Si tu coche tiene esta etiqueta de la DGT no podrá circular por las principales ciudades

España ha intensificado su compromiso con la lucha contra el cambio climático al implementar nuevas restricciones vehiculares en un esfuerzo por alcanzar la neutralidad climática. Con un enfoque en las dos ciudades más grandes del país, Madrid y Barcelona, se busca reducir las emisiones contaminantes y mejorar la calidad del aire en áreas urbanas densamente pobladas.

Estas medidas, que ya están en vigor en Madrid y en proceso de implementación en Barcelona, tienen como objetivo promover la transición hacia una movilidad más sostenible y fomentar el uso de vehículos más limpios. Aunque generan desafíos y preocupaciones, se espera que contribuyan a un futuro más verde y saludable.

Restricciones en Madrid

A partir del 1 de enero de este año, los coches sin distintivo medioambiental ‘A’ o ‘B’ tienen restringido el acceso a las Zonas de Bajas Emisiones de Madrid. Sin embargo, esta medida se ampliará significativamente a partir del próximo año.

A partir del 1 de enero de 2024, se prohíbe la circulación de vehículos sin etiqueta medioambiental en todas las vías urbanas y públicas de la capital española. Esta restricción se aplicará incluso a los residentes de la ciudad, lo que representa un gran desafío para aquellos propietarios de vehículos antiguos.

Restricciones en Barcelona

Barcelona, por su parte, se encuentra en proceso de implementar sus propias Zonas de Bajas Emisiones. Aunque actualmente existe un fallo del Tribunal Supremo que ha paralizado temporalmente estas medidas, se espera que en un futuro cercano se permita su implementación.

Según el plan propuesto por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), los vehículos sin etiqueta medioambiental también serán restringidos en la ciudad condal. Se estima que estas restricciones se extenderán a los vehículos con etiqueta B a partir de 2024 y posiblemente a los vehículos con etiqueta C en 2030.

Estas medidas forman parte de los esfuerzos de España y de la Unión Europea en su conjunto por acelerar la transición hacia la movilidad sostenible y reducir las emisiones de carbono. El objetivo final es alcanzar la neutralidad climática y preservar el medio ambiente para las generaciones futuras.

Aunque estas restricciones generan cierta controversia y preocupación entre los propietarios de vehículos, se espera que fomenten la adopción de opciones más limpias, como los vehículos eléctricos, y contribuyan a una ciudad más saludable y sostenible.