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El tercer mayor accionista de EiDF (y gran acreedor) pierde 100 millones con el descalabro en bolsa

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Nuevo desplome en bolsa de EiDF Solar. La compañía que capitanea Fernando Romero cerró la sesión bursátil de este martes con un retroceso del 56,3% que se suma al del 70% registrado en un lunes marcado por su regreso tras el levantamiento de la suspensión por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Con este nuevo descenso, la compañía ha perdido el 86,9% de su valor en bolsa en dos sesiones. De esta forma, su capitalización ha retrocedido desde los 1.721 millones de euros que marcaba antes de que fuese apartada temporalmente del BME Growth hasta los 225,6 millones de euros. Se trata de un recorte de casi 1.500 millones de euros que ha apeado a Fernando Romero (su consejero delegado y máximo accionista) del club de milmillonarios, pero que también arrastra a los otros dos pesos pesados.

Es el caso de Alejandro Alorda y Sergio Palmero. El primero es propietario del 7,61% de las acciones de EiDF a través de Mass Investments Ark 2021, mientras que el segundo desembarcó en el capital de la compañía el año pasado como parte del plan de compra de comercializadoras. Palmero era propietario de ODF (On Demand Facilities) y sus filiales Energía Libre Comercializadora y Asal de Energía hasta su venta a EiDF, una operación que fue autorizada en la junta general extraordinaria de accionistas que la empresa gallega mantuvo en abril de 2022.

De ODF a EiDF

Allí EiDF dio luz verde a la compra de ODF, que, según sus cálculos, había superado los 100 millones de euros de facturación en 2021 y que contaba con más de 35.000 clientes y 700 gigavatios/hora de electricidad y otros 400 de gas natural bajo gestión. A cambio, Memento Gestión (propietaria de EiDF) recibiría 30 millones de euros repartidos entre pagos en metálico y en acciones.

Así, un millón de euros fue abonado ya a finales de 2021, mientras que otros seis millones se abonaron antes del 31 de agosto de 2022. A estas cantidades se suman otros cinco millones de euros que tienen como fecha límite este jueves 31 de agosto, así como otros 18 millones de euros mediante acciones.

Fueron 921.188 los títulos de EiDF que fueron traspasos a Memento Gestión como parte de este acuerdo. Esta cantidad se eleva ahora hasta los 3,84 millones como consecuencia de dos factores. El principal radica en el desdoblamiento de cuatro nuevas acciones por cada una antigua (split) que EiDF efectuó a finales del año pasado para dinamizar los volúmenes de negociación como paso previo a su ascenso al Mercado Continuo.

A esto se suman las sucesivas compras que Palmero había efectuado en los últimos meses, que provocaron que su participación se situase en el 6,63%. Su valor de mercado rondaba los 114,1 millones de euros al cierre de la sesión del 13 de abril. Sin embargo, el desplome bursátil de EiDF en su regreso al parqué tras cuatro meses y medio de suspensión dictada por la CNMV ha recortado esta cifra hasta los 15 millones actuales.

Además del vínculo accionarial y con ODF (ahora participada) EiDF y Memento Gestión mantiene otro lazo. Y es que en la memoria anual de la empresa todavía con sede en Barro (prepara su traslado a Madrid) revela que en «el epígrafe deudas con empresas vinculadas se encuentra registrada una cuenta corriente a corto plazo concedida por Memento Gestión. a ODF cuyo importe pendiente de pago asciende a 4,27 millones de euro. Esta cuenta no devenga ningún tipo de interés y la deuda con Memento consecuencia de la compra del Grupo ODF por importe de cinco millones euros, cuyo vencimiento es agosto de 2023″.

A vueltas con el forensic

La empresa, que «se encuentra en un proceso de refinanciación y reestructuración, que implicará la venta de activos, para solventar el problema de liquidez a cierre del ejercicio de 2022», materializó su regreso al parqué tras reformular las cuentas y publicar partes del informe forensic elaborado por Deloitte.

Sin embargo, la CNMV ha arremetido contra la compañía al entender que en la documentación existen determinadas «omisiones muy importantes». Además, a juicio de la entidad que preside Rodrigo Buenaventura, existen «evidencias de posible falseamiento de documentos por parte de la compañía, dada su especial relevancia».

«En relación con ello, el auditor (PwC) ha tenido en cuenta dicho forensic en su trabajo, que se ha materializado, entre otros aspectos, en una limitación al alcance de su opinión de auditoría, dadas las debilidades de control interno identificados en el forensic en estas materias», ha explicado el supervisor. Además, según el forensic, «se identifican numerosas incidencias relativas, entre otras cuestiones, a facturas y pagos por servicios que podrían no haberse prestado o no estar justificados, así como a la falsificación de documentos». «Hay evidencias de posible falsificación de contratos y documentos elaborados por parte de los responsables de la sociedad», apuntaba el informe de Deloitte.

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