La guerra en Cs sigue: los críticos amenazan con torpedear el liderazgo de Adrián Vázquez

Voces relevantes de la formación ponen el foco en lo que está por venir y definir, como ser un partido progresista y la compatibilidad de ser cargos públicos y orgánicos

La nueva portavoz política de Cs, Patricia Guasp, atiende a los medios en Madrid, este martes. En un segundo plano, a la derecha, Adrián Vázquez, nuevo secretario general. GUSTAVO VALIENTE (EUROPA PRESS)

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Ciudadanos (Cs), finalmente, se la juega todo: con los primeros resultados de su proceso de renovación, los naranjas estrenan dirección, sí, pero con unas cifras que han evidenciado que se trata de un ahora o nunca para la refundación del partido. Porque sólo el 49% de los afiliados de acudieron a las urnas en esta fase de primarias, y de ellos un 53% apoyó la candidatura de Patricia Guasp y Adrián Vázquez -nuevos portavoz política y secretario general, respectivamente- frente al 39% que ha obtenido el proyecto de Edmundo Bal y el 7% de la tercera vía. Así, Cs está partido por la mitad.

Su proceso de reconversión, o su via crucis, según se mire, no ha terminado aquí. La candidatura ganadora, de forma provisional, se convierte en el nuevo Comité Ejecutivo de la formación naranja, y tomará posesión durante la celebración de la VI Asamblea General que se celebrará los próximos días 14 y 15 de enero. Pero no estará sola, diversos dirigentes críticos con el proyecto que se ha hecho con el poder en Ciudadanos, en conversación con Economía Digital, lo tienen claro: piensan fiscalizar el nuevo liderazgo.

«Tendrán la tentación de actuar como rodillo y ejercer una voz única, pero no nos vamos a dejar», afirma una relevante voz dentro del partido naranja a este periódico. No es la única. Otra de las caras más conocidas de la formación recuerda que ahora en la Asamblea «hay varias posibilidades de hacer las cosas de otra manera».

Momentos clave para saber qué es Cs

Por ejemplo, cuando se tengan que votar este fin de semana, primero, el informe de gestión de Inés Arrimadas, pero también la enmienda recientemente presentada para matizar el modelo de bicefalia y que el secretario general pueda tener cargos electos, contra lo que se había dicho en un principio, o en tercer lugar la que define a Ciudadanos como, además de liberal, como un partido progresista.

No son cosas menores. La enmienda sobre la compatibilidad de cargos es un torpedo directo hacia el nuevo secretario general, Adrián Vázquez, dado que si no prospera tendría que dejar Bruselas para poder ejercer. «En estas cositas -o cosazas- se verá cómo están los ánimos», sostiene una de las fuentes consultadas.

Los miembros de la candidatura de Edmundo Bal, desde luego y según han afirmado públicamente y en privado, quieren tener voz en esta nueva dirección y se sienten legitimados para ello. Se está reclamando un cambio y eso es evidente, a sus ojos, a la luz de los resultados. «Lo que nosotros decíamos en alto la gente lo decía en el oído, sin querer molestar. Pero son las ideas de este partido para ahora en adelante y tienen que hacerse realidad porque nos tenemos que integrar», sostiene una destacada diputada.

«No vamos a ser subalternos e intentaremos pelear»

Los resultados de lo que se vote en la Asamblea «dirán mucho el horizonte al que se dirige el partido», opina uno de los rostros claves del grupo parlamentario. «El afiliado lo ha dejado claro. Vamos a ver ahora. La situación crítica en la que se encuentra el partido es para sacarlo a flote, no ser subalternos de nadie. Vamos a intentar pelear«, insiste.

El sentir en ese casi 50% de críticos es compartido, según ha podido testar este diario. Lo resume una diputada: «Si hubiese sido abrumador… pero no es así. La mitad de tu partido quiere un cambio. Tienen que ser flexibles y trabajar para dar respuesta a todos. Si no, se provocará una fractura y no estamos para eso. Tendrán que tener mirada amplia».

«El cambio de ciclo en Ciudadanos es evidente, ahora tenemos un partido con más voces, donde más votantes pueden encontrar acomodo, como al principio«, considera otra miembro del partido, aunque sin cargo público. «La abstención ha sido un poco elevada, yo lo atribuyo en parte al tono bronco y excesivamente confrontacional de algunos momentos de la campaña. Eso puede haber desmovilizado a parte de la afiliación, que no se sienta cómoda en un escenario de o estás conmigo o estás contra mí. Es conveniente sacar lecciones de esto. La unidad hay que propiciarla, no imponerla«, alega.

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