Necesitamos diálogo y eólica marina
Sin negar lo evidente, resultaría imposible no afirmar que la energía eólica marina ya se está abriendo camino en España, y también en Galicia, en zonas donde los pescadores llevan desarrollado su actividad desde siempre. El sector del Cantábrico ha diseñado su propia hoja de ruta ante la inminente llegada de los molinos de viento al mar. En el Mediterráneo también.
Pero también resulta evidente que nadie se opone a ellos, solo se exige que se respeten los ecosistemas marinos y la actividad pesquera. Las eólicas marinas no puede ser una amenaza para la pesca, sino una oportunidad, como lo es de forma evidente, a su vez, para la industria naval.
Se destinarán 200 millones de euros a 20 líneas de actuación para alcanzar entre los 3 GW de potencia de eólica marina flotante en 2030. Ante estos planes, las cofradías de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco, y las cofradías del Mediterráneo, Cepesca y la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras (FAAPE), se han posicionado para salvaguardar la pesca y proteger los ecosistemas marinos, evidentemente.
El portavoz de esta plataforma, secretario general de Pescagalicia y representante del sector ante el Consello Galego de Pesca en el Observatorio da Enerxía Eólica, Torcuato Teixeira, ha confirmado que nadie se opone a la eólica, pero el respeto a la actividad pesquera y a los ecosistemas del mar son horizontes infranqueables. No se puede obstaculizar el suministro del alimento más saludable y que menos CO2 genera, dice.
Y es que no olvidemos que la pesca en Galicia supone el quinto sector económico más importante en términos de PIB. En las zonas donde habrá parques eólicos marinos y en las áreas por las que discurran sus cables de conexión no se podrá faenar, son actividades básicamente incompatibles, algo que afecta a flotas muy importantes como el arrastre. Sin olvidar el posible impacto visual que tengan los parques, que podrían perjudicar de forma evidente al turismo. Y no podemos olvidar, tampoco, que Galicia es una zona clave en el paso de las aves migratorias, que ya se encuentran con problemas ante la saturación de parques eólicos que hay en algunas sierras.
Pero resulta evidente, y tampoco se puede negar, que la publicación del POEM no implica, de ningún modo, que esas propuestas vayan a ser aprobadas. Simplemente, son indicativas de dónde se podrían ubicar los molinos y donde las zonas estarían acotadas para otras actividades o como reservas naturales.
Las eólicas marinas no puede ser una amenaza para la pesca, sino una oportunidad, como lo es de forma evidente, a su vez, para la industria naval
Galicia puede representar un papel importante en el ámbito de la energía eólica marina. La Hoja de Ruta de la Energía Eólica Marina y de otras Energías del Mar prevé producir hasta 3 gigavatios en 2030. Casi la misma potencia que, en total, ya está instalada en nuestros montes. Las aguas gallegas sostendrían siete proyectos para la eólica marina de casi 4.900 megavatios, una décima parte de la potencia instalada a nivel mundial. Nuestra comunidad acapararía un 8,7% de la capacidad instalada con esta tecnología en todo el planeta. Sería prácticamente la mitad de la potencia que se tramita en toda España.
Por lo tanto, para convertir a España en la referencia europea para el desarrollo tecnológico y el I+D de las energías renovables en el entorno marino, especialmente la eólica flotante, Galicia es imprescindible.
Desde la industria se pide habilitar al menos 200 millones de euros para I+D de 2021 a 2023 para reforzar las plataformas de ensayo existentes y ofrecer los mejores y más rápidos bancos de prueba de nuevas tecnologías.
Y es que tampoco podemos negar otra evidencia: la industria naval navega a favor de la implementación de los eólicos en el mar. Los ven la herramienta fundamental y el camino irrenunciable hacia la descarbonización y siendo su mayor ventaja competitiva para lograrla. Además, su construcción generará 5.000 nuevos empleos de aquí a 2030 y un efecto tractor en 200 empresas. Lo dice Enrique Mallón, director general del Galician Offshore Energy Group Asime (GOE-Asime), la Asociación de Industrias del Metal y Tecnologías Asociadas de Galicia.
La industria gallega emplea ya a 1.200 personas en proyectos de los molinos marinos, pero tiene por delante el reto de contar con hasta 8.000 trabajadores. En toda Europa serán necesarios, según Giles Dickson, consejero de la asociación sectorial WindEurope, alrededor de 250.000 empleados, que darán respuesta a las necesidades que presenta el sector.
La industria eólica marina ha generado encargos por más de 900 millones de euros en 11 países. La factoría de Fene se ha convertido en la única productora de estructuras de acero de varias patas que sustentan los aerogeneradores en alta mar y en líder en fabricación de sujeciones para parques flotantes.
Es por ello que las grandes compañías reclaman visibilidad de los plazos y del desarrollo normativo en España para garantizar que cuando se puedan presentar los proyectos, las distintas empresas suministradoras estén preparadas.
Además, la ausencia de personal cualificado es uno de los retos críticos a los que se enfrenta el sector. La demanda de puestos será de técnicos especializados, no solo para llevar a cabo los proyectos, sino para ponerlos en funcionamiento y darles mantenimiento, etcétera.
Se reservan 5.000 kilómetros cuadrados para el despliegue de la energía eólica marina y desde el Gobierno afirma que se tendrá en cuenta la pesca de proximidad en la región noratlántica, que es la que alberga una mayor superficie marina susceptible de ser sede de esos parques eólicos, unos 2.688,61 kilómetros cuadrados. Dicen que buscan garantizar la sostenibilidad de las actividades humanas en el mar y facilitar, también, el desarrollo de los sectores marítimos, para cumplir los compromisos del Pacto Verde Europeo, el Acuerdo de París, la Estrategia de adaptación al cambio climático de la UE y la Estrategia de la UE sobre la biodiversidad a 2030, entre otros.
El trabajo ha contado con el Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) y del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex). También que se ha usado toda la información generada por las estrategias marinas de España, un trabajo destacado por la Comisión Europea. En el proceso de elaboración de los POEM se han identificado un conjunto de Zonas de Uso Prioritario (ZUP) para actividades de interés general y otras Zonas de Alto Potencial (ZAP) donde priman las actividades sectoriales que requieren ocupación específica y su potencial uso en tiempos futuros.
Estos planes de ordenación han seleccionado lugares en los que, a ojos de la Administración, se considera que la producción de electricidad no entra en conflicto con zonas protegidas y otros usos prioritarios como la pesca, el tráfico marítimo, la seguridad aeroespacial, el patrimonio cultural, la acuicultura, la extracción de áridos, la investigación o la defensa geoestratégica del Estado.
La industria eólica marina ha generado encargos por más de 900 millones de euros en 11 países
Varios polígonos han reducido su tamaño según esos datos y mapas que maneja el MITECO, para salvar el esfuerzo pesquero de las flotas de arrastre, cerco, enmalle y palangre, aunque han quedado fuera gran parte de la pesca artesanal.
No olvidemos las voces que sostienen que los pescadores, incluida la de la Confederación de Empresarios de Galicia, deben poder participar en el proceso de toma de decisiones sobre dónde y cómo se construirán los parques eólicos marinos, como el eurodiputado Peter van Dalen, en su informe sobre eólica marina y pesca, aprobado por el Parlamento Europeo.
En el caso de los parques eólicos que habrá en Galicia, hay que tener en cuenta que sus máquinas serán altísimas. En el POEM publicado se constata que las aspas podrían verse desde zonas de alto valor paisajístico, como la desembocadura del Miño o los cabos de la Costa Ártabra y de A Mariña, y también desde algunas playas muy concurridas y claves para el turismo, como Morouzos en Ortigueira o Valdoviño en Ferrolterra.
Los criterios de selección de las zonas son la proximidad de puertos con la infraestructura apropiada que satisfaga las necesidades logísticas del parque, astilleros e industria auxiliar en la proximidad del emplazamiento con capacidad de construcción de las plataformas y buena infraestructura eléctrica para la integración a la red. Pero los parques eólicos marinos están sometidos a un régimen de autorización y concesión administrativa. Tras la concurrencia pública de los posibles promotores, la Administración tomará una decisión y otorga al solicitante la reserva de zona. Todos deberemos permanecer vigilantes. No solo el Gobierno. Todos y en todo momento.
El sistema energético nacional es deficiente debido a su dependencia del exterior, así como la falta de una estrategia definida y decidida a largo plazo. La apuesta decidida ha de ser por las energías limpias, de futuro, integradoras de un tejido industrial asociado muy potente en el caso de Galicia.
El sector marítimo español está preparado para este reto. Se sitúa como el tercero en la lista de los principales países pioneros en esta tecnología. La energía eólica cubrió en 2008 aproximadamente el 11,5% de la demanda energética y según fuentes del sector creó 40.000 puestos de trabajo; se exportaron bienes de equipo de tecnología eólica por valor de más de 2.550 millones de euros. La eólica aporta directa e indirectamente unos 3.270 millones de euros al PIB, en el que ya tiene un peso de un 0.35%. A principios de 2016, ocho años después, la potencia eólica instalada sumaba un 21,7 % de la potencia bruta instalada del sistema eléctrico nacional, cubriendo el 18,3 % de la demanda eléctrica…
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la eólica marina supondrá la mitad de la generación eólica en Europa en 2040. En España contamos con 7.661 kilómetros de costa. Ni que decir tiene lo que aporta a este kilometraje Galicia.
Nuestro país compite con gran éxito y nivel en la exportación de componentes y servicios para los parques eólicos marinos del norte de Europa. De las 13 soluciones de cimentaciones flotantes que se han instalado a día de hoy en el mundo, 11 han sido fabricadas por empresas españolas. Somos el país que cuenta con un mayor número de patentes de soluciones flotantes en la actualidad. Y nuestra red de centros de investigación, universidades y plataformas de ensayo llevan más de 15 años desarrollando estudios y tecnologías aplicados a proyectos internacionales y que, con el desarrollo de la eólica marina en España, darán aún mayor impulso al sector nacional industrial y de investigación. El conjunto de Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares ICTS-MARHIS constituye una red de centros de investigación en tecnologías marinas única en el mundo.
La eólica marina nos permitirá consolidar áreas marinas como “santuarios” para la biodiversidad marina generando beneficios para el entorno, para la pesca y otras actividades marinas.
Desde SEO/BirdLife han mostrado también su preocupación por el solapamiento entre zonas potenciales y espacios protegidos o de alto valor ecológico, especialmente en la demarcación Noratlántica, que concentra el 54% del espacio reservado a la eólica offshore en España. Pero también vienen abogando por unas renovables responsables, desde la implantación del primer parque eólico en España.
Recuerdan que España fue pionera en la declaración de zonas marinas protegidas y, también, en la identificación de zonas candidatas para la energía eólica. Consideran relevante revisar y actualizar los mapas en base a la información generada desde entonces. Y señalan que es preciso recabar más información para evitar que los aerogeneradores provoquen impactos críticos o irreversibles sobre la avifauna marina.
Como siempre desde la Confederación de Empresarios de Galicia apelamos a la falta de lo evidente, como en todo lo que nos atañe a empresas, entidades públicas y población en general: necesitamos diálogo social, constructivo y apostando, equilibradamente, por el viento de nuestra querida Galicia, estratégico para las nuevas tecnologías asociadas al cambio climático, como las eólicas marinas.