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Política de la rectificación  

La aprobación de la reforma, con retoques, de la ley del «solo sí es sí”, acordada entre el PSOE y el PP, no abre un ciclo nuevo político pero muestra el beneficio que implica la rectificación. El impulso dado por Pedro Sánchez para cambiar una ley que estaba provocando la excarcelación y reducción de penas a personas que habían cometido delitos sexuales, no solo refleja la fractura entre Unidas Podemos y el PSOE, sino que también permite atisbar en el horizonte otra forma de hacer política.

Lo importante es comprobar que el PP, el PNV, Ciudadanos y varios grupos minoritarios han contribuido a rectificar una ley que para muchos ciudadanos conseguía todo lo contrario de lo que debería perseguir. Lo que es sustancial es que el PSOE y PP se han unido para cambiar la ley más importante impulsada por Unidas Podemos, marcando el camino que se debe recorrer cuando una iniciativa política resulta negativa para una gran parte de la población.

Política de la rectificación

Seis meses después de su aprobación, la ley del «solo sí es sí” ha sido definitivamente aprobada gracias al impulso de una rectificación política contra aquellos que en su momento la impulsaron. Hay que preguntarse por qué los parlamentos no rectifican leyes que resultan ser ineficaces o erróneas.

Lo ocurrido en el Congreso de Diputados no debe ser interpretado como una victoria del bipartidismo en coalición para derrotar las posiciones feministas que defienden Unidas Podemos, sino como un ejercicio de responsabilidad pública ante la alarma social creada por una norma que no respondía a conseguir su objetivo y que además provocaba todo lo contrario.

La ministra de Igualdad, Irene Montero. EFE/ Zipi
La ministra de Igualdad, Irene Montero. EFE/ Zipi

La política de la rectificación se ha impuesto a la política de la afirmación ideológica; no se puede actuar por la vía de impulsar leyes sin haber logrado un amplio consenso social y político. Con esta rectificación aflora un precedente positivo para la política española: es posible que los dos grandes partidos se pongan de acuerdo para lograr mejorar la vida de los ciudadanos.

Más allá de las interpretaciones que alimentan la lucha entre partidos o que alarman sobre la derechización de la política española, lo que quedará de los cambios pactados entre el PP y el PSOE para modificar la ley es que existe la posibilidad de rectificar aquello que puede hacerse mejor, y que la sociedad agradece que se prioricen los acuerdos para hacerlo posible.