Campo Lameiro: qué ver en la nueva y mágica Capital del Turismo Rural
Misteriosos grabados, viejos castros, playas fluviales e iglesias románicas han convertido a este pequeño municipio gallego, famoso centro de arte rupestre, en la nueva Capital del Turismo Rural
Las localidades de Olvera, Potes, Santillana del Mar, Aínsa-Sobrarbe, Sigüenza y Cazorla están unidas por algo. Todas han ostentado ya el título de Capital del Turismo Rural, un galardón que este año viaja por primera vez en su historia a Galicia, concretamente al municipio pontevedrés de Campo Lameiro.
Ya conocido como la capital del Arte Rupestre gallego por sus fantásticos petroglifos que hablan de nuestros antepasados de hace miles de años, este pequeño pueblo de poco más de 1.800 habitantes tiene también fabulosas iglesias, castros y murallas de piedra, cascadas y playas fluviales, puentes, molinos de río, miradores y caballos salvajes que recorren sus bosques.
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Qué ver en Campo Lameiro
El apoyo de los usuarios a través de las votaciones en el portal de reservas especializado en turismo rural, EscapadaRural.com, determinó la victoria de Campo Lameiro. Un 17% de los viajeros participantes en el certamen colocaron a esta localidad por encima de Candeleda (Ávila), Zerain (Guipúzcoa), Colmenar de Oreja (Madrid), Nalda (La Rioja) o Bocairent en Valencia.
El objetivo de estos premios, que nacieron hace ya siete años, es dar visibilidad en los medios, redes sociales y otros canales a todos los pueblos que apuestan por el desarrollo del turismo rural sostenible.
A 22 km de Pontevedra, en pleno corazón de las Rías Baixas y dentro de la Mancomunidad Turística Terras de Pontevedra, un halo de misterio, leyenda y magia envuelve a Campo Lameiro.
De encanto rural prácticamente intacto y tradiciones ancestrales, las huellas de antiguas civilizaciones son quizás el aspecto más llamativo de este lugar donde encontrarse con la naturaleza y la historia.
De hecho, Campo Lameiro es conocido por albergar uno de los conjuntos de arte rupestre más importantes de Europa, con numerosos petroglifos que nos remiten a la Edad de Bronce y a la Edad de Hierro.
Concentrados principalmente en el Parque Arqueológico de Arte Rupestre -por el que le viene el sobrenombre de Capital del Arte Rupestre gallego-, a través de las misteriosas figuras de animales, seres humanos, armas, símbolos intrigantes y formas geométricas talladas en granito podemos imaginar cómo era la vida cotidiana de nuestros antepasados.
Además, el parque también se orienta a la investigación y la generación de conocimiento científico sobre estos grabados rupestres de Galicia.
La piedra de la serpiente y otros misterios en Campo Lameiro
Pero el patrimonio arqueológico de Campo Lameiro no está solo en este recinto. Considerado como uno de los castros más antiguos de Galicia, datado entre los siglos VIII y VII a C., el Castro de Penalba es otro de los lugares que sí o sí hay que visitar.
En la cima del monte Agüeiros, además de la muralla de piedra que rodeaba la terraza inferior y la estructura superior del castro, coronada por la ermita de San Antoniño de Penalba (donde se celebra una famosa romería cada 12 de junio), aquí se encuentra una roca llena de leyendas, la conocida como ‘Pedra da Serpe’ (piedra de la serpiente), precisamente por la figura tallada en la piedra.
Muy cerca, al pie de este castro, llama la atención otra roca, de nombre Rotea de Mendo, con la figura de un gran ciervo macho bramando. Junto a él, círculos concéntricos, otros cérvidos y las figuras, más recientes, de dos bailarinas, completan el conjunto. Y son solo dos ejemplos de un patrimonio rupestre verdaderamente espectacular.
Iglesias para seguir imaginando
Campo Lameiro cuenta también con importantes iglesias y emitas que invitan a viajar por diferentes estilos, del románico al barroco. Es el caso de San Miguel do Campo, con un ábside semicircular de la segunda mitad del siglo XII, o la de Santa Mariña de Fragas, que conserva una fachada románica del siglo XII, enmarcada por dos columnas adosadas y desde la que, además, se obtienen excelentes panorámicas del valle.
Casas solariegas y palacios adornados por escudos como la Casa das Cruces, o Pazo de Ameixeiriñas, o Pazo da Formigueira y la Casa de Betarra dan además muestra de la nobleza que durante siglos formó parte de la historia de este concejo.
Playas fluviales y viejos molinos harineros
Con un paisaje grandioso, en el que se destacan sus montes y valles, ríos y arroyos, y una gran variedad de flora y fauna, Campo Lameiro es también un lugar para relajarse en plena naturaleza, por ejemplo, en Lodeiro, en San Miguel do Campo.
Aquí, en la confluencia los ríos Lérez y Maneses se forma una playa fluvial enmarcada en un frondoso bosque de ribera que cuenta además con un merendero perfecto para hacer un picnic.
De aquí sale una ruta circular, el Sendero del Río Maneses (PR-G 230) señalizada y de 8,6 km que deja ver a su paso molinos harineros, algunos de ellos restaurados, puentes y pontellas (puentes tradicionales formados por grandes losas de piedra sobre pilares) y hermosos bosques incluidos en la Red Natura 2000 – LIC Valle del Lérez.