Votantes sorprendidos al no poder recuperar su voto
Los resultados electorales y la manera en que están siendo interpretados por los partidos políticos están llevando a muchos ciudadanos a tener la impresión de que lo que está en discusión es quién obtiene el poder y no cómo mejorar las condiciones de vida de los españoles.
Se muestran sorprendidos al ver que los dos principales partidos, PSOE y PP, no quieren, no pueden y no saben llegar a acuerdos para gobernar España.
Se preguntan cómo el PSOE prefiere pactar con Bildu, ERC o Junts per Cataluña antes que hacerlo con el PP. Los ciudadanos no alcanzan a entender por qué no se llega a establecer un gobierno de coalición entre los dos grandes partidos.
La respuesta es la siguiente: una vez conocidos los resultados electorales, lo importante ya no es parar a Vox sino quién accede al poder y en qué condiciones lo hace.
La cuestión política que está en juego ya no se plantea en base a interpretar los resultados electorales, sino en establecer que solo hay un bloque político con suficientes escaños para gobernar.
El desconcierto de muchos ciudadanos, al ver que los dos principales partidos no son capaces de pactar para gobernar, explica una de las claves para entender la distancia que hay entre los que votan pensando que los partidos actuarán como lo harían ellos, y aquellos que saben que, al votar, el ciudadano cede su voto sin condiciones al partido elegido.
La mayoría de los votantes del PP sabían que si el PP no lograba la mayoría absoluta, solo o con Vox, no podría gobernar
Ahora, al margen de lo que cada uno piense, nos encontramos en un momento en que los ciudadanos han dejado en manos de sus representantes el uso que se dará de su voto.
Gran parte de los votantes de los partidos de izquierda sabían que, si lograban sumar para hacer gobierno, lo harían al margen de quién ganara las elecciones. La mayoría de los votantes del PP sabían que si el PP no lograba la mayoría absoluta, solo o con Vox, no podría gobernar.
Por larga, tediosa, laberíntica o extraña que sea la negociación que ya ha iniciado el PSOE con otras fuerzas políticas, responde a la implacable lógica política que se basa en que el partido y líder político que teniendo la posibilidad de gobernar renuncia a hacerlo por un bien superior, cediendo el poder, acaba desapareciendo.