Sin categoría

Ahora toca la anexión de Navarra al País Vasco

Echo la vista atrás y ya no recuerdo muy bien cómo fue el chupinazo de San Fermín de este año. Tengo al presidente de Osasuna en la memoria, pero de una manera borrosa. Quienes aparecen de forma más clara y nítida son otras personas en un acto más reciente que parece haber remplazado al que tuvo lugar en la capital navarra.

La imagen que me viene es la de Pedro Sánchez, acompañado de su señora Begoña Gómez, con Mª Jesús Montero saltando de alegría, levantando todos los brazos desde una plataforma que sustituía al balcón del Ayuntamiento de Pamplona a las doce del mediodía del 6 de julio. Es decir, en el momento en que se enciende la mecha que lanza el cohete anunciador de las fiestas al grito de ¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín! Y unas banderas rojas como “pañuelicos” esperando nerviosas que empiecen los encierros.

Tras del chupinazo de Ferraz, lo que sigue en el programa de fiestas es una embestidura, de embestir, en lugar de una investidura, de investir


Es más, tengo para mí que tras del chupinazo de Ferraz lo que sigue en el programa de fiestas es una embestidura, de embestir, en lugar de una investidura, de investir, que es lo que espera Pedro Sánchez que ocurra después de ponerse delante de todas las ganaderías que van a participar en los festejos.

Los hierros de los morlacos tienen las más diversas procedencias y a algunos les precede una más que ganada fama de dudosa nobleza. Bichos de poco fiar que te pueden pegar un derrote y empitonarte cuando menos te lo esperas. Pero así es la fiesta. Y así vive nuestro presidente del Gobierno en funciones su particular carrera delante de los toros: tensión, nervios, riesgo, alguna caída, quizás un revolcón y después la merecida gloria.


A Sánchez le va a pillar el toro de los independentistas y lo sabe. Pero también sabe que le esperan más cornadas en su propio partido si no es capaz de formar su Frankenstein-2, así que pagará lo que haya que pagar para ser investido-embestido. Es posible que Puigdemont y sus compañeros de filas del “procés” no estén ahora para tsunamis independentistas y sus exigencias se limiten a recuperar el honor perdido, pero eso no quiere decir que en unos meses el panorama no vaya a cambiar.

Así que Junts apoyará a Sánchez. Y no lo hará porque le presionen ni Félix Bolaños ni su amigo Jaume Asens. Entrará en el juego porque se lo pedirá Arnaldo Otegi. Porque el independentismo vasco tiene un claro objetivo a corto plazo y solo es posible conseguirlo con el PSN-PSOE actual y con el chollo de un Frankenstein-2: la integración de Navarra en el País Vasco mediante referéndum.

El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi. EFE/ Javier Etxezarreta


Hay que recordar que la Constitución incluye en su texto una disposición transitoria cuarta que establece un procedimiento para la incorporación de Navarra en el País Vasco. Es la única de las nueve disposiciones transitorias que plantea la posibilidad de unión entre dos comunidades autónomas, ya que el artículo 145.1 de la Constitución prohíbe expresamente la federación de comunidades autónomas. En el caso navarro deberá ser el Órgano Foral competente (Parlamento de Navarra) quien apruebe la propuesta por mayoría para después someterla a referéndum expresamente convocado al efecto y aprobado por mayoría de los votos válidos emitidos.

Hay que recordar que la Constitución incluye en su texto una disposición transitoria cuarta que establece un procedimiento para la incorporación de Navarra en el País Vasco


Las últimas elecciones al Parlamento navarro del 28-M las ganó UPN, pero la socialista María Chivite será investida presidenta con los apoyos de prácticamente las mismas fuerzas nacionalistas, independentistas y de izquierdas que llevarán a Pedro Sánchez a la Moncloa.

Representan la mayoría en el Parlamento de Pamplona, así que Otegi y los suyos tienen una oportunidad de oro para activar la citada disposición transitoria y un referéndum de anexión cuya simple convocatoria sería para ellos un éxito de cara a la movilización de todo el sentimiento independentista que el nacionalismo vasco lleva inoculando desde hace años en toda Navarra. Y Pedro Sánchez no se opondrá. Pagará el precio gustoso. Porque todo es legal, todo está dentro de la Constitución. Y con Navarra, integrada en el País Vasco tras un referéndum, se allanará el camino para que Bildu gobierne y se pongan sobre la mesa, también en Cataluña, nuevas consultas que ahora parecen imposibles. Este es el panorama.