Feijóo usará la investidura imposible para marcar perfil y enfocar su oposición a Sánchez-Puigdemont

Miembros de la dirección de Génova saben que el mayor riesgo al que se enfrentan ahora es la "expectativa" y cómo hacer ver que lo intentan sin dar sensación de fracaso

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante una rueda de prensa tras la recepción con el rey Felipe VI. EFE/ J.P.Gandul

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Alberto Núñez Feijóo, el líder del Partido Popular y candidato a la investidura, sabe que necesita un golpe de efecto para cambiar el discurso a su alrededor y volver a tener el viento de cara. Tras haber dado el paso al frente al pedirle al Rey ser el designado para intentar mostrar su legitimidad al haber ganado las elecciones generales, en su equipo de colaboradores más cercanos son conscientes de que la imagen a mostrar de cara a sus votantes, que no vieron sus expectativas colmadas en la noche del 23J, es mejorable.

Precisamente, en esas expectativas está el primer riesgo que la dirección de Génova, según han detectado las fuentes consultadas en su conversación con ECONOMÍA DIGITAL. «No nos quedaba otra, tenemos que sacar petróleo de una investidura», sintetizan las voces.

Con un discurso muy institucional que apele a la necesidad «de articular mayorías alternativas a las dependientes del independentismo», pero que permita adelantar posición de cómo será el rol del PP si hay adelanto electoral.

Porque la cúpula del PP es perfectamente consciente de que ya no les quedan más apoyos ni puertas a las que llamar, y que la legislatura de Feijóo será fallida. Pero esto no es óbice para dejar pasar la investidura sin usarlo a su favor.

«Es prácticamente imposible conseguirlo, pero es lo único que podemos hacer», zanjan desde la dirección del PP. «Y si Sánchez lo consigue, tenemos que tener discurso de legislatura». «¿La alternativa cuál era a no presentarnos? Arrimadas en 2017», zanjan, en referencia a cuando la dirigente de Ciudadanos ganó las elecciones en Cataluña pero no se presentó a la investidura por no tener apoyos suficientes y que muchos consideran como el principio del fin de su formación política, hoy ya fuera del Congreso y de prácticamente todas las instituciones.

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