Sánchez se salta su compromiso de transparencia y elude la rendición de cuentas de fin de legislatura
Moncloa no hará una comparecencia de balance, como al final de cada semestre, porque "el mejor balance son las urnas", alegan fuentes del Gobierno
Cerrado por vacaciones: el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez ha concluido el primer semestre del año con un Consejo de Ministros ya tras la celebración de las elecciones generales y, hasta nuevo aviso, el descanso será la tónica en Moncloa. Así, hasta la próxima reunión del órgano colegiado de ministros prevista para el 22 de agosto, después de la formación de las Cortes, la agenda disminuye hasta el mínimo y, por no haber, no habrá siquiera un comparecencia de balance del último semestre.
Es lo habitual en Moncloa: cerrar el verano con una rueda de prensa donde se expongan las cifras de compromisos adquiridos por el Gobierno y su grado de cumplimiento. No sólo por la temporada estival, sino que se hace una vez al semestre. Fuentes del Ejecutivo lo confirman: no habrá comparecencia de balance porque, creen, «el mejor balance son las urnas».
Pero, precisamente, ese compromiso con la transparencia era una promesa de Sánchez durante la pasada legislatura: en la última comparecencia de rendición de cuentas, el pasado 22 de diciembre de 2022, el propio presidente anunció que incluiría en la próxima reforma de la Ley de Transparencia la obligatoriedad de los futuros Ejecutivos de rendir cuentas a la ciudadanía. La siguiente cita sería la de este verano, pero finalmente no sucederá.
Un compromiso del acuerdo de coalición sin cumplir
No se queda ahí la cuestión: la reforma integral de la Ley de transparencia y Buen Gobierno es uno de los compromisos que acordaron PSOE y Unidas Podemos en el acuerdo que alcanzaron en noviembre de 2019. Más de tres años después, y con la legislatura completada y el Gobierno en funciones, esa iniciativa no se ha ejecutado.
Según Moncloa, el Informe «Cumpliendo» responde al compromiso que asumió el presidente de rendir cuentas ante la ciudadanía sobre el progreso de la acción de gobierno de forma periódica y sistemática, dando a conocer el estado de cumplimiento de los compromisos formulados por el Ejecutivo. Esta iniciativa consolida la posición de nuestro país en la vanguardia internacional en esta materia y nos permite avanzar en términos de calidad democrática y en la cultura de la gobernanza pública, combatir la desafección política y desarrollar un proceso de aprendizaje institucional enriquecido por el debate público. Sánchez quería institucionalizarlo, pero, finalmente, ni lo cumple motu proprio ni lo ha convertido en ley.
Vacaciones obligadas
De todos modos, según ha confirmado la propia portavoz del Gobierno en funciones en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Isabel Rodríguez, sobre las negociaciones de una posible investidura son los grupos parlamentarios los que «están en esos trabajos» y no Moncloa, porque, ha recordado, «el Gobierno está en funciones». También ha informado la portavoz que no habrá despacho extraordinario de Pedro Sánchez con el rey Felipe VI en Mallorca, en el Palacio de Marivent.
Tal y como ha especificado Rodríguez, el Rey y Sánchez «se reunirán de forma ordinaria, como viene siendo habitual». En otras ocasiones sí que se había desplazado el presidente, aun estando en funciones, a la residencia de verano del monarca. Sucedió en 2019.
La agenda se ha reducido al mínimo para Sánchez y no es fruto, al menos únicamente, del descanso estival propio de la época, máxime tras cien días con dos campañas electorales y dos elecciones. La idea que cimenta la estrategia del PSOE es darle la iniciativa política a Núñez Feijóo, al que no le dan las cuentas, para ejemplificar «que no tiene apoyos» y sólo puede negociar con Vox. Esa pantalla de negociar la investidura de Sánchez, dejan caer, será más bien para la vuelta del verano.