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Pedro Sánchez es la guerra por otros medios 

Siempre se ha dicho que el fútbol es la guerra por otros medios. Un deporte que nació para batir y aniquilar al enemigo. Hasta el punto que la leyenda hecha historia asegura que quienes primero comenzaron a practicar algo parecido al balompié en las islas británicas lo hicieron pateando la cabeza de un soldado romano caído en la batalla. Con el tiempo nos hemos ido civilizando y poniendo reglas y normas para reprimir el deseo de darle un puntapié en la cara al contrincante. Un mecanismo regulador que aceptamos de buen grado porque no hay que olvidar que también sirve para que el adversario no nos sacuda a nosotros entre ceja y ceja con total impunidad. 

Para evitar que el terreno de juego se convirtiera en un campo de batalla, el fútbol fue adoptando medidas y figuras tales como el árbitro y los jueces de línea. Luego llegaron el VAR y todos los recursos tecnológicos que ya conocen ustedes. La violencia desapareció en gran medida del campo, pero eso no evitó que siguiera presente en las gradas, especialmente entre las hinchadas más apasionadas, entre los aficionados que no razonan y que tienen como única moral ser solidarios con los suyos y agresivos con todos los demás.

Defender unos colores supone aceptar que vale todo con tal de llevarse la victoria, los tres puntos que nos harán campeones. El fin aquí justifica todos los medios. Si para alzar el trofeo ganador hay que comprar a un árbitro, no aplicar las reglas con equidad o utilizar a la hinchada para presionar, se hace. 

En la política española está pasando algo parecido a lo que ocurre en los campos de fútbol, donde no se practica el “fair play”. El aficionado percibe que no se respetan las reglas de juego, que no se imparte justicia por igual y que su equipo, si nadie lo remedia, acabará siendo derrotado por vías extradeportivas. Salen entonces los más bajos instintos, las pasiones más radicales de una hinchada dispuesta a todo porque le están diciendo que todo vale para llevarse la victoria.

Y la política española, convertida gracias a Pedro Sánchez en el fútbol del “patadón y tente tieso”, está siendo la guerra por otros medios. Porque lo que busca para perpetuarse como campeón es una repetición de la guerra entre las dos Españas, necesita dividir al país en dos equipos, en dos rivales irreconciliables que se enfrentan cada cierto tiempo para disputarse la copa del poder que él se llevará porque, ahora sí, lo tiene todo bajo control. 

La política española, convertida gracias a Pedro Sánchez en el fútbol del “patadón y tente tieso”, está siendo la guerra por otros medios

Hablando de la guerra por otros medios, Alfonso Guerra ha dicho en una entrevista reciente que el gobierno de Pedro Sánchez no puede ir a ningún sitio con la patulea de socios que le apoya. Pero me temo que Sánchez no piensa igual que Guerra. Porque Sánchez se dirige hacia un lugar distinto al que sugiere Alfonso Guerra. No pretende gobernar, solo quiere ganar, y para eso cuenta con los socios perfectos.

El rey Felipe VI (d) conversa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i). EFE/ Mariscal POOL

Todos se han puesto la misma camiseta, defienden los mismos colores y el mismo lema: “Somos los derrotados por el fascismo”. Ahora solo queda que la hinchada se convenza de qué fascistas son siempre los otros, los que no llevan el mismo escudo. Fascista es la otra España que no son ellos y ya es hora de revancha. Hacen ver que son los descendientes de quienes sufrieron injustamente durante el franquismo y, por lo tanto, tienen derecho a vencer ahora, como sea, también de manera injusta si es necesario. Y Sánchez se lo permitirá porque él es la guerra por otros medios. 

Pera para esta guerra, como para cualquier otra, se necesita un enemigo. Así que el presidente del Gobierno y los suyos andan buscando fascistas como Don Quijote buscaba gigantes en La Mancha.  Cualquiera que se interponga en su camino le servirá como enemigo a batir, aunque sea un molino muerto hace casi 50 años y enterrado bajo una losa de varias toneladas. “Ganar, ganar y volver a ganar” era el lema futbolístico que hizo famoso Luis Aragonés y que ahora hace suyo Pedro Sánchez. El sabio de Hortaleza lo aplicaba como estímulo entre jóvenes con afán de superación y, seguramente en ocasiones, con ánimo de revancha deportiva. Sánchez, sin embargo, lo utiliza ahora para que media España acabe con la otra media y lleve a cabo una venganza que ha estado larvada durante generaciones.  

“Ganar, ganar y volver a ganar” era el lema futbolístico que hizo famoso Luis Aragonés y que ahora hace suyo Pedro Sánchez

En la grada se oye ahora el rugir de la hinchada sanchista. Se han despertado pasiones que se creían felizmente olvidadas porque siempre acababan mal, con sangre. Pero esta vez nos dicen que es diferente, porque con Sánchez todo es como un juego, como el fútbol, que es la guerra, pero por otros medios. 

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