La sociedad inversora de la sobrina de Amancio Ortega entra en pérdidas tras el batacazo de sus sicavs
Más allá de Amancio Ortega, los miembros de la familia del cofundador de Inditex se alzan con sus negocios en el ranking de las grandes fortunas gallegas. Pero sus inversiones también experimentan vaivenes. El ejemplo está en Dolores Ortega, sobrina del primer patrimonio de España. El pasado año, Forbes le estimó una cartera de unos 450 millones de euros y la colocó en el puesto número 66 de millonarios españoles. A su madre, Primitiva Renedo, viuda de Antonio Ortega Gaona, le calculan una riqueza de 650 millones. Ambas comparten presencia en el accionariado de sociedades a través de las que vehiculan parte de sus inversiones. Una de las principales, Marlolan, entró en números rojos el pasado año.
La empresaria coruñesa ha desarrollado a lo largo de los años un discreto imperio, sostenido sobre sicavs, promotoras inmobiliarias y hoteles. Dolores Ortega es consejera delegada de Marlolan, sociedad presidida por su madre y en cuyo consejo también figura como vocal su marido, el empresario Juan Carlos Rodríguez Cebrián, que llegó a ser director general de Inditex y desde hace años cuenta con numerosos negocios relacionados con el ocio nocturno en A Coruña.
Las últimas cuentas presentadas ante el Registro Mercantil por Marlolan evidencian que a finales de 2022, la sociedad contaba con un patrimonio de 170 millones de euros y unos activos que se elevaban sobre los 172 millones de euros. De un beneficio neto de 2,64 millones de euros en 2021 pasó a unas pérdidas de 2,6 millones de euros, siendo el resultado financiero de la sociedad de tres millones de euros en negativo. Su cuenta de pérdidas y ganancias, consultada por Economía Digital Galicia, revela que el pasado ejercicio sus ingresos financieros –que percibe fundamentalmente de los dividendos de sus participadas– disminuyeron de 1,4 millones de euros a 899.00 euros. Además, se anotó una variación del valor razonable en instrumentos financieros negativa de cuatro millones de euros. La caída de sus sicavs y los deterioros de sus inversiones fueron claves.
Adiós a las sicavs
El año de la guerra en Ucrania y el estallido de la inflación, fueron las sicavs dependientes de Marlolan, históricos motores de beneficios de la firma, las que pincharon. La sociedad inversora tienen una participación directa de un 99,99% en Viveiro de Inversiones y de un 67,06% en Silleiro de Inversión. Según los datos aportados en su memoria anual, la primera registró unas pérdidas de 3,5 millones de euros y la segunda de 3,2 millones.
Ambos vehículos nacieron como sociedades de inversión de capital variable. El año pasado, no obstante, el Gobierno puso en marcha una normativa que endurecía los requisitos que tenían que cumplir estos vehículos para mantener una tributación en el impuesto de sociedades del 1%. Durante 2022, los administradores de ambas sicavs decidieron aprobar la transformación de ambas en sociedades limitadas.
Del Peregrino a las inmobiliarias
Al margen de las sicavs, de Marlolan también cuelgan otras participadas que sí consiguieron mejores resultados. Es el caso de su principal inmobiliaria, Altramud, que ganó 1,1 millones de euros. También destaca Saite, concesionaria del mercado más rentable de A Coruña, el de la plaza de Lugo, que se llevó un beneficio de 1,13 millones de euros.
También redujo pérdidas el hotel Peregrino, inmueble propiedad al 100% de Marlolan y ubicado en Compostela y que desde el año pasado es explotado por Hotusa, la cadena del chantadino Amancio López Seijas. En 2021 se anotó unas pérdidas de 140.000 euros que se redujeron hasta los 100.000 euros en 2022.
Ibersuizas
Por otro lado, en su memoria, a finales de 2022 los administradores de Marlolan calificaban como activos disponibles para la venta su participación en Inversiones Ibersuizas, un fondo de capital riesgo que en su día contó con Banco Pastor como máximo accionista mediante su participación de casi el 20%.
A principios de este año, la sociedad acordó ir a disolución voluntaria tras varios años con la actividad bajo mínimos. El pasado año, la sociedad inversora de Dolores Ortega ya se anotó unos deterioros de valor en esta participación de 7,4 millones de euros.