Ola de venta de acciones entre la cúpula de Alcoa en plenas negociaciones por San Cibrao
La cúpula de Alcoa hace caja con la venta de acciones de la compañía. Dos directivos de la multinacional con sede en Pittsburgh han sellado la venta de un total de 174.574 títulos de la compañía aprovechando que estas se han encaramado hasta niveles no vistos desde el pasado mes de agosto.
Con estas operaciones, que han sido notificadas por la propia Alcoa a la SEC (el regulador bursátil de Estados Unidos), estos dos altos ejecutivos de la firma que capitanea Roy Harvey se han embolsado un total de 9,19 millones de dólares. La mayor parte (7,13 millones) han ido a parar a William F. Oplinger. El director financiero de Alcoa se desprendió de un total de 134.444 acciones el pasado 27 de enero.
Las ventas se ejecutaron a un precio medio de 53,03 dólares, una cantidad que supera a los 51,21 que recibió de media Jeffrey D. Heeter por cada una de las 40.130 acciones que colocó en el mercado ese mismo día. El responsable legal y secretario del consejo de administración de Alcoa percibió 2,05 millones de dólares con estos movimientos que han supuesto un recorte a la mitad en su participación en la compañía.
No en vano, el alto ejecutivo controla ahora un total de 37.840 acciones (un 48,5% respecto a las 77.970 que manejaba a comienzos de año). La dilución en el capital de Alcoa se hace mayor en el caso de Oplinger, que se desprendió del 65,1% de sus acciones en Alcoa con esta oleada de ventas.
Alcoa toca máximos en bolsa pese a volver a números rojos
Ambos ejecutivos han aprovechado que Alcoa ha encadenado un rebote del 62,1% desde sus mínimos de octubre para abordar estas ventas de acciones. Y es que la compañía se dispara un 20% en lo que va de año pese a que hace dos semanas reveló que su cuenta de resultados se había teñido otra vez de rojo.
En concreto, Alcoa se anotó pérdidas por valor de 102 millones de dólares a lo largo de 2022. La cifra contrasta con el beneficio de 429 millones de dólares que se había anotado en 2021. “las turbulencias globales influyeron negativamente en los costes de las materias primas y la energía y vimos una variación significativa en el precio de los productos entre la primera y la segunda mitad del año”, explicaba su presidente, Roy Harvey, en la presentación de resultados.
Los altos precios de la energía dejaron un reguero de recortes de producción en el ecosistema de fábricas de Alcoa, entre ellas la de alúmina de San Cibrao. La empresa anunció el pasado verano que operaría a la mitad de su capacidad productiva para capear la crisis energética mientras su factoría vecina (la de aluminio) vivía el primero de sus dos años de parón.
Referéndum por su reinicio en San Cibrao
La dirección de Alcoa y los sindicatos pactaron a finales de 2021 un parón de dos años en la factoría para, posteriormente, reiniciar su actividad tras haber acometido inversiones por valor de 103 millones de euros para modernizar la fábrica. Sin embargo, el avance de la inflación ha puesto en alerta a la compañía. Alcoa prevé ahora que la factura por sus inversiones en San Cibrao prácticamente se duplique por esta cuestión y que, además, el horno de cocción de ánodos no esté listo hasta 2025. Además, la compañía ha planteado una activación progresiva de las cubas de electrólisis mediante la cual se espera que el 100% de ellas no estén totalmente operativas hasta octubre de 2025.
Con esta propuesta sobre la mesa, un total de 1.060 trabajadores de Alcoa en el complejo de San Cibrao participan esta semana en el referéndum para decidir si aceptan o no los planteamientos de la multinacional. Las votaciones arrancaron este martes y se extenderán hasta el viernes en medio de la división sindical. Mientras CC OO y UGT piden el «sí» para blindar las inversiones en la planta y ampliar las garantías laborales para la plantilla, la CIG, por el contrario, critica el calendario de rearranque de las cubas hasta 2025 y que se deje «a la intemperie» a los trabajadores de Alúmina Española y a las auxiliares.