Pedro Sánchez el jacobino
En la España de las autonomías puede caerse en la tentación de pensar que la política llevada a cabo por un partido en una comunidad autónoma es algo local, sin efecto nacional y posiblemente es cierto, excepto cuando un partido, como el PSOE, actúa de forma homogénea en todas partes. Entonces la política local deja de ser anécdota para convertirse en estrategia y política nacional.
El PSOE en Baleares, en Navarra, en Cataluña, en la Comunidad Valenciana y en el País Vasco gobierna coaligado, y aparentemente con gran comodidad, con el independentismo y en otras comunidades donde no gobierna, como en Galicia, aspira a hacerlo. Los socialistas han renunciado a la visión de Estado y priorizan acceder a cuantas más áreas de poder mejor. El alto precio que paga la Nación por ello y que se concreta en la creación de un relato ferozmente antiespañol y antipatriótico da igual.
España es un pacthwork
La política socialista en todas partes es la misma, ceder y justificar las políticas de sus socios independentistas siempre que ellos ocupen espacios de poder. Para el PSOE, España no es una nación, es un pachtwork.
La obligatoriedad del conocimiento y uso del catalán en la sanidad de Baleares, algo en lo que la presidenta balear, la socialista Francina Armengol, ha transigido frente a su socio pancatalanista de MES, tras haber dicho contrario.
Los pactos entre Bildu y el partido socialista en Navarra con el único objetivo de los primeros de esukaldunizar Navarra y de los segundos de mantenerse en el poder. El apoyo a los presupuestos de ERC por parte del PSC en Cataluña con la promesa de la cesión de cercanías y el aval a la financiación de las “embajadas” o de TV3 donde los propios socialistas son llamados nazis en prime time.
La colaboración sumisa y silente del Partido socialista vasco en el gobierno Urkullu. La imposición del valenciano por parte del gobierno de Ximo Puig, al parecer por exigencia de Compromís, en la función pública y escuela valenciana.
Juan José Esparza, líder de UPN, explicó en una reciente visita a Barcelona como el gobierno de Geroa Bai y luego del PSN en Navarra, siempre con el apoyo de Bildu, había llevado a la Comunidad Foral a una perdida relevante de competitividad y a bajarse del ranking del liderazgo económico y calidad de vida en España.
Al igual que el PP es débil en el País Vasco, Cataluña y Navarra, el PSOE cada vez es más irrelevante en más lugares, pero suple es flaqueza con alianzas con partidos a los que el propio PSOE engorda avalando su mensaje ferozmente antiespañol, es una especie de outsourcing político.
La estrategia socialista de apoyarse en partidos como Bildu o ERC es pan para hoy y hambre para mañana
La estrategia socialista de apoyarse en estos partidos es pan para hoy y hambre para mañana, dado que si bien en el corto plazo estas alianzas dan acceso al poder al PSOE tanto en el gobierno de España como en muchas autonomías, en el medio y largo plazo es un error que pagará tanto el partido liderado hoy por Pedro Sánchez como, tal como explico Esparzo, el conjunto de los españoles.
El motivo de la inviabilidad de las alianzas socialistas es que esos partidos, hoy socios del PSOE, tienen intereses contrapuestos y en un momento dado chocarán entre ellos y el PSOE ya no podrá mantener la actual política de equilibrios. Por ejemplo, Bildu y Geroa Bai quieren que Navarra sea absorbida por el País Vasco y si el PSOE vasco transige simple y llanamente, el PSOE navarro perdería el poder.
Sánchez aparentemente es el campeón de la España plural, Félix Bolaños presenta al gabinete socio-podemita como el más sensible a las reivindicaciones territoriales, pero la realidad es que nadie ha sido más jacobino que Sánchez, su predisposición al despedazamiento de España solo responde al objetivo de conservación del poder a nivel nacional.