Si quieres tener salud, hazte autónomo
Así es, querido lector. En la incesante búsqueda de la elusiva fórmula para una vida saludable, nos hemos topado con el secreto mejor guardado de la humanidad: ¡ser autónomo! Olvídate de los batidos verdes, del yoga y de esos costosos suplementos vitamínicos. Si lo que buscas es inmunidad sobrenatural, resistencia al estrés y una habilidad sin igual para rechazar todo tipo de enfermedades, lo tuyo es la autonomía laboral. Y todo esto dicho, por supuesto, con el más sutil y fino sarcasmo que puedas imaginarte.
Para empezar, el autónomo no conoce de vacaciones. ¿Playa? ¿Montaña? Eso es para los mortales. Nuestro superhéroe autónomo sabe que el descanso es para los débiles. Además, ¿quién necesita de un cóctel en la playa cuando puede tener el éxtasis de una maratón de trabajo de 18 horas diarias? Las olas del mar no se comparan con las oleadas de facturas y papeleo que arriban a su mesa.
Pero, esperen, ¡hay más! En el universo del autónomo, las gripes y resfriados son mitos urbanos. Mientras el común de los mortales se retuerce en la cama con fiebres y pañuelos de papel, nuestro intrépido trabajador independiente se ríe en la cara del virus de la influenza. Su sistema inmunológico ha sido entrenado en las artes antiguas del «no tengo tiempo para enfermarme». De hecho, algunos aseguran que su sangre ha sido reemplazada por café y su piel se alimenta de la luz de las pantallas de computadora.
¿Y las bajas por estrés? ¡Ja! Eso es tan del 2000. El autónomo ha evolucionado para convertir el estrés en su fuente primaria de energía. Cuando se siente abrumado, simplemente recuerda que si deja de trabajar un solo día, el apocalipsis financiero podría desatarse. Y, sorprendentemente, esa es la motivación que necesita para seguir adelante.
Ahora bien, si pensabas que ser autónomo solo era un juego de superpoderes físicos, te equivocas. También se necesita una mente de acero. Frente a las adversidades, el autónomo piensa: «¡Claro que puedo hacer ese trabajo en la mitad de tiempo y por la mitad de dinero!» Es el mantra del eterno optimista que, contra todo pronóstico, cree que dormir está sobrevalorado.
Por supuesto, detrás de cada superhéroe autónomo, hay un villano. Y en este caso, se trata de la sociedad que, irónicamente, espera que estos seres todopoderosos también tengan una vida social, hobbies y, a veces, incluso duerman. ¡Las audacias! Pero, como todos los grandes héroes, el autónomo también tiene su talón de Aquiles. En su caso, es el eterno dilema entre seguir trabajando o detenerse un momento para respirar.
En conclusión, si estás buscando la salud perfecta, la resistencia sobrehumana y la capacidad de trabajar más horas de las que existen en un día, hazte autónomo. Es el camino más directo hacia la inmortalidad laboral. Y si te encuentras con uno, ofrécele un masaje, un café o simplemente un abrazo. Porque, aunque parezcan invencibles, en el fondo, también son humanos… Más o menos.