El PSOE pide ahora «un período de tranquilidad para los españoles» tras convocar Sánchez elecciones un 23 de julio

Un punto y aparte. Tras el frenetismo de cien días de campaña electoral tras el adelanto de las elecciones el 23J tras las municipales y autonómicas del mes de mayo, la dirección del PSOE está buscando desaparecer de los focos durante estas semanas en las que su líder, Pedro Sánchez, ha tomado como de asueto.

Así, fuentes del primero nivel en Ferraz aseguran a Economía Digital que se encuentra el partido «en perfil bajo». El siguiente hito que marcan en el calendario es la formación de las Cortes del próximo 17 de agosto, y, si pueden evitarlo, hasta ese momento buscan no protagonizar más titulares.

Porque, con una negociación discreta como a la que aspiran con ERC y Junts, principalmente, pero para la que necesitarán al resto de partidos nacionalistas como Bildu o PNV, máxime tras el recuento del voto CERA, que probablemente añada un escaño al PP en detrimento del PSOE, la idea siempre ha sido controlar el mensaje.

Nada de negociaciones, pero sí del CERA

«No comentamos nada de negociaciones, investiduras, mesa del Congreso…», detallan las fuentes consultadas por este periódico. Eso sí, para la posición en la que queda el partido tras perder un escaño y necesitar, ahora sí, el sí de Junts para poder lograr la investidura de Pedro Sánchez, sí hay palabras.

Ferraz trata de establecer el marco: «La decisión a tomar es la misma de ayer: o se está con la ultraderecha y el PP, o con el resto de fuerzas políticas». «A falta de confirmación oficial, el posible cambio de un escaño en Madrid por el recuento del voto CERA no modifica la situación para formar mayorías«.

El PSOE considera que Junts tendrá que decidir si une sus fuerzas a PP y VOX, «y abre la puerta a un gobierno de la derecha con la ultraderecha o se une al resto de fuerzas políticas para evitarlo exactamente igual que ayer», insisten las mismas fuentes.

«Reposar resultados»

Pero tan sólo unas horas antes los socialistas alegaban que «toca a analizar resultados, reposarlos, y entender su mensaje (cosa que el PP no ha terminado de coger)», insistían. Eso sí, sobre la posibilidad de un bloqueo institucional por la postura de Junts y una convocatoria de nuevas elecciones, ni una palabra.

Quizas lo más llamativo de esta postura de no hacer declaraciones públicas pero sí en privado era el leitmotiv expuesto por el PSOE: que ya tocaba «dejar a los españoles un periodo de tranquilidad», después de convocar unas elecciones generales en pleno mes de julio y justo en la semana que gran parte del país opta por comenzar sus vacaciones.