El tercer mejor grafiti del mundo está en un pueblo de Vizcaya
La gigantesca obra de Murales Lian en la fachada de un edificio de Ondarroa se alza como el tercer mejor mural del mundo en el concurso de Street Art Cities
Con 29 murales entre los 100 mejores del mundo en 2022 y siete entre los diez finalistas, había muchas posibilidades de que el mejor grafiti del año fuera español, como ya sucedió en la pasada edición del ranking que elabora la plataforma de arte urbano Street Art Cities y que el año pasado encabezó el imponente Julio César que Diego As pintó frente a las murallas de Lugo.
Y aunque no ha sido el primero, sí está entre los tres mejores el mural, obra de la artista Lian, que homenajea desde una enorme fachada en la localidad de Ondarroa a todas las mujeres rederas que se dedicaron a tejer y reparar las herramientas que los pescadores empleaban para faenar.
El mejor mural del mundo
El mural, con dos grandes manos en blanco y negro que tejen una red de colores y que puede verse en una fachada lateral de la avenida Antiguako Ama en el barrio de Kamiñazpi de este pueblo vizcaíno, ha sido escogido el tercero más bonito del mundo según las votaciones de los usuarios de la plataforma.
El primer puesto de la clasificación ha sido para un mural ubicado en Tilburg, Países Bajos, realizado por Studio Giftig.
Kaspar van Leek y Niels van Swaemen son los autores de esta pintura fotorrealista realizada en noviembre de 2022 que representa los valores de sostenibilidad, circularidad y reciclaje de residuos de la compañía CVB Ecologistics, quien les hizo el encargo.
El segundo puesto ha sido este año para la obra del artista Martin Ron en un edificio de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, en la provincia de Buenos Aires, con motivo de su 50 aniversario. De increíble realismo y detalles que dejan boquiabierto, en la escena se ve a una estudiante que viaja en bus mientras subraya sus apuntes.
Las rederas de Ondorroa
Por su parte, el mural de las rederas de Ondarroa, escogido tercero entre los 100 murales ubicados en 95 ciudades de 30 países, fue realizado la pasada primavera en un lateral de un bloque de viviendas del popular barrio de Kamiñazpi.
La creación artística rinde homenaje a las mujeres de la mar, pero también al resto del colectivo femenino.
De hecho, según la artista catalana autora de la obra, la red de colores que tejen esas dos manos en blanco y negro de este mural quiere simbolizar también un arquetipo que se resiste a someterse, y que teje algo más de lo que se ve a simple vista, porque la red representa la identidad individual y colectiva.
En la web se explica además que, “como decía no hace mucho una tejedora de Ondarroa: «hay que arreglar las cosas, hay que dignificarlas». Las redes que ella y muchos otros tejen son redes que mantienen unida a la comunidad. Entre los hilos surgen cuentos tejidos a través de los cuales se narran historias vividas”.
Hasta siete de los diez mejores murales son españoles
En el top10 de mejores murales de 2022 se colaron también una obra firmada por Nexgraff e impulsada por la Asociación Musical Illumbe en su 50 aniversario en la localidad vasca de Pasaia que muestra una colorida alegoría de la música y dos grandes lienzos de los artistas Slim Safont y Wedo Goas en un patio de luces de un edificio de Tudela.
El ganador de la pasada edición del concurso, Diego As, consiguió pasar de nuevo a la fase final, este año con un enorme abrazo de un guardia civil a un niño que también se puede ver en Lugo, concretamente en el cuartel de la ciudad del cuerpo policial.
Y también en Galicia, concretamente en Cambre, se puede ver otro de los diez finalistas: el grafiti del artista Huariu titulado Enraizando nos presente que muestra una mariposa en el hombro del niño.
Dos murales en Castilla y León completaban la representación española en la fase final del torneo de Art Street Cities: un gran mural de DA2 en La Bañeza con el título de Castillos de plástico que refleja la contaminación de plásticos en el planeta, y otro en la ciudad de Burgos firmado por Christian Sasa para decorar la fachada de una pastelería de barrio y que lleva por título Dulces, alegría y felicidad.