El fascismo independentista ya tiene partido y anuncia que se presenta a las elecciones catalanas
Ripoll es un municipio histórico, feudo donde en su magnífica iglesia románica está enterrado Wifredo, el primer conde que desafió a los francos y dio así pie al nacimiento del condado de Barcelona. Pero eso sucedió hace doce siglos y hoy Ripoll es la capital de una comarca que ha perdido gran parte de su industria y donde el 14 % de su población es inmigrante.
En este contexto social no es de extrañar que el PIB per cápita de Ripoll sea un 25% inferior al de la media de Cataluña y menos aún debe sorprender que sea el primer municipio de España gobernado por un partido abiertamente racista y supremacista que cree que los catalanes son una especie superior. Lo ha conseguido no solo porque ganó las elecciones si no gracias a la inhibición de Junts per Catalunya en el pleno de investidura de ayer.
Ripoll saltó a las portadas de los medios porque ahí vivía el imán que lidero los atentados de la Rambla en agosto de 2017 y de ahí eran los jóvenes islamistas que alcohol, drogas, prostitución y casinos, se radicalizaron en un contexto de envejecimiento de la población local, crecimiento de la inmigración y de independentismo catalanista radical.
Tradicionalmente, Ripoll fue siempre gobernada por CiU y luego por Junts, en las municipales de 2019 los de Puigdemont obtuvieron mayoría absoluta, pero el 28 de mayo sufrieron un duro correctivo electoral paralelo al ascenso de Aliança Catalana, un partido independentista radical, que propone la expulsión del “estado español” de Cataluña, la expulsión de los inmigrantes sin papeles o que delincan, la supresión de las ayudas a los inmigrantes, el fin de la islamización y la prohibición del niqab.
Aliança Catalana gana en Ripoll
Aliança Catalana gano las elecciones en Ripoll el 28 de mayo con 1400 votos, doblando al siguiente partido en número de votos. Su líder, Silvia Orriols, ha pasado por infinidad de grupúsculos radicales como Estat Català, partido que durante la II república mostraba su simpatía con el fascismo pero desde perspectivas separatistas catalanas, o el Front Nacional Català, una copia barata del lepenismo en Cataluña. No obstante, la comarca de la que Ripoll es capital hace frontera con Francia.
Orriols no ha tenido evolución ideológica alguna, siempre ha mostrado inclinación a la defensa de la pureza y a la eliminación de todo aquello que contamine lo que ella considera, sus valores y hechos diferenciales catalanes, ya fueran españoles o magrebíes que para ella son lo mismo. Ya en 2006, con solo 22 años, protagonizo una campaña de retirada de placas en lengua española en Ripoll, dado que consideraba que esas señales “manchaban” la cuna “de la patria catalana”. Más tarde, en 2011, constituyo la asociación los “Intransigentes de Cataluña” de clara orientación etnicista y xenófoba.
Tras años de predicar por las calles de su pequeña ciudad y gracias al apoyo consciente o inconsciente de los mensajes de Junts sobre “ñordos”, en referencia a los catalanes no independentistas, la lengua española o las campañas contra la policía nacional o la guardia civil, quizás más sofisticados, pero no alejados de estos planteamientos han llevado a Orriols a la victoria por aquello, ya sabido, de que la opinión pública entre el original y la copia siempre eligen al más auténtico.
Elecciones catalanas
Aliança Catalana no solo ha ganado en Ripoll, si fuera así se podría presentar como un hecho aislado de un caso con un microclima político concreto en el prepirineo gerundense, pero también han obtenido representación en Manlleu, cerca de Vic, en la provincia de Barcelona y Ribera d’Ondara en la provincia de Lérida. Con estos resultados ya han anunciado que concurrirán a las elecciones catalanas, aun sin fecha, pero con grandes rumores que debido a la falta de apoyos parlamentarios de Aragonés se celebren este otoño.
Laura Borràs, líder de Junts salió en defensa del derecho de Aliança Catalana de gobernar en Ripoll, lo mismo hizo Pilar Rahola, musa del Puigdemontismo más exacerbado y extravagante. En Junts son conscientes de que la candidatura de Aliança Catalana puede restarles votos, dado que sus concejales son el resultado de la fuga de votantes de Junts hacía la nueva formación fascistoide independentista.
Aliança Catalana, a diferencia de Vox, es claramente racista y supremascista
Aliança Catalana ha incomodado a los medios de comunicación públicos y a las instancias oficiales catalanas, que han intentado disimular presentándolo como la Vox catalana, pero el hecho es que es una fuerza, a diferencia de Vox, claramente racista y supremacista, que nada tiene que ver con Vox y es más el resultado de cultivar durante décadas un mensaje de odio y de supremacismo catalán que, ahora, puede devorar a sus propios creadores en Junts. Y es que el nacionalismo moderado simple y llanamente no existe, si uno es nacionalista es por definición excluyente y en consecuencia radical.
Junts y ERC pusieron el huevo del dinosaurio y ahora en su Jurassic Park separatista temen por ser devorados por su creación.