrededor de 53.454 millones, el 13,6% del gasto público total distribuido entre las distintas comunidades autónomas. En 2020, los ingresos alcanzaron los 72.216 millones de euros y el gasto se quedó en 51.444.

Tanto para el 2020 como para el 2021, el déficit fiscal representa casi el 10% del PIB catalán, siendo la tercera proporción más alta en relación al cómputo total de la economía regional. La Generalitat dispone de estos datos desde 1986 y, durante todo este periodo, la media de la proporción del saldo negativo entre ingresos y gastos del Estado con Cataluña y su PIB representa el 8,1%.

Estos datos provienen de los cálculos hechos por Economía, elaboradas a partir de información pública, así como datos solicitados a la Administración Estatal. Sin embargo, el Ministerio de Hacienda no proporciona la cifra exacta del reparto de recursos entre territorios, por lo que es una estimación y no un cálculo 100% fidedigno.

Además, el Govern solamente ha proporcionado los datos basándose en el cálculo del flujo monetario, que mide los ingresos generados por un territorio y el gasto atribuido a este, un dato que suele beneficiar las pretensiones del gobierno independentista. Sobre el método carga-beneficio, que imputa el gasto dirigido a la población y que suele dar un déficit más bajo, la Generalitat todavía no tiene el dato final, dado que, argumenta, la pandemia dificulta la elaboración de estas estimaciones para los años 2020 y 2021.

Vitales para la investidura

El déficit fiscal lleva años siendo uno de los principales puntos de fricciones entre los gobiernos autonómicos catalanes y los estatales. En medio de los encuentros entre ERC, el PSOE y Sumar para formar las mayorías que permitan a Sánchez quedarse en la Moncloa, Natalia Mas, consellera catalana de Economía, ha sentenciado que los “cambios estructurales” en el modelo de reparto de recursos son tan importantes como la amnistía o la autodeterminación en estas negociaciones.

Sobre esto, la consellera ha vuelto a denunciar un «ahogo sostenido, injusto y deliberado» de la administración central con Cataluña. «Detrás de los 22.000 millones hay distintos agravios», ha añadido, mientras que ha vuelto a alzar la voz contra un «modelo de financiamiento caducado» o en contra la «deslealtad del Estando en las modificaciones tributarias que no compensan».

A modo de comparación, Mas ha señalado que el déficit fiscal supone que cada catalán reciba 2.800 euros anuales menos de los que paga anualmente, mientras que supone «el 50% del presupuesto de la Generalitat» y equivale a la suma del gasto de los departaments de Sanitat, Educació y Drets Socials.

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