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La brecha emocional de la generación Resines 

Gracias a las últimas encuestas sobre qué opinan los españoles sobre todo este proceso de la amnistía y las negociaciones suizas con relator salvadoreño (de Hacendado) incluido, sabemos los datos fríos:  

Uno: Que un 60% de los españoles piensan que es injusta y que de ella devienen privilegios insoportables para los amnistiados  

Dos: Que a pesar de los esfuerzos del gobierno y de todo su bien engrasado equipo olímpico de opinión sincronizada, un 85% de los españoles creen que la principal razón para la misma no es la búsqueda de la paz social en Cataluña sino la investidura de Sánchez.

Y tres: Que en torno a un 34% de los votantes del PSOE, unos 2,8 millones de ciudadanos, la rechazan taxativamente. 

Pero eso son solo los números fríos, cifras que tras su robustez esconden historias que lejos de ser anécdotas son los ladrillos con los que se construye el presente y el futuro político de los países. 

Un 34% de los votantes del PSOE, unos 2,8 millones de ciudadanos, la rechazan taxativamente la amnistía

Y hoy les traigo un ejemplo paradigmático de esto que les cuento, el actor Antonio Resines. 

Lo van a entender perfectamente. Antonio Resines es uno de los actores más reconocidos y queridos de nuestro país, una cara familiar, una de esas personas que ha entrado en el salón de nuestras casas durante años mientras cenábamos gracias a su participación en series que han sido de culto para nuestras familias como sin duda fue Los Serrano, ya saben, el culebrón que narraba las peripecias vitales de una familia que podía ser perfectamente la nuestra y a cuyo paterfamilias encarnaba como un guante Resines gracias a su aspecto de hombre normal, de hombre de la calle, de buen tipo. 

El actor Antonio Resines. EFE/ Zipi

Pero Antonio Resines es mucho más que todo eso, Antonio Resines, que ahora está cerca de los 70 años, fue uno de los actores-fetiche de la transición, una de las caras con las que Fernando Colomo, Emilio Martínez Lázaro o el mismísimo Fernando Trueba construyeron el nuevo cine español a comienzos de los años 80 del pasado siglo. 

Un tipo que como nadie fue capaz de representar a los españolitos de una generación, que tras la dictadura votó en masa al PSOE de Felipe González y Alfonso Guerra en 1982, un tipo que nunca ha escondido su ideología socialdemócrata y que ha contribuido siempre que el PSOE se lo ha pedido a defender sus siglas incluso en las campañas electorales más complicadas. 

Muchos miembros de esa generación Resines se sienten igual que él, defraudados, traicionados, abandonados y tan lejanos de este PSOE

Pues bien, la pasada semana Resines fue entrevistado en RTVE y como ha hecho siempre, sin cortarse un pimiento, expresó su incomodidad y su lejanía con el proyecto de Pedro Sánchez, poniendo de nuevo voz a toda una generación que es la que ha sido determinante para que Sánchez no haya sufrido el hundimiento que todas las encuestas preveían y que hoy siente que se ha roto el vínculo emocional que siempre les unió con el partido socialista. 

Y no, no es el único, si las miramos por rangos etarios, las encuestas de las que hablaba al comienzo de esta columna sobre la amnistía nos dicen que muchos miembros de esa generación Resines se sienten igual que él, defraudados, traicionados, abandonados y tan lejanos de este PSOE amnistiador, retolatoresco, salvadoreño y ginebrino que sienten que el vínculo emocional que les unía se ha transformado ya en una brecha imposible de cerrarse al menos mientras Sánchez siga al frente del PSOE. 

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