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La Moncloa se salta la ley

La Junta Electoral Central hace lo que puede para velar por el escrupuloso cumplimiento de las normas. Para que los políticos no hagan uso partidista de las instituciones. Apercibe. Expedienta. Multa. Pero es en vano. De poco sirven las llamadas de atención y las penalizaciones porque el gobierno de la Moncloa incurre en la comisión del mismo delito reiteradamente, haciendo uso electoralista de sus apariciones ante los medios en contextos que deberían ser neutrales.  

La Ley Orgánica del Régimen electoral general (LOREG) prohíbe cualquier acto organizado o financiado, directa o indirectamente, por los poderes públicos que contenga alusiones a las realizaciones o a los logros obtenidos, o que se utilice imágenes o expresiones coincidentes a las utilizadas en sus propias a campañas. Artículo 50.2.  

Y eso es lo que ha venido haciendo la portavoz del gobierno, Isabel Rodríguez, en varias ocasiones: hacer uso partidista de las instituciones desde su mesa de comparecencia ante los medios cuando debe dar cuenta de los acuerdos en el consejo de ministros. Por eso, a raíz de las protestas del PP, la Junta electoral le apercibió en dos ocasiones y, en una tercera, le ha abierto un expediente sancionador. Unas medidas disuasorias que no van a hacer ningún efecto en este gobierno que ha hecho de la propaganda su forma de intentar revertir las tendencias desfavorables en los sondeos demoscópicos.  

Resulta sarcástico que el gobierno se parapete detrás de los medios de comunicación

Resulta sarcástico que la reacción del gobierno, para defenderse de las medidas punitivas del organismo electoral, se haya parapetado detrás de los medios de comunicación para decir que las respuestas de la portavoz obedecen a las preguntas de los periodistas. No es cierto. En las alegaciones que ha presentado la Moncloa ante la Junta electoral acusa al PP de redactar denuncias contra Isabel Rodríguez, donde se omiten las preguntas de los periodistas para que parezca que la crítica al PP nace del gobierno, por propia iniciativa, y no como respuesta a las preguntas de los informadores.

La portavoz del gobierno no ha sido la única apercibida y sancionada

Si el PP hubiera añadido todo el contexto, preguntas y respuestas, la portavoz del gobierno habría quedado todavía más en entredicho. Porque cualquier pregunta que se le haga deriva en una respuesta que contiene una crítica a los partidos de la oposición. Valga un ejemplo como muestra: le preguntan si, con motivo de la moción de censura de Vox, iba a darle la réplica al profesor Tamames la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y la respuesta consistió en arremeter contra la derecha y el PP. Pero da igual la orientación de las preguntas porque, en la mayoría de los casos, las respuestas ya se sabe dónde van a acabar: en una descalificación de Feijóo, aunque no pasara por allí. La portavoz del gobierno no ha sido la única apercibida y sancionada.

A la ministra Teresa Ribera también se le ha llamado la atención. En el fondo no hacen más que seguir la estela de sus antecesores en este gobierno. Otros portavoces socialistas no actuaron con tanto descaro. Pero los de la etapa sanchista, sí. El propio presidente del gobierno fue sancionado en 2019 por haber realizado una entrevista electoral, como candidato, desde el Palacio de la Moncloa. La anterior portavoz Isabel Celáa también fue multada por hacer propaganda electoral desde la sala de prensa de la Moncloa cuando ya estaban convocadas las pasadas elecciones generales. Es la marca de la casa. No van a renunciar a ella porque es en la propaganda donde piensan poner toda su energía en el pulso electoral con el PP. 

La campaña contra Feijóo bien les vale un castigo de dimensión controlada

Volverán a hacerlo

Teniendo en cuenta la excusa que ha presentado el gobierno, utilizando a los medios como razón exculpatoria de su vulneración a la neutralidad institucional, todo parece indicar que no hay propósito de la enmienda porque no hay reconocimiento de la culpa. No les importa una multa que, para ellos, es simbólica. La campaña contra Feijóo bien les vale un castigo de dimensión controlada. 

Isabel Rodríguez, al tomar posesión de su cargo, dijo que no iba a utilizar la sala de prensa del consejo de ministros para hablar de los partidos políticos. Se ha traicionado a sí misma, mezclando, de paso, las críticas al gobierno con el ataque a la democracia. Comparaciones peligrosas. ¿Criticar es deslegitimar y es antidemocrático? Veremos más síntomas de nerviosismo en esta campaña electoral. La rebaja de la malversación, propuesta por Bruselas, le ha estallado a Sánchez en plena campaña. Feijóo le ha brindado su apoyo para reformar su reforma porque tendrá que corregir su rebaja. Como hizo con la reforma de la ley del ‘solo sí es sí’ ¿Qué contestarán las ministras en la próxima conferencia de prensa? Se admiten apuestas.