Roberto Tojeiro y Rodrigo Díaz toman el control de Reganosa y de su proyecto de hidrógeno con EDP

Reganosa pone sobre el papel los cambios que anunció el pasado 8 de noviembre, cuando se hizo pública la operación para adquirir el 15% del capital que estaba en manos de la japonesa Sojitz y el relevo de Emilio Bruquetas como director general del grupo, puesto que recayó en Rodrigo Díaz, hasta entonces director de Operaciones y Desarrollo. Bruquetas encontró acomodo al frente de la nueva sociedad público-privada Recursos de Galicia, impulsada por la Xunta, y, mientras tanto, Roberto Tojeiro y Rodrigo Díaz tomaban los mandos en la nueva cúpula de la regasificadora.

El presidente de Gadisa, primer accionista de Reganosa con el 59,64% del capital, asume el mismo cargo en Regasificadora del Noroeste, la planta de Mugardos, y en el holding que ejerce como matriz del grupo, Reganosa Holdco, donde también tienen participaciones el Gobierno gallego  (28,60%) y la argelina Sonatrach (11,76 %). Los datos del Registro Mercantil muestran que también ha sido nombrado presidente de la filial Reganosa Asset Investments y administrador mancomunado de Reganosa Servicios, un área clave en el proceso de internacionalización del grupo con el mantenimiento y operación de plantas en el exterior. En estos cargos reemplazo al expresidente de la compañía, Carlos Collantes, que salió de la empresa al mismo tiempo que Bruquetas.

Las alianzas con Enagás y EDP

El otro administrador de Reganosa Servicios es el nuevo director general, Rodrigo Díaz, que también ha sido nombrado apoderado en Reganosa Holdco, Reganosa Asset y Regasificadora del Noroeste. El directivo será, además, el administrador único de H2Pole, el proyecto conjunto con EDP para levantar una planta de hidrógeno en As Pontes con una inversión estimada en 156 millones.

Rodrigo Díaz también representará a Reganosa en Musel Energy Hub, donde ha sido nombrado consejero. El cambio en la cúpula de la compañía llegó después del acuerdo con Enagás para adquirir por 54 millones un 25% de la planta regasificadora de El Musel, otro de los enclaves relevantes en la transición hacia una economía verde. Esta operación conllevó la venta de la red troncal de gasoductos de Reganosa en Galicia al gestor de infraestructuras gasistas y, a priori, debería asegurar la conexión del hidrógeno con la comunidad a través del hidroducto de Guitiriz, ahora de nuevo en el foco de la refriega política tras quedar excluido de las ayudas europeas.