El consumo de las Administraciones sale al rescate del PIB tras desfondarse el sector exterior

El gasto en consumo de las Administraciones ha aumentado en 2,9 puntos en comparación con el primer trimestre y crece un 4,1% a nivel interanual, en tanto que las exportaciones se desploman del 6,7% al -2,9%

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Después de tres trimestres en los que el sector exterior ha tirado con fuerza del crecimiento de la economía, la situación se ha dado la vuelta y es la demanda interna la que apuntala el incremento del producto interior bruto (PIB) en la primera parte de este año. Los datos de la Contabilidad Nacional trimestral que publicó este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran cómo el consumo interno ha cobrado vigor, en detrimento de la demanda exterior.

El PIB aumentó un 0,5% en el segundo trimestre del año, una décima porcentual más de la anunciada con anterioridad, aunque una décima menos que en el primer trimestre (0,6%). La cifra entre enero y marzo también fue revisada, mostrando un crecimiento más vigoroso en la primera mitad del año que eleva el alza interanual de la economía al 2,2%, frente al 1,8% que se estimó en octubre.

Esta cifra, si bien elevada, está lejos del 4,2% interanual que crecíamos en el primer trimestre y muestra cómo la actividad económica de nuestro país se está contagiando del frenazo que está experimentando tanto la Unión Europea como, sobre todo, China.

Las Administraciones tiran del consumo

El sector exterior, tras tres trimestres echándose a sus espaldas el PIB, restó crecimiento (-0,1%) entre abril y junio, mientras que la demanda interna supuso una aportación de 2,3 puntos porcentuales. Las tornas cambian con respecto al final del año 2022 y al arranque de 2023. En el cuarto trimestre del ejercicio anterior, la demanda interna aportó 0,7 puntos al PIB frente a 3,1 de la externa. Entre enero y marzo la interna sumó 1,3 puntos ante los 2,8 puntos del exterior. Y ahora, con el frío económico calando entre nuestros principales socios, es el consumo interno el que está sosteniendo la actividad.

Gran parte de esta actividad proviene del consumo final de las Administraciones Públicas, que aumentó un 4,1% en comparación con el año pasado, frente a un incremento del 1,2% que registró apenas un trimestre antes. El consumo de los hogares aumentó en cinco décimas hasta el 2,7%, en tanto que el de las instituciones privadas sin fines de lucro al servicio de los hogares pasó de un punto negativo en el primer trimestre a un crecimiento del 3,6% en el segundo.

El frenazo en la zona euro se contagia

La debilidad del sector exterior parte de dos ámbitos. Por un lado, el descenso de las exportaciones de bienes, que pasa de un incremento en el primer trimestre del 6,7% a una tasa negativa del 2,9% en el segundo, y de las de servicios, que se recorta casi 14 puntos (del 16,7% al 4,8%). Por el lado de las importaciones, también caen un 0,4% en el segundo trimestre cuando en el inmediatamente anterior crecían al 1,9%.

La revisión de la Contabilidad Nacional trimestral llega pocos días después de que se publicara la revisión contable de los ejercicios 2020, 2021 y 2022. De acuerdo con las nuevas cifras, la economía cayó en 2020 una décima menos de lo estimado anteriormente (-11,2%), en tanto que creció el 6,4% en 2021 y el 5,8% en 2022, frente a sendos incrementos del 5,5% que se habían proyectado con anterioridad.

De acuerdo con este nuevo relato, no solo el PIB recuperó los niveles prepandemia en el tercer trimestre de 2022, sino que la economía española lleva creciendo de manera constante desde el tercer trimestre de 2020. No hubo recesión técnica entre el último trimestre de 2020 y el primero de 2021, como tampoco cayó la economía en los tres primeros meses de 2022. Ni las sucesivas olas de COVID, ni Filomena, ni el volcán de La Palma o la invasión de Ucrania y su episodio inflacionista vinculado han impedido que la actividad siga su senda alcista.

Un segundo semestre más frío

Según el análisis de CaixaBank Research, y tras incorporar los nuevos datos revisados, el consumo privado en la actualidad es un 1% superior al del cuatro trimestre de 2019, cuando antes era un 3,4% inferior. Y el consumo de las Administraciones Públicas es casi dos puntos superior al estimado con anterioridad: es un 9,1% más que a finales de 2019.

Sin embargo, los indicadores y los analistas ya advierten de que la segunda mitad del año será mucho más sombría que el primer semestre. Por un lado, porque los incrementos del precio del petróleo van a hacer que la inflación se modere menos de lo previsto. Además, la subida de los tipos de interés está enfriando la economía más rápido y con más fuerza de lo estimado. Y, por si fuera poco, la atonía de la actividad en China y en la eurozona van a afectar a nuestro país.

Dos indicadores de crecimiento económico a tiempo real ya avanzan un estancamiento en el tercer trimestre. El que elabora la Airef estima un crecimiento nulo, en tanto que el de Esade-EY Insights apunta a una caída de una décima. El Banco de España, en sus proyecciones presentadas esta semana, era más optimista y auguraba un incremento del 0,3%, vigoroso aunque inferior al de la primera mitad del año. Un alza que, con todo, aún no ha incorporado la Contabilidad Nacional revisada. Y ahí pueden cambiar muchas cosas.

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