La recompensa por investir a Sánchez: Puigdemont, president en 2024 y Otegi, lehendakari
Fuentes del independentismo confirman a ECONOMÍA DIGITAL que la amnistía que está negociando el PSOE con Junts permitiría al líder huido presentarse a las elecciones catalanas en un hipotético adelanto el próximo año
Mientras el foco está en el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante el mes que resta hasta su pleno de investidura, fallido salvo sorpresa, las negociaciones sobre la amnistía y el resto de cesiones con las que el presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE, Pedro Sánchez, pretende arrastrar a Junts y su dirigente Carles Puigdemont al sí continúan, y será precisamente en estas semanas de perfil bajo cuando se sustanciarán: no sólo el interés de los independentistas catalanes es que esa ley se comience a tramitar cuanto antes sino que los socialistas no pretender extender mucho más de las primeras semanas de octubre la posible investidura de Sánchez.
Así, fuentes del independentismo confirman a ECONOMÍA DIGITAL que la amnistía que se está perfilando en las conversaciones de los socialistas con Junts permitiría al líder huido presentarse a las elecciones catalanas en un hipotético adelanto el año que viene. No sería la única candidatura llamativa del año, puesto que la cabeza de Bildu, Arnaldo Otegi, tras terminar su inhabilitación ya ha expresado su voluntad de ser quien opte por parte de su partido a la lehendakaritza tras los comicios vascos previstos para 2024.
La amnnistía permitiría que Puigdemont, actualmente en Waterloo (Bélgica) y huido en calidad de president de la Generalitat catalana tras el 1-O, pudiera ser el candidato a las elecciones, tanto por plazos como por contenido. Las fuentes consultadas por este periódico insisten en la viabilidad de esta posiblidad, aunque con matices: «Depende del contenido de la amnistía pero, técnicamente, sí». El devenir de esos comicios ya sería algo en manos de las urnas, porque en las dos últimas elecciones catalanas, Carles Puigdemont quedó tercero y quinto, respectivamente. Harina de otro costal serían los comicios vascos, donde los resultados entre PNV y Bildu están mucho más ajustados.
Urkullu y Aragonès se borran del mapa
De momento, y en la ronda de contactos de Feijóo, todo parece ser cada día más complicado. En el PP reconocen en privado a este periódico que la gesta es «prácticamente imposible», pero en público piensan dar la batalla. Y si este miércoles los populares sí que van a verse con Pedro Sánchez, no lo podrán hacer con otros destacados dirigentes. Porque el lehendakari, Iñigo Urkullu, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, no se reunirán con el líder del PP.
Ambos rechazan tajantemente sus pactos con Vox, y desde el Ejecutivo catalán apuntan a negociar desde la unidad de todo el bloque independentista la investidura de Pedro Sánchez. De hecho, este martes insistieron en su no a siquiera sentarse con Feijóo. Urkullu ha dado un portazo a un encuentro Feijóo antes del debate de investidura e insiste que Vox condiciona «sí o sí» la política del PP con unos principios que «chocan radicalmente» con los del PNV. Es más: le ha remitido a una llamada telefónica.
En el caso de Aragonés, la negación la ha expresado la portavoz de la Generalitat, Patrícia Plaja, quien ha hecho un llamamiento a la unidad independentista para negociar con Pedro Sánchez y evitar la repetición electoral. La portavoz seguró que la Generalitat «no tiene conocimiento» de ningún posible encuentro ni ha recibido «petición oficial» al respecto, pero sí fue tajante al descartarla de antemano: «No hay nada que hablar entre Aragonès y Feijóo».
Precisamente sobre esa situación de «interinidad» en la Moncloa tras las elecciones generales, Plaja llamó a ERC y JxCat a «aprovechar» su fuerza en el Congreso para «profundizar» en la negociación y lograr acuerdos «tangibles» que han de pasar, ha apuntado, por una amnistía y avanzar hacia la autodeterminación, además de otros aspectos como infraestructuras o economía.