¡Renfe, liberalícese!

La liberalización del transporte ferroviario de pasajeros en España está siendo un éxito. En tan solo dos años, las opciones de bajo coste le han arrebatado a Renfe la mayor parte del mercado de alta velocidad en dos trayectos clave: Barcelona-Madrid y Madrid-Valencia.

Aunque inicialmente estaba prevista para diciembre de 2020, la Covid-19 obligó a posponer la entrada de los nuevos operadores en servicios de larga distancia y alta velocidad, que finalmente se materializó el día 10 de mayo de 2021 con el inicio de la actividad de Ouigo, marca del operador francés SNCF. Recientemente, se ha incorporado otro competidor, Iryo, empresa formada por Air Nostrum y Trenitalia.

La liberalización del transporte de pasajeros es fruto del denominado Cuarto Paquete Ferroviario, una serie de modificaciones normativas en el ámbito europeo que buscan aumentar los niveles de competencia e innovación en los mercados nacionales mediante la creación de un espacio ferroviario único europeo. La transposición de esta normativa implica que toda empresa que disponga de una licencia ferroviaria y solicite el acceso al administrador de infraestructuras (ADIF) puede prestar servicios en competencia directa con el resto de los operadores.

El tren AVE en la estación de Sants momentos antes de iniciar el trayecto. EFE/Toni Albir
El tren AVE en la estación de Sants momentos antes de iniciar el trayecto. EFE/Toni Albir

La semana pasada, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) publicaba su cuarto Informe trimestral de supervisión del mercado de transporte ferroviario. En el transporte de viajeros, las compañías privadas han superado, por primera vez, al antiguo monopolio estatal en el principal corredor del país, el corredor Barcelona-Madrid, que movió 3,6 millones de viajeros entre abril y junio. En el último año, ha transportado a un 35,3% más de pasajeros y aumentado la oferta de plazas un 42%. Las ocupaciones de plazas alcanzan ya el 95%. La cuota de mercado de Ouigo se sitúa en el 29,1%, mientras que Iryo, con apenas un mes de operación, ha alcanzado una cuota de un 4,2%. Sin embargo, Renfe sigue siendo todavía el operador dominante con el 54% de la cuota.

La cuota de mercado de Ouigo se sitúa en el 29,1%, mientras que Iryo ha alcanzado una cuota de un 4,2%

De seguir la evolución de los últimos informes, —un desplome medio de la cuota de mercado de cinco puntos cada trimestre—, lo más probable es que, en esta conexión, Renfe sucumba ante Iryo y Ouigo. La opción low-cost de Renfe, AVLO, tampoco ha sido capaz de amortiguar el impacto de la entrada de la competencia privada y se confirma como la última de las alternativas baratas (12.7%).

En el caso del corredor Madrid-Valencia, la cuota de Ouigo sube hasta el 36%. La comparativa respecto al año 2019 muestra que los mayores aumentos porcentuales se han producido en las rutas con varios operadores, mientras que algunos de los que siguen en régimen de monopolio no han recuperado los niveles previos a la pandemia.

La rapidez de este proceso constata el gran éxito de la liberalización del transporte de pasajeros en España, una medida reclamada durante años por las instituciones comunitarias, que ahora investigan si el antiguo monopolio estatal de Renfe abusó de su posición dominante al negarse a facilitar datos a las plataformas competidoras de venta de billetes.

Pero incluso sin tener en cuenta estos presuntos movimientos, las ventajas de la introducción de la competencia ya se han dejado notar en el bolsillo de los consumidores. Antes de la liberalización, el precio medio para el AVE Madrid-Barcelona se situaba en 81 euros, mientras que hoy se sitúa en 46, una reducción del precio del 43%. Los clientes pagan ahora entre cuatro y cinco céntimos menos por kilómetro en las líneas en las que operan las tres compañías, Renfe, Ouigo y Iryo.

El precio medio para el AVE Madrid-Barcelona se situaba en 81 euros, mientras que hoy se sitúa en 46

Aquellas rutas que cuentan con mayor intensidad competitiva y más operadores alternativos son las que han experimentado una reducción de precios más intensa respecto al escenario previo a la liberalización. En el caso del AVE, los precios se situaron en una media de 44 euros, mientras que las opciones de bajo coste (Ouigo, Iryo y Avlo) oscilaron entre los 22 y los 26, según el documento del regulador.

La liberalización de los servicios de larga distancia y alta velocidad se hizo esperar, pero ya está dando sus frutos, con claros beneficios para la calidad de la oferta y el bolsillo de los consumidores. Esperemos que los usuarios de los servicios de Cercanías también puedan beneficiarse de la introducción de competencia en la adjudicación de los contratos por la prestación de servicios sujetos a obligaciones de servicio público, que todavía presta en exclusiva Renfe. ¡Liberalícese!

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