Los barones del PP avalan que Feijóo negocie con Puigdemont «dentro la Constitución»
Dirigentes autonómicos revelan a ECONOMÍA DIGITAL que aprueban que se hagan cesiones a Junts para conseguir su apoyo si estas no apuntalan a una "España asimétrica"
Un runrún recorría el Partido Popular en las conversaciones privadas desde que su presidente, Alberto Núñez Feijóo, incluyó a Junts en su ronda de negociaciones para conseguir apoyos en su investidura: la preocupación sobre su ideoneidad, con el máximo exponente en el barón catalán, Alejandro Fernández, era patente. Sin embargo, y aunque las explicaciones se extenderán el próximo lunes en una Junta Directiva Nacional y una posterior comida entre los dirigentes autonómicos y el líder nacional, los apoyos también comienzan a brotar. Máxime con una reforma constitucional sobre el modelo territorial flotando en el ambiente tras la propuesta del lendakari, Íñigo Urkullu, del PNV, este jueves.
Así, distintos presidentes autonómicos revelan en conversación con ECONOMÍA DIGITAL que no verían con malos ojos ni les parecería «mal» si Feijóo accediera a hacer cesiones al partido del expresident huido de la Justicia, Carles Puigdemont, «si algo de lo que pueda pedir Junts cabe dentro de la Constitución y de la igualdad entre españoles».
Eso es una cosa, a entender de los barones más importantes, con la excepción de la madrileña Isabel Díaz Ayuso, y otra lo que sí que, creen, está dispuesto a ceder Pedro Sánchez. Lo ejemplifican desde uno de los territorios más fuertes en los que el PP gobierna: «Otra cosa es que el peaje que imponga Junts sea una España asimétrica en la que, según dónde vivas, tengas servicios de primera o de segunda. Por eso no vamos a pasar», zanjan.
«Se puede profundizar en el autogobierno»
Estas comunidades, alineadas con el plan de Génova de «intentar» ejemplificar la iniciativa de Feijóo de que no se queda de brazos cruzados, a pesar de que recabar esos 4 apoyos que necesita para conseguir ser el próximo presidente del Gobierno sea una gesta cada día más complicada, lo justifican en que los «límites» del PP están claros: la Constitución.
«A nosotros nos parece una buena noticia que se marque siempre la Constitución como límite y como punto de referencia», arrancan desde una de las baronías, en referencia a Junts y a una posible reforma constitucional sobre el modelo de Estado y el autogobierno, a pesar de tildar de «lapsus imperdonable» que Urkullu haya excluido de su propuesta a la otra comunidad que consiguió la autonomía por la misma vía que Cataluña, País Vasco y Galicia: Andalucía. Las cuatro gozan en sus estatutos de autonomía de la categoría de «nacionalidad histórica».
Lo que estos barones sí considernan una buena noticia es que el PNV ya no hable de «superar la Constitución», sino de buscar cambios «dentro» de ella. «Habrá que ver cómo se materializa eso, pero efectivamente hay algunos aspectos del autogobierno en los que se puede profundizar para mejorar la gestión de los recursos que son de todos».
Una reforma con todas las comunidades, no con tres
El quid de la cuestión está claro para las fuentes consultadas por este periódico: es «fundamental que todo vaya encaminado a conseguir una España más equilibrada y equitativa, no más desigual». De hecho, dan por hecho que sus posturas son «coincidentes» con lo que verdaderamente quiere Feijóo, a tenor de lo que el líder popular les expresa, según alegan.
Sin embargo, otros territorios insisten que, de efectivamente llevarse a la práctica, cualquier avance en el autogobierno debe ser «contando con todas las comunidades autónomas, no sólo las históricas, y siempre dentro de la Constitución». Algunas autonomías, en cambio, se resignan a repetir la consigna lanzada por el propio Feijóo y por Génova: «Escuchar no significa ceder», insisten.
Los más críticos, aunque sin querer hacerle la oposición al líder nacional del partido, insisten en que es importante saber, en primer lugar, «qué es lo que Junts está pidiendo a Sánchez» para poder enmarcar cualquier acción de su presidente en un acto de «concordia aunque las conversaciones no lleguen a nada». Porque el equilibrio es imposible, como bien saben, y el desgaste de someterse a una investidura fallida, negociación con Puigdemont mediante, puede ser muy elevado.