Cuatro motivos por los que puedes perder la pensión
Estas son algunas de las causas que pueden llevar a la suspensión temporal de las pensiones no contributivas en España, generando dificultades económicas para los beneficiarios
En España, aquellas personas que no han cotizado lo suficiente a la Seguridad Social para acceder a una pensión contributiva y que no disponen de ingresos económicos adecuados, tienen la opción de solicitar una pensión no contributiva al Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso).
Esta prestación está dirigida a trabajadores que no han acumulado cotizaciones suficientes para la jubilación o que tienen una discapacidad igual o superior al 65%.
Según los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, aproximadamente 440.000 personas en España reciben la pensión no contributiva.
Sin embargo, el monto de esta prestación es inferior a la mitad del salario mínimo interprofesional, que actualmente se sitúa en 1.080 euros al mes. En otras palabras, el máximo que se puede percibir es de 484.61 euros mensuales y 6.784,54 euros anuales (726,92 euros al mes en caso de recibir una invalidez, con un incremento del 50%).
Aunque la cuantía de la pensión no contributiva sea inferior a la pensión mínima contributiva por jubilación, para muchas familias representa su principal sustento. Por lo tanto, perder esta prestación puede suponer un duro golpe para el beneficiario.
Es importante reconocer el valor y la importancia que tiene esta pensión como medio de subsistencia para aquellos que la reciben.
Tanto la Seguridad Social como el Imserso señalan en sus respectivas páginas web que existen hasta cuatro razones por las cuales la Seguridad Social puede suspender una pensión no contributiva.
Razones para perder la pensión
Las pensiones no contributivas están diseñadas para ayudar a personas que carecen de ingresos económicos. Por lo tanto, si el beneficiario supera el umbral establecido de ingresos, puede resultar en la retirada de la ayuda. El límite de ingresos es fijado anualmente por el Gobierno y varía según el número de miembros que convivan en la misma unidad familiar.
En 2023, por ejemplo, el límite anual para beneficiarios que convivan solos es de 6.784,54 euros, mientras que para dos convivientes es de 11.533,72 euros.
Aquellos que reciben una pensión no contributiva por jubilación o invalidez tienen la obligación de declarar los ingresos de toda la unidad de convivencia durante el primer trimestre del año (hasta el 31 de marzo). Si no se realiza esta declaración, la Tesorería General de la Seguridad Social puede proceder a la suspensión de la pensión.
Cualquier cambio en la situación personal del pensionista, como el estado civil, la unidad de convivencia o el lugar de residencia, debe ser notificado a la Seguridad Social. No significa necesariamente que cambiar de domicilio resulte en la pérdida de la pensión, pero la Seguridad Social puede retener los pagos hasta que se notifiquen estos cambios.
Por último, la Seguridad Social puede suspender la pensión si detecta alguna irregularidad. Si se realiza una investigación de oficio y se descubren irregularidades o datos que no se han notificado, la Seguridad Social o el Imserso pueden suspender la pensión.
Es importante tener en cuenta que, aunque la pensión no contributiva no puede ser retirada de manera definitiva, si se detecta que se ha cobrado de manera irregular, el organismo puede retirarla de manera definitiva y solicitar la devolución de los pagos indebidos.
En caso de que la Seguridad Social suspenda una pensión no contributiva, el beneficiario deberá acreditar que vuelve a cumplir los requisitos para volver a solicitar el reembolso de las mensualidades no cobradas.